Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

sábado, 26 de febrero de 2011

Plaza Belgrano

Casilda, 25 de febrero de 2011
Plaza Belgrano

         Amig@s, hoy estoy en un aprieto; jamás tuvimos tanta gente, con tantos conocimientos, razonamientos y aportes propios en una Plaza Astronómica de Candela Celeste en Casilda. Más, cómo no nací para quitarle el cuerpo a los desafíos, ahí voy.

         Plaza Belgrano se venía posponiendo por el mal tiempo y el viernes por la tarde un muchacho me dice: Hoy por fin haces la Plaza… je, je, porque te tocó un montón de mal tiempo… Como los comentarios adversos sólo son patrimonio de cierta gente, le solté: ¡Mejor, durante esos días juntamos envión!
         Eso le dije para demostrar que nada se interpone entre nuestra voluntad y las estrellas en las manos de la gente. Entendámonos, si yo fuera presidente, el cielo sería la patria de todos, y no como es ahora, que en Casilda sueñan con que tenga dueños. De todos modos, es cierto que tocó una semana cusi cusi. Pero Candela Celeste navega contra viento y marea hace varias millas náuticas; sostener el rumbo ante los golpes de viento en el ánimo, en ocasiones fue tan difícil como comprender la teoría de la relatividad, y después explicársela a mi sobrinito de cuatro años. Sin embargo, aquí vamos, firme el timón, directo al Cúmulo del Futuro.

         Se pueden saltear esto:
A propósito de derechos adquiridos y variables monocromáticas extemporáneas, hay una película increíble que miro dos veces al año: True Romance. En ella, el héroe rescata a su amorcito de las garras de un rufián. Se casan en Detroit y todo ok. Pero a Clarence, le carcome el cerebro saber que el tipo que vivía de su wife respira por las calles. Entonces el vago se decide y confiesa, Honey, voy al pirinbundín a buscar tus cosas… La mina se quiere morir y aclara, No, amor, si te agarra el chulo te mata a vos y después me mata a mí. Laurence, que tiene a Castor y Pólux bajo los jeans, dice, Voy. Llega al antro en un Cadillac rosa y se planta frente a Gary Oldman. Mientras tira un sobre de papel a la mesa, le dice, ahí está la cifra que considero justa para librarme de vos… El malo de Gary, abre el sobre y comprueba que este… está vacío¡¡¡¡¡
         Guau, amig@s, qué guión¡¡¡¡¡ qué guión¡¡¡¡¡ Es de Tarantino, claro.
         Analogías, a cuenta del lector.
        
         Retomo el relato:
A las nueve de la noche y el cielo en popa, Moni me dice vamos temprano así no demoramos al arrancar. Le digo ya va porque ando medio decaído, aunque hoy es día de festejo pues lanzamos el 3º taller de astronomía de Proyecto Sagitario: Una estrella azul… en la escuela de Chabás.
La astronomía sigue creciendo por empuje de la voluntad en contagiarla a todo el mundo. Los de Candela Celeste y Óptica Elena somos virus astronómicos, estamos cargados con la info suficiente para infostar a otros seres y en pocos días esto será una epidemia, lo juro. Mi amigo de ralea, JM Joe (el de los ángeles de Joe), diría que somos como el señor Smith de Matrix, infestando a los demás, haciéndolos iguales a sí con solo tocarlos. Nosotros no queremos igualizar a nadie, igualizar es estupidizar, imagínense si todas las estrellas fuesen iguales, qué miraríamos? Pero sí queremos que en la vastedad de los gustos cada niño, joven y adulto tenga la posibilidad cierta de ver ese horizonte tan lejano, tan hermoso, que nos transmite la humildad de sabernos nada, de un modo nuevo y cuidado. Nuestra propuesta es: respeto, capacidad y preparación.

         A los 5´ de estar cae Fede, el dotor, ágil y contento. Estaba ya esperando con su familia. Un varón de 8 years old, una princesita de 5 y su bella Silvana. Al doc lo conocí en una ruta, hace más de 15 años. Él estaba trabajando lejos y lo llevé unos kilómetros. Charlamos y siempre le guardé afecto y respeto. Después la vida dio sus vueltas y le hice unos trabajos, y acaso hoy los dos sabemos que somos o que podríamos ser amigos. Federico tiene dos pibes que son una luz y adoran nuestra materia.
         En un tris caen tres o cuatro vecinos alvertidos. Enseguida una familia muy joven, con dos gurrumines: Fidel y Emilia. Les veo ojos aviesos y no los reconozco así que pregunto si ya estuvieron en alguna Plaza. No, me dicen, nos enteramos por la nota del diario… Guau, pienso, hay diarios que traen buenas nuevas, todavía.
Arrancamos el circo con Moni y Sabi, pero sé que Sebi y Savi son de fierro y caen en cualquier momento.
         Caen mis suegros y mi cuñado Jorge con su amable Sara. El, es la mejor persona que puedes tener a tu lado si quieres reírte un rato y le agradezco mucho que haya venido y se haya quedado tanto tiempo.

La cosa es que en 10´ se llena de pibes y los teles no dan abasto. Acudo a quéchatitache (mi kangoo 1.6 16v ´07) a por Lumbricita. ¿Por qué no habré traído más telescopios?, me pregunto. Pero a ese 70/900 siempre le saco el jugo. Fíjense, amig@s, apenas saco el trípode de la caja llamo a todos los pibes y les digo, ¿quieren aprender a armar el telescopio? A partir de ahí es la apoteosis. Prefiero contar estrellas en el Alfiletero antes que decir cuántas manos había superpuestas a la tuerca de una anilla. Encima, uno me dice ¿así se ajusta? No, le digo, ajusta para el lado de Saturno, y ahí estas ajustando para el lado de Júpiter.
A los 15 pibes súmenle sus treinta padres, madres, tíos y amigos, más vecinos y friends de un servidor… Cincuenta almas bajo un cielo contaminado y contento como perro con tres colas.
Una vez me dijo mi vieja (años duros): coman ustedes… anoche los grandes debieron contentarse con migajas de cielo, pues los chicos se comieron todo. Iba para Pionero (hokenn 1501200), todos trepaban a su escalera y el ojo en él; iba para Nuevosagitario (hokenn 90900), y todos otra vez allí y el ojo en este; iba para Lumbricita y again. Uff, nunca vi entusiasmo mayor. Acaso sólo yo les siga sacando una cabeza, apenas. Por suerte sumamos dos binoculares, un 7x50 y un 16x50 como para que puedan ir picando alguna aceitunita los que hacían cola.

Por puro almanaque empezamos de nuevo con Orión, pero esta vez representé el viejo truco del hombre común y el hombre ilustrado:
Sin los lentes se dice, en tono displicente: la nebulosa de Orión.
Con los lentes y poniendo voz de gil de biblioteca, se dice: eme cuarentaydossss.
La cosa es que los chicos con esas pantomimas aprenden un toco. Miren, cada gurí se fue a la cama sabiendo Orión, El Can, Crux y el Joyero de recontra memoria, y la posición de los entonces ocultos Júpiter y Saturno.
Me juego una mano. La de un salieri.

Entre tanta algarabía también jugamos a ponerle nombre a una estrella como… Sirio¡¡¡
¿Saben qué propusieron, los sátrapas? Iluminancia, y Resplandeciero.
Por dios¡¡¡ qué guión¡¡¡ Este es de los chicos, nomás.

Saben qué, todas las amarguras que me crean los dueños de la noche con su saña loca, se licuan en una sola sonrisa, en una sola mirada, en uno solo de esos nombres geniales inventados por esos alumnos de un hola y un adiós. (Hola y adiós, otro gran cuento del melancólico Ray Bradbury).

Llega Leandro, mi GRAN amigo, con su esposa y su increíble hijo Tomás. Tomás es muy, muy inteligente y no alza una cuarta del piso. Para ver una estrella (y las miró todas¡¡¡) debe treparse a mi caja de herramientas, y a la escalera, y a mi ego.
Como la concurrencia forma corro, aprovecho para darle duro a los conceptos. A veces temo aburrir, pero todo esto sin un concepto sólo sería atracción de feria, y sigo creyendo que puedo hacer algo distinto, algo que divierta, entusiasme y enseñe. Ahí me lanzo de lleno en una explicación caserita de cómo se forman las estrellas dentro de las nubes de gases. Pregunto: pero, ¿por qué empiezan a brillar las estrellas…? como una luz, un rubio de 5 años, Fidel, me contesta: porque tienen que alumbrarnos a nosotros…
Uff. ¿Qué agregar?
Llameme a silencio y dile la palabra por el resto de la noche.
Concepto más antropocéntrico en mi vida había escuchado. Creo que ni un cura ha razonado así jamás. Con tanta certeza, calor humano y vastedad de razón.

Llega Ángel. Ángel es mi GRAN amigo de la calle Rivadavia. A Ángel lo conocí en Chabás después de tirar mi auto adentro de una fosa. Él arregla direcciones y yo temí entonces que algo se hubiese dañado. Pero me tranquilizó amablemente. No hizo mención a mi idiotez, y de ahí en más nos apreciamos. Es respetuoso y algo callado, inteligente, de los que no abren la boca al cuete como un servidor. La vida le jugó una mala pasada y espero que mis queridas estrellas le alivien el alma. Confío en que lo hagan. Conmigo funcionó.
Como justo estamos hablando de los colores de las estrellas con toda la gente reunida, aprovecho su conocimiento sobre metales retorcidos y soldaduras para que nos ilustre: Ángel, ¿de qué color se pone un hierro muy caliente? Le suelto, a lo lejos pues está buscando una caricia dentro del super plossl 25mm. de Pionero, enfocado sobre NGC 1976, en la ingle del guerrero.
Uff. A partir de ahí todo va como por un tubo. Ángel sabe explicarse, un hierro muy caliente se pone azul, y si luego lo dejan enfriar va cambiando gradual, lentamente de color pasando por el blanco, como Sirio, amarillo, como nuestro querido sol, y al fin rojo, como Beteljause, a quién ya habíamos presentado con bombos y platillos.

En la batahola Moni invita a un hombre distante y serio a mirar un poco. Este, cordial, rechaza la propuesta. Moni insiste y comienza a explicar que estamos viendo esto y lo otro y el caballero susurra: soy de la AAAA.
Puf, Moni se queda tiesa, no sabía si era de una especie de CIA, que venía a por sus drogas y su avión; o si era hombre de Moreno a ver si cobrábamos por mirar; o si era un salieri con piel de cordero, que también los habrá. La cosa es que estos amigos de buenos aires desoyeron las advertencias radiales en nuestra contra y aquí estaban. Charlamos un buen rato entre explicación y explicación, como justo estábamos enfocando Acrux, le pregunté al porteño cuánta estrellas hay en alfa crucis. Mediante este tópico es usual que intente hacerme unas chirolas apostando con los chicos. Siempre le saco jugo pues es duro aceptar que lo que uno ve como uno, pueda ser dos, o tres, o cuatro.
La verdad es que si dios existe, es un genio.

Tanto hablar de la cruz del sur me vino a la mente todo ese rollo precioso de nuestros pobres indios exterminados: la historia maravillosa que habla del Cazador heroico y el Choike mágico. Uff. Empecé a solar lento y callado la historia y el silencio fue cubriéndonos de puntillas. En un momento me callo para mirar bien a los ojos a cada chico y comprendo que nadie, nadie, habla. Es el impas necesario para crear expectativa porque ya viene el desenlace, pero sentir el peso del silencio de los grandes me emocionó.

Me emocioné muchas veces, anoche. Me emocioné cuando el chico me dijo que las estrellas se encendían para alumbrarnos en la noche; me emocioné con el alto tributo del silencio ante la historia narrada; y me emocioné cuando una chica no sé que dijo de los cigarrillos y yo le solté: nunca debes fumar, mi papá fumaba mucho y ¿sabés dónde está ahora?,  Si, me dice, y señala al cielo. Sí, le digo, en el cielo.

Ahh, si mi padre viviera… yo no estaría en esto y en Casilda todos dormirían tranquilos. Pero él se fue y tomé su camino y me hice una promesa con Proyecto Sagitario: vamos a llenar de talleres astronómicos la provincia de Santa fe. ¿Okey? Cada pueblo, cada ciudad, cada páramo tendrá su taller de astronomía de la mano de Proyecto Sagitario. Por lo pronto, en un año y cuatro meses de trabajo creamos de la nada tres talleres en tres localidades: taller Juan C Galarza, Comuna de Bigand; taller Candela Celeste, Casilda; taller Una  Estrella Azul, Chabás.

La noche siguió su lento derrotero y la gente siguió cayendo y cayendo a por su ojito en el cielo. Lorena tiene 8 años y un 50 350 desde el pasado cumple. Claro, es difícil enfocar y hay que saber dónde enfocar. Tuve que tirarme al suelo con ese tripie tan pequeñito, pero le enfoqué la nebulosa de Orión y los dos la disfrutamos a 17x.

Pasaron muchas cosas más, llegaron Sebi y Savi y sacaron unas fotos maravillosas; llegó más gente y tomamos mates y hablamos de todo lo que pueden hablar las personas como nosotros, sencillitas: los aceros al rojo y las pastas para la piza, el amor, la vanidad y la deidad, el heroísmo, el cigarrillo, la gravedad y la gravedad de la vida, la muerte.
Sobre las doce y media recién empezaron a aflojar, pero ya Saturno, el dios devorador, asomaba su nariz sobre los techos, así que apenas saludé a Federico me puse a darle duro con los tres tubos nocturnos.
Pionero a 48x, una masa.
Nuevosagitario a 27x, otra masa.
Lumbricita a 22x, una masita.
De todos modos, mirar saturno, seduce hasta con los ojos.

Reí, reí mucho, anoche.

Sobre el horario de protección al menor lancé la famosa frase: yo he visto naves ardiendo en el cinturón de Orión… le pregunté a Jm joe y a sus ángeles quién y en qué peli decía eso. Y en qué novela.
Nada. La única que sabía, of course, era Sabrina, mi hija, y le rogué que no soplase.
Entonces les dije, la novela madre es ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, del genial Phillip Dick. Y nada. Uff. Estos jóvenes no agotan sus horas mirando clásicos del cine. Capaz que es porque utilizan su tiempo libre para formarse, para estudiar, etc. etc.
Antes de arriar el circo tuve que decirles, el actor es tal y la película cual. Ahí sí exclamaron todos ¡ahhhh, claro! Si, pero de una, nada.

Antes de partir, cada participante se llevó un ejemplar de la 2º guía observaciones, Ella es tan linda… editada por Óptica Elena y escrita por quien abajo seña. También firmamos compromiso para la próxima plaza astronómica: viernes 4 de marzo, plaza Alberdi.

Adios amigous¡¡¡¡

Sergio Galarza
Talleres de astronomía.
Sur de Santa fe.

viernes, 25 de febrero de 2011

Una estrella azul



Nace en Chabás, Provincia de Santa fe, un nuevo taller de Astronomía del Proyecto Sagitario¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

En la escuela Bernardo Monteagudo, desde el mes de marzo y al infinito…

Taller de astronomía “Una estrella azul”

Para niños, jóvenes y adultos.
Observaciones, colage, teoría y práctica, astrofotografía.

Vamos a inundar de astrónomos la provincia¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Proyecto sagitario…

Para hacer blanco en la noche¡¡¡¡¡¡¡

Hoy, miércoles 30 de marzo, observaciones desde el patio de la escuela.
Desde las 20 hs, star free¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Sergio Galarza
Didáctica astronómica
Talleres de astronomía
Sur de Santa fe.
0346415449820


martes, 22 de febrero de 2011

Mas, mas, mas plazas astronómicas.

Plazas Astronómicas

Continúan las plazas astronómicas, con todos los equipos del taller de astronomía JCGalarza de Bigand y los del taller Candela Celeste, de Casilda.
En Bigand, auspiciadas por la secretaría de cultura de la comuna local, el Domingo 27 de febrero, para despedir las vacaciones.
En Casilda, auspiciadas por Óptica Elena, en plaza Belgrano, el viernes 25 de febrero.

No te lo pierdas, aprenderás algo, o enseñarás algo, siempre divirtiéndote.


Llevar mate y reposera, claro.

domingo, 13 de febrero de 2011

Patente de Corso.

Con patente de Corso.

Que ahora son memoria y limo
Bajo los mares que asolaron.

         El primer Corsario Argentino fue también un prócer que hoy, hombres como Felipe Pigna, rescatan del olvido. Hipólito Bouchard, marino, aventurero, patriota rioplatense. El gobierno de buenos aires le concedió la patente de Corso y merced a ella (y a un ato de grumetes de variada estirpe) se dio al solaz y azote de los mares en busca de naves españolas que saquear y hundir. Recorrió el mundo, peleó en Java y en Sumatra, y voy a rescatar para este cuento el sitio, bombardeo, rendición, saqueo y quema que hizo de la próspera San Francisco, costa este de Nuevo México (hoy robado por los iunaited, claro, y parte del infame iuesei). Si el Zorro en verdad existió, nuestro querido french le hizo vérselas y habérselas y no dudo que el enmascarado ha de haber salvado el pellejo sólo gracias a Tornado, al poner cuatro cascos en polvorosa pues consta en actas que nuestros piratas no dejaron pie con cabeza.
Bouchard logró además el primer reconocimiento oficial al gobierno de la 1º junta: el del Rey de las islas Hawai. ¡Bravo Bouchard!
         Salvando las distancias históricas y personales entre este noble galo al servicio de nuestro futuro, me permito tender ciertas analogías pues muchas veces asaltamos las plazas con nuestros cañones ópticos para despojar a los cielos de sus tesoros. Acaso la mayor diferencia entre el héroe y un servidor, sea que don Hippolitte saqueó para la causa de gobierno, mientras que nuestro despojo al cielo es repartido entre los presentes.

         Fondeamos junto a la vela de acero del reloj de sol y de entrada preparo a Nuevosagitario y a Pionero. A metros de la entrada del corso de Bigand, es previsible que los oculares no den abasto en la hora en que la gente empiece a llegar. De hecho, apenas alisto el 90/900 caen las primeras miradas. La elegida es ella, claro, la Lua preciosa que a medio empolvar el rostro nos ciega sobre los nailons blancos con que los organizadores del espectáculo intentan vedar la vista del espectáculo a aquellos que, pobres, no aporten los doblones suficientes. Amigos, qué curioso, justo ayer hablamos sobre estos temas, de esperanzas amonedadas.
         Ya sabemos lo que ella vale (la luna) tras unos 25x y con el filtro adecuado. Ver los cráteres cual la cava donde pillos como nosotros ocultamos el producto de nuestras andanzas, hizo exclamar al público ¡rayos y centellas!
         La gente, en carnaval y como bien narra el Nano en Fiesta, depone distancias y se mezcla en un festejo de sulfúrico origen. Un pequeño sector de la iglesia reniega de estas fuentes pero contra el deseo no hay excusas y en cada localidad se arman comparsas y se danza  al son de ritmos extraños. No debió haberme sorprendido, entonces, que se acercaran a observar seres encapotados con una máscara por rostro, portando cachiporras y aerosoles de espuma. Vero, sobre las doce, casi muere de angustia cuando dos o tres pibes trabados en franca lucha, casi embocan su espuma dentro de Sirio (su H70/700).
         Pasa gente de toda laya y nación, llega un matrimonio con sus hijos y una señora (¿la abuela?) y se declaran oriundos de General Belgrano, Córdoba. El pequeño pirata que tienen por hijo pronto confiesa, tengo un telescopio, pero no sé qué mirar. Guau, amigos. Imagínense. Tengo la guía observacional calentita de recién impresa. En un instante echo mano a la cartera y, junto a tres pesadas monedas del caribe -fruto de una goleta malhadada- saco una tarjeta con mis datos cibernéticos. La abuela mira ese portento de diseño y de color y dice, ¿Qué hago con esto? Señora –le digo- allí está la dirección de mi blog; usted me contacta; le envió una guía observacional.
 ¡Qué negocio! La señora sonríe como si le hubiesen abierto un tajo con alabarda, el nieto tendrá su guía y quién firma sentirá el ego aún más reconfortado.

         Cuando mis acólitos de fierro, Matías y Nicolás se hartan de ver Selene, comenzamos a hurgar en Orión, para desentrañar el leve blanco de su nébula. Tengan en cuenta que ese mínimo rincón de la plaza oculta el este, el oeste y parte del sur. Es decir, cuando allí anclamos, a las horas de la gente bien, pocas alternativas quedan bajo las muchas luces.
         Pero Pionero es un grande, y no hay mercurio halogenado que con él pueda. M42 resplandece a 45x y enseguida le damos a NGC 1981, a Betelhause y a nuestro querido Sirio (el astro).
Por cierto, amigas, ustedes saben que los niños -como dijo Nietszche- crean los valores. Matías tiene 6 años y su mayor preocupación, el día que nos conocimos, en esta esquina, fue con qué edad él podía ser alumno del Taller de Astronomía. Como entonces yo ignoraba su edad, le dije: Niño ¿cuántos años tienes? Seis, apuntó. Pues tienes mucha suerte -le dije- a los seis años ¡puedes ser alumno del Taller de Astronomía! Todavía recuerdo su melena amarilla flameando al irse corriendo para contar a los padres su pronta inclusión en nuestras artes apolíneas.
Bien, este niño inquieto, observando Sirio y su M41, creó lo siguiente (creó porque nombró, hace unos días): muy lindo el Ñoqui.
Busqué anoche para él su Ñoqui (M41) y no pude hallarlo. Entre mi impericia y las luces que se filtraban a los ojos cual fulguración de pólvora en el mosquete, le dí unas vueltas a alfa canis y me rendí.

Vero estaba con Aymará, y estaba mi vieja. Mi vieja llegó tarde porque muchas noches le cocina a mi abuela. Mi abuela, María Eugenia, nació en uno de los tantos pueblos que el ferrocarril sembró en la pampa. Pronto se estableció en Casilda y de allí fue a Bigand, para ser maestra. Ahora esa vieja está viejita y apenas oye lo que no ve. Pero tuvo una personalidad de hierro que pocos recuerdan como virtud. Una alumna suya cada año le lleva tortas y dulces para su cumple. Mi abuelo la eligió por linda y por guapa y una que otra vez la alcanzó hasta el pago cuando eran menos que novios, hace 70 años, ya. Uff. Una dama de entonces jamás viajaría con un hombre y por eso ella se hacía acompañar por una colega. Pero mi abuelo me heredó su ansia de saber, su voluntad y su escribir, y entonces comprendo que haya sabido asir ese duro  hueso, y que no lo haya soltado hasta roerlo. Mi abuelo venía de la lejana Quilmes y era médico. Era agnóstico, por supuesto, como correspondía a un hombre educado en francés. Adoraba también a Borges y tuvo varios hijos.

Pueden saltearse el párrafo siguiente:
         Como tengo cerquita los cincuenta me doy el lujo de mirar atrás y de pensar lo que pasó, a veces con nostalgia y cada vez más con indulgencia. Pocos años atrás renegaba de los hechos adversos, pero la astronomía me enseñó más que el cáncer que se comió a mi viejo. Si está nublado está nublado y a otra cosa mariposa (M6 o NGC6405 Esto es para compensar a los cientificistas, amigos). Hay sucesos que deben aceptarse sin rezongo. Recuerdo cuando un médico canalla de la calle Oroño me dijo, a un costado: tu viejo está listo, está MUY grave, después de haber visto sus estudios. Pero el mismo facultativo nos mandó con otro que nos quiso sacar 2.000 mangos por un análisis que pagaba la mutual, y después a una oncóloga que lo frió en una sola sesión. En fin, catarsis pura. Ahora lo borro. O mejor lo dejo y aviso arriba para que se lo puedan saltear.

         Mi hermana Vero se compró hace muy poco un 114/900. Ahora quiere comprar una Canon para empezar a tirarle fotos al cielo. Vero llevó, según creo, lo peor de nuestra infancia. Muchas veces es así la vida, uno gasta lo que otro paga. Fíjense, en Argentina es así, los ricos no pagan un sope y los pobres padecen todo. En Santa fe y gracias al Lole las exportadoras no abonan ingresos brutos. Si hasta en los foros de astronomía se postea sobre la posibilidad de comprar telescopios sin pagar los impuestos locales o los márgenes de ganancia que los empresarios locales. Con todo respeto, cuando debemos meter la mano en el bolsillo enseguida empezamos a darle vueltas al asunto: que los impuestos, que las ganancias…
No sé para qué me meto, cuando se me antoja un teles atraco algún galeón y listo, el Roger se lleva su cofre de rubíes y topacios y yo feliz mirando arriba.
         Volviendo a Vero, es una mujer hecha y derecha que te pasma a cada paso. A todos ayudó y por tener los valores que tiene le yantearon más de un trabajo.
Anoche, en el furor del abordaje, se acercan tres muchachos de pelo negro, azul y amarillo. Caminan con desparpajo y pasan a nuestro lado, sigilosos y ajenos a la propuesta, así como una fragata escapa a veces al avistaje enemigo, en la niebla. Entonces Vero sale disparada tras el rubio y lo toma del hombro. Este gira y Vero comienza una rápida gesticulación de labios y de manos. Enseguida comprendo: el pibe es sordo y ella -quién sabe cuando- ha estudiado el modo de comunicarse con él.
Cuánto orgullo siento. Qué lingotes llevo bajo cubierta. ¡Por los siete mares!
Cuando envío estas notas hay veces que las ponderan. Amigos, lo único a destacar son esas personas que nos enriquecen la vida. ¿Cómo pudiera yo contar que ese joven hipoacúsico disfrutó de la Luna, de Orión, del Joyero y que fue invitado a participar del Taller de Astronomía, en su idioma por Mi Hermana, si no fuera ella la mujer que es, involucrada con su gente y con sus necesidades e idiosincrasias.
        
La fiesta del corso magnificaba la noche. En un instante veo unas chicas vestidas de bailarinas, con la piel negra y brillitos en todo el cuerpo. Se acercan a echar el ojo aunque nada habrá allá arriba más bonito que ellas. Sonríen y la tierra brilla. Y brilla el alma y baila. Les hago una toma.
Cada tanto pregunto por qué tal cosa y por qué tal otra. Siempre, alguno contesta. Ya son muchos los chicos que han ido a los conciliábulos o a los campamentos para lunáticos, o a las plazas astronómicas, o tienen la guía, o han recibido las clases de astronomía de Proyecto Sagitario, en Bigand. En eso estaba y caen seis o siete adolescentes, atildadas para el evento (el corso). Las reconozco un poco y digo: ustedes están en séptimo? No, me corrigen, pasamos a 1º año. Guau, crecen los alumnos y uno los ofende al confundirlos con la primaria. En eso llegan seis o siete chicos del taller de astronomía y de ajedrez. Estos chicos también pasaron al secundario así que no me voy a equivocar de nuevo. Los vagos no son sonzos y cuando ven que las niñas parten en romería dicen, ey, esperen a que veamos. Las chicas se vuelven y se saludan. Todos se dan un beso y los varoncitos empiezan a observar por turno. En eso uno dice: ¿Julia, vos te pusiste pintura en los labios? Mientras se refriega la mejilla. Meneo la cabeza, enternecido por esa conjunción de incipiente adolescencia y de infancia remanente.

A las doce pido la toalla y arrío la bandera. En media hora di cuenta del circo. En media hora, hoy domingo, voy a escuchar a Horacio Verbitski y el lunes repetimos en Parque Sarmiento.
Uff. La vida del astrónomo.
Sergio Galarza


sábado, 12 de febrero de 2011

Plaza de la Rotonda y Parque Sarmiento.

          Las plazas astronómicas de Casilda son especiales. He comprobado que los vecinos de un barrio son reacios a trasladarse hasta una plaza ajena. En Bigand el barrio es uno solo y todo el mundo llega y se va sin disimulo. La idiosincrasia de cada ciudad es distinta y lo que sucede en la capital de la Miel me extraña .
         Quizá –volviendo al tema de los traslados- deba tener en cuenta que jamás he sentido pertenencia o rechazo hacia ningún lugar. Acaso la diferencia esté en mí, después de todo (también es posible que la astronomía no le interese a tanta gente como creo, o que nuestras puestas sean aburridísimas).
La plaza astronómica de barrio centro, realizada la semana pasada en la Plaza de la rotonda, contó con unos cuarenta participantes. Muchos de ellos llegaron en los albores y se retiraron sobre la una de la madrugada, con Saturno en sus retinas. El grupo fue heterogéneo y divertido, contando con piezas de verdadero fuste. Entre ellas, un simpático personaje que: defenestró a Tinelli, alabó nuestro hacer, y me preguntó si acaso no temía yo que, el eje de bicicleta sobre el que la tierra gira, no eclosione alguna vez…
Uno de nuestros cañones de luz (Nuevosagitario, el Hokenn 90/900 refractor) lo ubicamos sobre la explanada cara a Euclides y, debajo, al nivel del mar, Candela celeste (SW 104/1300 Mak) y Pionero (H 150/1200 rflctr). También pusimos al alcance de la pibada nuestra excepcional notebuc cargada con el stellarium y el skay map.
Fue un lujo trabajar con los amigos que se acercaron y brindaron su saber. Toda vez que la vergüenza inicial estuvo rota, subimos a la rotonda y observamos el sur con lujo de detalles. En ese andar dimos con la preciosa estrella de carbón que acompaña en la visual a beta-crucis, DY crucis. Estas estrellas rojísimas son las niñas de sus ojos de mi gran amigo Cristian. Así que él fue el encargado de definir para los presentes su naturaleza y razón de ser en el cosmos, esto es: estar allí, hermosa y delicada, para que nosotros nos regodeemos. ¡Gracias, DY! ¡Gracias, Cristian!
En fin, ustedes conocen el resto y yo voy a hacerla corta, pues, a raíz de mi última nota, he recibido un mensajito criticando la extensión de las mismas. No todos los homínidos disfrutamos del placer de la extensión o de la retórica y la fantasía. También habemus cientificistas puros, que nos contentamos con un: noche despejada; estrellas arriba, gente abajo; miramos el cielo; puff.
Terminó la nota de la Plaza de la Rotonda.
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Comienza la nota sobre la plaza de Parque Sarmiento:
Cientificistas abstenerse, o modificar su concepto sobre una nota informativa.

Toda la semana estuve un tanto nervioso, aguardando el viernes 11 de febrero y la gran noche de Parque Sarmiento. Mi madre admira a Sarmiento, dice que sin él la Argentina no sería lo que es. Bueno. Mi madre es maestra y docente eterna de alma, acaso se refiera a la escuela pública que, sí, le debemos a Sarmiento. Pero el ser el padre de algo es un concepto esquivo, si los hay. También la mesa de enlace se arroga la paternidad de la patria argenta, y la verdad es que a mí, salvo por los gobiernos que la Suciedad Rural ha sentido como enemigos -Irigoyen, Perón, Illia, Alfonsín, los actuales- el resto me avergüenza sobremanera.
De todos modos, parque Sarmiento es un lugar de fábula, lleno de árboles y de juegos y de leves caminitos de tierra que la gente ha adoptado para sus tenidas de bochas, su pileta comunal, sus asados de fin de semana, sus noviazgos vespertinos y, ahora, su astronomía.

Anoche, la colonia de vacaciones del departamento de deportes de la Municipalidad de Casilda agasajaba a todos los niños y jóvenes participantes. El playón estaba cubierto de mesas y sillas, de puestos de choripanes y de gente divertida. En un rincón aparente, a la luz de un farol quemado, sigilosamente nos ubicamos, no sin sortear los eternos inconvenientes del perfecto astrónomo enyuntado.

A las nueve treinta estaba en un rincón del parque más perdido que un neófito del cono sur, interpretando los libros del cielo editados en el norte. Moni y Sabi debían haberme llamado antes de venir para que yo les dijese dónde estaba. Como son mujeres libres habían llegado primero, se habían ubicado a gusto, y yo como un idiota, chupando un palo, sentado sobre una calabaza. Pero el hombre desarrolló los celulares, que sirven para molestar en la escuela, para descubrir amores clandestinos y para encontrarse en los parques que honran la espada, la pluma y la palabra.
El resto de la gente que adhiere a nuestra propuesta supuestamente no venía pues el cielo estaba completamente cubierto de unas nubes más negras que la conciencia de un salieri.
Hora antes de estas angustias, Sebi me había dicho que tal vez lo posponíamos; Cristian no había dicho nada y Belén recibía visita así que se aseguraba una observación casera. Neoliberalismo puro, amigos.
Pero… nada detiene la voluntad de Candela Celeste y Óptica Elena pues… Juntos son dinamita!!!!!! (yo vendría a ser Bud Spencer, ¿no?).
Cuando doy con las chicas veo con infinita alegría –no trasuntada al rostro- que ahí estaban Nancy y Alicia. Remember: Nancy es la maestra de barrio Yapeyú que otea gurises por el pedaleo, y Alicia es la presidenta de la vecinal. Uff. El destino me conminaba, una vez more, a triunfar en contra de los cielos esquivos, los amigos en casa y mi Moni cabrera. Encima, llega caminando lentamente, con una bici en la mano y dos chicos a la saga, Sandra, otra maestra!!!!
Ahí fue que recompuse el alma y cual Ahab tras la ballena derribé alambres y carteles para aparcar quéchatitache junto al Canal Candelaria, límite geográfico sur del parque sarmientino.
Enseguida Moni y Nancy parten hacia los altavoces de la fiesta municipal. Su misión: avisar a la pibada que aquí estaba tendida, una vez más, nuestra trampa de estrellas.
Uff. Imagínense, estrellas, ni una¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Pero la trampa estaba y anoche comprobé que también funciona sin aquellas.
Como mi amigo Víctor, en Ushuaia… Hasta sin estrellas hacemos astronomía, amigo alfa…mundis¡¡¡¡¡¡¡¡

Armamos Nuevosagitario y enseñamos cada pieza y cada función a los tres o cuatro pibes presentes. Todavía no había terminado de aburrir a los atentos niños con los términos nuevos cuando… rrrrrrrr, un Corsa se acerca silencioso. Es Savi y Sebastián que, pese al inminente fracaso plúmbeo, ahí llegan¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Qué alegría amigos. Savi y Sebastián no han faltado a ninguna de las Plazas astronómicas¡¡¡¡¡¡ Invariables han llegado cada vez con su juventud, sus sonrisas y sus mates –por dios, y con su canon 7d- (entre nos, les cuento que Seba acaba de comprarse un 150 650¡¡¡¡ uff. Roger, te vas a hartar de vender teles!!!).
La cosa empieza a tomar color de a poco. Primero son diez chicos,  luego quince, las maestras de la muni les han avisado y conforme realizan su show se vienen corriendo, aún maquilladas las chicas y con sus polleritas y sus pañuelos. Los varoncitos son altos y amables, se notan los ocho años de bonanza. Todos quieren mirar el cielo y son muchos los que al ver Sirio desdibujado por las nubes (Oscurecido por las nubes¡¡¡ que tema¡¡¡ eh?) se retiran desilusionados. El cielo libera ora a Canopus, ora a Sirio y debo estar a las corridas con el refractor y lo incómodo que sabemos que es para el avistaje cenital. Por qué no me compro un Dobson de una buena vez. Roger¡¡¡¡¡ Vé trayendo un Dob 300. Plis!

Los chicos siguen ahí y de pronto, chau, ni un astro. Por suerte llega la mamá de Moni con nuestros sobrinos. Florencia ha crecido de un modo increíble y se va vistiendo de reina con cada hora que pasa. Está altísima y hermosa. Matías cada vez más seriecito y cariñoso como siempre. Me ligo dos besos de lujo.
Como la oscuridad es total allá arriba, improviso una clase sobre telescopios en menos de lo que un chico te toca un ocular. Enseguida enderiezo el teles y lo apunto hacia la fiesta. De nuevo se arracima la cola para poder otear a los compañeros, ahora a un metro aparente de ellos aunque fuera del ocular distan ¡100 metros!
Guau, casi olvido que los telescopios fueron  anteojos de marear en sus orígenes. Gracias al Lipershey que no pudo patentar su ingenio, y gracias a la infinita praxis de Galileus, pude hacer esa importante síntesis cerebral y unir dos conceptos arcanos: anteojo-telescopio. No hay estrellas… transformamos al telescopio en un anteojo y espiamos a los papis y los amiguitos que aún danzan en la fiesta. Casi, soy un genio.
Los chicos se turnan y se trepan a la escalera del perfecto astrónomo improvisado para observar desde una perspectiva inimaginada el mundo que nos rodea. Pronto descubren que la imagen, clara y cercana, está en realidad invertida. Pregunto por qué. Rápido, un vivillo responde: porque los espejos invierten la imagen, igual que una cuchara. No sé por qué, pero así es…!!!! Uff, amigos, un genio entre manos!!!!!!!!! Altura: dos cuartas. Edad… ¿once? Mirada: brillante y encendida, le chispean los ojos al nuevo Huyggens.

Estos son los verdaderos placeres de la vida, amigos. Descubrir en el otro esa misma pasión por el conocimiento y por compartir el conocimiento. Una no es nada sin la otra. Lean el cuento La Rosa de Paracelso, del maestro Borges, y van a entenderme. En ese cuento maravilloso, Paracelso niega saber un saber que efectivamente sabe ante un alumno ansioso, que no sabe que el maestro sabe. ¿Saben qué pienso? Borges era un jodido y en cada cuento su personalidad malsana aflora. Esto no quita que sea el más grande escritor de la lengua inglesa, claro. Pero qué tipo complicado fue. Hasta su empleada de toda la vida estuvo dos días presa, En su Casa, por su apoque. Vamos, amigos, de Borges me sé todo. Todo. Pues hubo un tiempo en que le amé. Era un cabeza perdida y había leído muy poco (tan sólo todos los clásicos, y todo Bioy y todo Castillo y mil más). Hoy se que Antonio DiBenedetto es cien veces mejor que georgie, y Juan Filloy, y Roger Plá, también. Pero hoy sumo casi fifty, amigos. Y lo amé a los veinte. Locuras de juventud, como quién dice.

La noche sigue sus pasos y la gente va y viene. Se acercan padres y escucho una vocecita chiquita que pregunta: ¿Cuánto vale? ¿Cuanto vale qué? ¿Mirar? Nada, amor, le digo a una nenita que ni siquiera asoma en la fila, esto es gratis. Enseguida siento vergüenza por mi actitud. Mirar, en realidad, no es gratis. Es gratis para cada niño, joven o adulto que se acerque a Candela Celeste o a Proyecto Sagitario o a las actividades de Óptica Elena, que para eso nacieron. Pero hay en el mundo –o hubo- una postura de que todo debe valer, todo debe costar. Y no es así. Las cosas deben ser de otro modo. Las cosas deben ser gratis para todos los niños del mundo. Es ridículo que el conocimiento cueste. Las escuelas privadas, por ejemplo, ¿en qué cabeza cabe cobrar por enseñar? En esas cavilaciones estaba cuando un papá me dice: ¿Usted enseña, cuánto cuesta? Doscientos, le digo y al diablo con todo, ¡que tengo que pagarle al Roger!

Bromas aparte, el cielo sigue sin pintar y decido, previa consulta al grupo, posponer la actividad para el lunes por la noche. Festejo total. El lunes volveremos sobre nuestros pasos y honrando al primer alumno argentino estaremos again en Parque Sarmiento.

Se van los gurises, se van los papás, nos quedamos en silencio. A Moni la veo lejos, sentada a una mesa de piedra bajo los árboles –esa gente de cabeza verde- charlando con Nancy, Sabi y Alicia.
Guardo todo menos el Hokenn, que queda como un mojón nocturno de alegrías pasadas. Ando unos pasos sobre el rocío y se me humedecen más los mocasines. Buena humedad, esta.

Las chicas están comiendo unas vituallas. Savi y Sebi se fueron a por su cena de tórtolos (están casados, no hace mucho, intuyo) y se queda un rato Mari (moder Moni), Flor y Mati. Me siento y miro los rostros. Hace años leo los rostros y las miradas de la gente. Se me hizo costumbre leer. No digo que lo haga bien, o mal. Pero en esta gente me place su relato. Hablamos de los chicos, claro. Nancy cuenta lo suyo, cómo organizó y enganchó a sus alumnos con la lectura; Alicia aporta sus cuitas, también. Es la presidenta de la vecinal hace dos años, largos para ella. No sabe quién pueda o quiera sucederla. Es así con la comunidad. Si no hay presupuesto, no hay candidatos. Y entonces surge la gente de fierro a modo de farallón y abrigo.

Por cierto: las empanadas y la piza están ex ce len tes.
Uff. La vida del astrónomo.

En eso desvío la mirada de mis amores y… un papá ronda el mojón!!! Uija! Por algo lo dejé ahí. Es el papá que, entusiasmado, dijo que quería comprarse un telescopio, pero estaba a cargo de los choris de la fiesta, así que estuvo poco, antes. Miro como por un tubo arriba y veo las estrellas. Las infamadas ahí estaban, ahora, que los chicos se han ido.
Pero el padre está. Pum.

Corro hacia mi destino suramericano. Como en el Poema Conjetural: el íntimo filo de la noche en la mirada.


Sergio Galarza

Didáctica astronómica.
Bigand-Casilda-Chabás.
1º de mayo 2345 Casilda.







domingo, 6 de febrero de 2011

Elogio de lo exótico

Elogio de lo exótico

Acabamos de llegar de Mendoza. Imagínense, tres días en el encuentro de Uspallata y otro tanto en San Rafael. Uff. ¡La dura vida del astrónomo!
El camino desde Mendoza Capital hasta Uspallata es cosa de ver. Pasando Potrerillos el paisaje es de fábula. Acaso lo único censurable sea la liviandad con la que entregan el espacio público. Sobre las mejores zonas: ¡barrios cerrados!
Uspallata es lindo, con reminiscencias inequívocas a los años cincuenta: el Hotel principal, el barrio militar, el batallón, la YPF, el banco Nación. Apuesto una mano (la de un salieri) a que sin esa época de conquistas sociales, no hubiese sido jamás lo que hoy es.
Doy con el complejo a la antigua usanza: preguntando. Es que no voy a comprarme un GPS. Imagínense, viajo diez veces al año. ¿Voy a estar pendiente de un bicho de chips que habla gallego? Ni loco.
Encaro con la Scenic por el caminito entre las casitas y los álamos y doy con la inconfundible figura de Marcos, afable, feliz, con su Perla y sus hijos, con su pipa en la mano. Nos abrazamos y presentamos y derivo hacia la vivienda asignada. Uff. La mejor: al lado de la pile, inmensa, fresca.
Demoro en bajar las cosas porque sé que está al llegar el resto de la gente de espacio profundo y han sugerido que entre todos asignemos las viviendas. Pero el destino juega con cartas sin marcar -reza la canción- y donde estamos, quedamos. A los muchachos les toca en suerte la casa vecina (¿recuerda usted con qué palabra se dice suerte en el teatro?).
Aparcan por fin y bajan su prole de tubos, monturas y lentes. Voy a conocerlos. Me presento y efusivos me saludan. Son muy amables y enseguida descubren para mí su tesoro. ¡Dios! No sé si han leído ustedes La isla del tesoro: allí, tras la blanca puerta de la heladera, había más espíritus que los bebidos por todos los piratas del caribe. El grupo en  su conjunto, hecho de hombres desmesurados, que hablan la lengua de los carreros, que ríen en todo momento, me recordó a un personaje de historieta que leí hace años: El Sátrapa Murmurán, de la saga Nippur de Lagash. El sátrapa era el malo de la historia, claro. Nippur tenía que vérselas y hacerselas en cada cuadro para no ser despanzurrado por los esbirros del tirano. Los mejor de la historieta: los rostros y las mujeres. Uff. De hecho, en mi blog he posteado una cita de Nippur: http://sagitarioblues.blogspot.com/2010/07/silencio-de-plata-y-de-sal.html

Volviendo a Uspallata, dejé entonces a los sátrapas, lidiando con su suerte, y salimos con Moni a recorrer.
Qué bellas las montañas que defendió para nosotros Las Heras. Cuantos hombres muertos para que tengamos el país, y lo bastardean hoy ciertos tipos ofreciendo poco o nada de sí. Es que el predio pudo haber estado mejor administrado. Entiéndanme, los empleados bien, pero la administración, hum.
Los buenos vecinos sufrieron una que otra peripecia. Alguien dijo que literalmente vivieron unos momentos de mierda. No puedo asegurarlo, siempre los vi enteros y confiados en el futuro del encuentro, de las noches, del país. De todos modos, Cabañas Uspallata es un lugar para evitar.
El cielo y la amistad fue lo único que no supo arruinar ese dueño malandra. Las noches, excelentes. Nubes desde las cuatro hasta las doce. Había que tener fe en todos los dioses creados por el hombre para armar el circo, bajo ese negro porvenir, el primer día. Pero cada velada, puntual a la medianoche, llegaba la carroza y las nubes hacían mutis por el foro: ¡estrellas a morir!
Los muchachos tiraron con toda la artillería: Ritcher-Chetrien, Schmit-Casegrain, reflectores 150/650, 250/1200, Orión short-tube, SW refractor 150/1000, etc. etc. Un servidor fue con su telescopito, como apuntó la Dama de la voz. Las mujeres son así, realmente les importa el tamaño. Mi Candela Celeste (el Maksutov 102 1300 eq2) pasaba vergüenza en el conjunto de fálicos escudriñadores. En fin, cada uno se las arregla con lo que tiene.
Había leído en el foro que Marcos era un goto humano. Desde hoy, jamás pondré en duda nada que allí lea. Marcos es capaz de nombrar 30 objetos messier o NGC mientras chupa su pipa, y de encontrarlos luego, a razón de cuatro o cinco segundos por cabeza, con su Dob.
En fin. Mucho disfrutamos y más reímos. Me sentí muy cómodo con esos raros amigos nuevos: Cisco, El turco, Nelson, Alejandro, Barelli, Grandeborg. Más seriecitos parecen Iolta, Hal y Ricardo. Ni hablar de Farid. Qué buena gente¡¡ Por dios¡¡ El pueblo chileno es de lo mejor: educado, amable, culto. Una persona para admirar que ya extraño, Farid.
Las chicas también, excelentes, todas. Sabido es que si la vida de un astrónomo como nosotros es dura, peor es la nuestras compañeras, que deben ir a la cama solas, cada noche, que sólo escuchan hablar de lo mismo todo el tiempo, que Orión, que el barlow, que el triplete de Leo, que NGC 8346, o GNC 6348, o CPN 3846 y sandeces así.
Sabes qué pienso, amigo, tal vez uno muera mañana y en una semana nadie te recuerde; comprendas -un segundo antes de espichar- que nada valió tu esfuerzo pues la tierra igual te recibe cómo una hermana desconocida, callada y gris. Bien, Ante esa perspectiva absurda es cuando noches como las que allí viví, con esas luces arcanas y con esos gAstronómicos cercanos, le dan sentido a la vida.
A los que pude, antes de partir, les dejé un pequeño cofre de monedas doradas, para que añadan a su botín. Bueno sería saber si ellos, como el famoso pirata de la novela de Stevenson, también habían enterrado a alguien – a algún sueño- en el sitio del tesoro. Intuyo que, como a todos los que cargamos más años que ideales, eso les pasó. Como fuese, el Focus y el Honda que tienen por bandera un par de tibias y una calavera, fueron vecinos de mi Scenic. Y fue bueno, amigos.

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Apenas tocamos San Rafael -mi Moni de copilota- llamé a Rodolfo Ferraiuolo, uno de los escritores del genial Exótico Cielo Profundo. Miguel y yo te pasamos a buscar mañana por la noche, vamos a la montaña y observamos, no te ocupes de nada, llevamos vituallas, me dice. Uff, al cortar me tembló la mano. Exótico cielo profundo fue el primer libro que adquirí para el Taller de Astronomía Juan Carlos Galarza, de Bigand. Me lo envió Enzo De Bernardini desde Buenos Aires. Exótico fue –y es- mi primer guía de observación. Es un broli ex ce len te. Vas paseando por el cielo con los comentarios y los datos precisos, con los mapas y las imágenes. Te lo garanto, con ese texto puedes ser feliz muchas, muchas noches de tu vida y a todos se lo digo. De pronto, saber que con uno de sus demiurgos iba a salir a mirar, lo tomé -y lo guardo en el corazón- como un privilegio.
Como apostilla, dos detalles: ya conté que mi pago se ha visto revolucionado, que mi óptica storage no para de vender teles y que lanzamos las plazas astronómicas allí también. La cosa es que llegando a San Rafael suena el nokia: hola, Sergio, estas en Mendoza?? Traeme un libro de las estrellas, cuando vuelvas te lo pago, me dice Cristian.
A mi amigo Cristián lo rescatamos del tedio anterior. Tenía un Hokenn 70/900eq1 juntando telarañas. Fuimos a por él y lo enfrentamos de nuevo a las estrellas. Salimos tras la senda de David Vincent. Vino al taller, hablamos, me mostró sus estrellas de carbono, tan hermosas, le pedí que me ayude en cada aventura, le hablé de Exótico. Anoten: esto sucedió el martes.
San Rafael es una linda ciudad que ha crecido de un modo increíble desde el año pasado. Hay casas hasta en la sopa. Cuando llegamos, empezamos a buscar un sitio aparente. Quería yo dar con algo alejado, para hacer unos tiritos con Candela, pero tantos turistas alvertidos habían ocupado todo. Esta época de la Argentina será recordada cómo la mejor, lejos. Solo Binner, dentro de cuatro o cinco años, acaso pueda superar a esta Mujer. En fin, a gastar y a recorrer se ha dicho y por eso tuve que conformarme con una pieza nada despreciable del Family inn, sobre la ruta, frente al aeroclub, con piletita y tute le fioque.
En los pagos de don Iselín, el martes visitamos amigos y parientes, y pateando librerías conseguí un texto buenísimo que ya les recomiendo: Elogio del desequilibrio, de Marcelino Cereijido. Más de una frase te deja rumiando, lo cual en mi concepto lo hace un libro imperdible. Sépanlo, amigos, después de la experiencia y los nuevos amigos, me traje dos gemas de cuyo: Exótico y Elogio.
Al fin llegó el miércoles y de él la hora 2130. El que suscribe parado en la vereda del Family inn con su maleta y sus expectativas. En eso, mensaje en el celu: me compré un hokenn 114/900 eq2¡¡¡¡ Es Cristian, claro ¡¡¡¡ Guau¡¡¡¡ Menos de un día sin noticias suyas y con esto me desayuna¡¡¡¡
¿Se dan cuenta, amigos, el poder del entusiasmo? No acabo de disfrutar toda esa alegría cuando enfrente aparca un Escort verde y se baja una sonrisa franca: Rodolfo. Nos abrazamos y cargamos la valija. Miguel viene después porque anda con mucho laburo, me dice. Miguel iba a traer un Dobson, así que cargamos a Candela, al fin y al cabo. En la valija duermen los Meade 9x63 y la XS. Y dos sorpresas para los muchachos.
Partimos rumbo a Sierra pintada, bajo un cielo de nubes negras y altas. Las nubes en Mendoza son increíbles. La gente simple como yo, la gente que vive bajo el imperio de Monsanto en la llanura, está acostumbrada a ver nubes horizontales. Todas ellas condensan y se forman a una misma altura y uno puede ver dos horizontes: el verde triste de la soja -que nos mata- y el blanco algodón del cielo –que nos ignora. En Mendoza las cosas son de otro modo. Los vientos allende la montaña empujan las nubes hacia este lado, y estas ascienden en diagonal hasta estabilizarse muy arriba. Ver esos cúmulos formarse y moverse oblicuos es cosa que acojona. Me tiré un buen rollito de fotos en ese devenir gaseoso.
Dentro del Ford acometo con todo tipo de preguntas. Es que quiero saberlo todo, cómo se forma un hombre para que luego de a luz un libro como ese. Me cuenta, me cuenta con humildad y simpatía parte de su vida azarosa y plena. Eso es tener noche, dios. Rodolfo ha observado en muchos cielos, amigos. En muchos. ¿Qué será haber visto las estrellas de todos los países? Recuerdo una frase memorable de una peli memorable: yo he visto naves ardiendo en el cinturón de Orión... uff, dios, mío. Cuánta cultura al alcance de la mano¡¡¡¡ Cuánta buena, buenísima literatura puede leer un hombre en sólo una vida???¡¡¡ Phillip Dick, of course, de la novela Sueñan los androides con ovejas eléctricas??? Luego el cine yanki hizo un popurrí de ella y la editó con el fácil nombre Blade Runner, haciendo hincapié en lo menos loable de la obra: la criminalidad y el gatillo fácil del héroe. De todos modos, la escena en la que Rutter Hauer pronuncia esta frase es buena.
Andamos kilómetros bajo un cielo qué, milagroso, se limpia sobre nosotros (en realidad, la tormenta vira y cae sobre otras localidades). Por fin nos detenemos en medio de la nada, del otro lado de una mina que hurga uranio y amenaza con envenenar el valle. La población ha logrado detener momentáneamente la excavación. Bajamos el tele, los binos y los trípodes. Rodolfo saca un sillón que es la lo cu ra¡¡¡¡ Por dios, amigos¡¡¡¡ Eso es estar sentado. Sobre esa silla, ¡que me lleve puesto el 2012, lo juro!
Armamos Candela y comparamos el 15x70 de Rodolfo con el 9x63. Dice que no le disgusta el mid, pero que si lo mío es la divulgación astronómica debí haber comprado más 7x50s. Tiene razón, quizá, pero ocurre que, además de divulgar, gusto de observar. Y meterle el ojo a los larguiruchos es genial.
Seguimos la charla en la creciente noche blanca de estrellas. Soy nuevecito en esto, pocos cielos he visto. Ninguno como ese de sierra pintada. Las estrellas del brazo galáctico envueltas en esa miríada que percibimos como halo o nube clara... Uff. En Uspallata también era bueno, el alto, pero aquí las estrellas eran más. El saco de carbón, negro como mi conciencia.
Al rato, una luz que crece: Miguel llega en su partner. Miguel es alto y es delgado, y es amable. No puedo dejar de sentirme extrañado por el trato, tan esmerado que dispensan esos monstruos. ¿Será el aire que allá se respira, que al ser más puro, más puras son sus almas? Pero no sería así con los porteños, que viven inmersos en smog. Aunque Farid es genial y también labura en una de las mejores –la mejor- zona del mundo. Hummm. Leonardo Julio es igual y vive en La pampa. Ya me pongo a elaborar una teoría que justifique el humor de los astrónomos según el aire que respiran. Lo dejo para otra nota.
Rodolfo abre la tapa trasera de su peugeot (giyo, se le decía antes) y hace su entrada triunfal Martín Pescador de estrellas, el SW Dobson 200/1200. Lo trae atado con soguitas, nomás. Total dice, si se descolima te tengo a vos, Rodolso. Rodolso es Rodolfo, nombrado por la hija de Miguel. Miguel tiene también un hijo: Martín, of course.
Bajamos al ave blanca y entonces doy de lleno con el ocular más grande que jamás haya visto: el mate. Uff. Mide más que dos nidos de gorrión y pesa como un pterodáctilo –por continuar con las analogías ornitológicas. En mi vida volveré a ver por un aleph así. Son equipos de locura, muy onerosos, que a veces solo se consiguen en los iunaited; y por mí los iunaited pueden irse al cielo. Salvo que yo me haga rico y pueda ser como ellos –los yankis-, un asqueroso capitalista lleno de telescopios y de oculares y de monturas y de cámaras y de binoculares y de todo, tooodo para mí.
Uff. A veces me disloco el intelecto. Sorry.

Cenamos bajo ese cielo, regular -según ellos-, unos sándwiches riquísimos y bebimos orange and sprite. Miguel y Rodolso trabajan reparando celulares. Los celulares son algo así cómo el cuento de la buena pipa, la cosa con ellos no termina nunca. Si no se rompe esto por suerte se rompe lo otro, sumado eso a que los usuarios les damos un trato de suegras... el trabajo sobra.
Oyéndolos, te percatas de su amistad. Con Cristian y con mis amigos de ralea tengo ese trato, en mi pago. Pero esto es sólo por comparar. Allí ambos me hicieron sentir uno de ellos, otro amigo. Tan contento estaba que no me aguanté a darles el regalito, sendos cofrecitos del tesoro.
Los cofres son frascos y contienen rodajitas de naranjas en almíbar, hechos especialmente por Moni a mi pedido para agasajar a toda esa gente. Las naranjitas de Moni traen cola, amigos. Los que estuvieron en el Conciliábulo de Bigand saben de qué hablo, pues con ese manjar desayunaron. Ya marcos me mandó un sms destacando el valor de esas monedas.
Toda vez que llenamos la panza, le dimos a lo nuestro: los objetos del cielo. Uno tras otro fueron cayendo los messieres tras los clavados del Martín Pescador. Comenzando por la cuarenta y dos (¿todos arrancamos por ahí?) le dimos duro hasta dar con la blue y el triplete. Por supuesto, Carina fue un espectáculo y la arañita me dio pie para hablar (qué raro) de cine. Aburrí a los muchachos con los detalles de la primer peli en la que trabaja Clint Eastwood: Tarántula. Un filme de Jack Arnold para la industria de la CIA (hollywood), necesitada de pelis que laven las culpas colectivas por haber arrasado Hiroshima y Nagasaki. Mientras allá quemaron en un segundo a 200.000 personas, acá en California un arañita de morondanga recibía rayos nucleares y se convertía en un súper monstruo que asolaba el buen pasar de esa gilada del pueblo norte. Bueno, para eso están los amigos, che, para tolerar las pequeñeces de los demás.
La observación, prevista para unas tres horas, nos ocupó seis. Los muchachos ya hacían cuenta a esa hora sobre su laboro de la jornada. Rodolfo es empleado y argumentó que bien podía llegar más tarde, no era de él, dijo, la mayor responsabilidad. Miguel es patrón y explicó las mismas razones, qué labure el empleado que para algo él era el dueño del boliche. El único problema: Miguel es el patrón de Rodolfo!!!
Uff, amigos, la armonía de las esferas sufría aquí un leve traspiés. Juro que si algo supiese de arreglar demonios con chips, hubiese abierto yo el negocio.
A las tres me deja Rodolso frente al hotel. Qué cita me di el gusto de tener. Le pido que me autografíe los libros que llevo para Santa fe y escribe cosas muy bonitas, acaso no todas ciertas.
Gracias, muchachos, la pasé de fábula. De hecho, hoy, le digo a Moni: Moni, pasé una de las mejores semanas de mi vida.
Sergio Galarza
Didáctica de la Astronomía.
Proyecto sagitario en Bigand, Chabás y Casilda.
www.sagitarioblues.blogspot.com