Armado, puesta en
estación y uso del telescopio reflector sobre montura ecuatorial (Eq).
Hay varios tipos de telescopios en el
mercado Argentino, los más comunes son refractores y reflectores. Por supuesto,
existen telescopios con otros diseños ópticos, como los Schmidt-Cassegrain o
los Maksutov-Cassegrain, y son excelentes, pero no hacen al objeto de la nota,
aunque algunos tópicos y consejos de esta serán aplicables al uso de aquellos.
Históricamente, los primeros telescopios
desarrollados fueron los refractores, los cuales constan de una lente primaria
-que focaliza la imagen que proviene del objeto- y una lente secundaria, sustituible,
comúnmente llamada ocular*, encargada de la magnificación angular deseada (los
aumentos o x). Los telescopios refractores son prácticos pues no suelen sufrir
descolimación de su tren óptico, ya que las lentes principales vienen firmes en
su empaque frontal.
Los telescopios reflectores en lugar de lentes constan de un espejo por primario
y fueron inventados por Newton. Este espejo es cóncavo y focaliza la luz capturada. Esta
concavidad será de curvatura esférica o parabólica en función de la focal y o
calidad deseada por el fabricante. Al contar con espejo en lugar de lentes, a
igual diámetro de apertura, los telescopios reflectores son más económicos que
los refractores (un espejo solo está trabajado en una cara; una lente necesita
desbaste en ambas caras).
Armado del telescopio: el telescopio reflector o newtoniano viene de
fábrica con los siguientes componentes:
Un tubo óptico ensamblable OTA
Un buscador con soporte, colimable.
Una barra plana (cola de milano) con
anillas.
Una montura ecuatorial, con dos
manijas flexibles extensas, o manivelas cortas (para ajustes en el seguimiento
de objetos, en los ejes AR y declinación δ)***.
Una barra de contrapesos. Uno o más
contrapesos.
Un pie o trípode extensible.
Un set de accesorios:
Bandeja porta-oculares y tornillitos.
Ocular Plosl de 10mm. Ocular Plosl de 20mm. Lente de Barlow 2x. Filtro lunar,
Brújula, Llaves varias.
Pasos de armado:
Primero se planta el pie o trípode,
bien abierto y firme, y se fija su bandeja con los tornillos provistos. Esta le
da bastante estabilidad. Si el trípode no fuera robusto se puede mejorar su
estabilidad colocándole pesas, pero es una modificación a cargo del aficionado.
El Armado:
Se coloca la montura sobre el
trípode; se fija con el tornillo que va debajo del trípode que ajusta en la base
de la montura; con una mano se sostiene a la misma y con la otra se le enrosca
el tornillo.
Las monturas tienen uno o dos
tornillos horizontales en su base, en sentido N S, opuestos entre sí; sirven
para setear la latitud sobre la que se utilizará el equipo (no confundir con
los tornillos de acimut que traen las monturas Eq3 y superiores. Los tornillos
de acimut son perpendiculares al eje principal (AR) del telescopio.
Seteo de la latitud.
Seteo fino del acimut. Solo para astrofotos.
Eje de latitud:
En un costado de la montura, hay una escala graduada -0° a 90°. Setear la
elevación polar por medio de su enrosque o desenrosque combinado. Algunas
monturas traen un freno -tornillo firme- para el eje latitud, fijar una ver
seteada la altura polar.
Frenos: AR en primer plano, Dec arriba a la derecha.
Verificar que la montura tiene dos
frenos livianos con mariposa plástica: uno sobre el eje principal o de AR (co-lineal
con el eje de la montura) y el otro perpendicular al anterior, llamado eje dec,
δ, o eje de declinación. Los frenos
deben estar ahora flojos o sueltos. Los frenos no deben ser forzados: si
los ejes no se desplazan libres para lo que sigue hay que aflojar los frenos.
Se rosca la barra de pesas, se le
desenrosca el tornillo tope inferior, se coloca la pesa -o las pesas- y se
ajusta el tornillo tope inferior.
Se atornillan las anillas sobre la
cola de milano cuidando que ambas abran
en un mismo sentido de la cola de milano. Se ajusta la cola de milano con las
anillas sobre la corredera de la montura con la mariposa principal y el
tornillito del seguro (en los modelos eq5 y superior).
Se rebaten las anillas con la cola de
milano puesta en posición perpendicular al eje de la montura. Se ajustan los
frenos de AR y dec. Al ajustar, no hay
que apretar demasiado.
Se monta el OTA en el seno de las
anillas; sin soltarlo nunca de una mano; se abaten las anillas y se roscan los
tornillos. No apretar nunca demasiado, sin que nada quede flojo.
Se coloca el buscador. Se colocan las
manillas flexibles o fijas para corrección de los ejes de seguimiento. Se
destapa la boca del tubo, se coloca el ocular de mayor focal. Conviene ir guardando
las tapas en los respectivos envases.
Balanceo del equipo:
El conjunto del telescopio, OTA sobre montura con accesorios y pesas, debe estar perfectamente balanceado. El
balanceo es doble, uno sobre el eje declinación, y el otro sobre el eje AR.
Para balancearlo, tomamos el tubo con una mano y soltamos ambos frenos: el
conjunto queda libre. Inclinamos el tubo 90° de modo que OTA y barra de pesas
queden horizontales; verificar el balanceo que se logrará desplazando leve la
pesa a lo largo del barral. El conjunto
debe quedar suspenso en equilibrio. Luego, con el conjunto aún horizontal,
verificar el balanceo del tubo dentro de sus anillas. El tubo no debe inclinarse en sentido alguno, debe quedar en equilibrio;
este se logra desplazando leve el tubo entre las anillas, para esto es vital
aflojar las tuercas seguro de anillas un poco. Nunca soltar el tubo, al cual
conviene sujetar por la parte trasera, dónde se aloja el espejo. Un balanceo
preciso es imprescindible para el buen manejo del equipo, así como para
conservar sin desgaste. Los frenos solo
deben frenar el conjunto, nunca sostenerlo.
Colimar el buscador.
El buscador y el telescopio deben
apuntar a un mismo punto en el espacio, esto es, estar enfocados en una misma
visual. La forma más sencilla de orientar el buscador es, de día, apuntar con
el equipo a una punta de antena. Por medio de un ocular de gran focal, dar con
la punta de antena en el telescopio; fijar los frenos AR y declinación; por
último, con tranquilidad, ir moviendo los tornillos de colimación del buscador
hasta que las imágenes ocular y buscador sean las mismas, y estén centradas en
sus respectivos campos visuales.
El buscador es un telescopio de muy
bajos aumentos y gran campo visual, mientras que el telescopio principal proveerá
una gran magnificación o aumentos, y por tanto un campo visual pequeño. Suele
traer un enfoque en el lente secundario, el cual se ajusta con un simple giro.
Puesta en estación del telescopio de montura ecuatorial:
Los telescopios se fabrican con
monturas ecuatoriales o altacimutales.
Las monturas altacimutales se mueven
en altura y acimut, y toman al horizonte del observador y al cardinal N como
bases de sus cotas; son muy sencillos de usar pues basta con desplazar el tubo
a derecha e izquierda y arriba abajo para dar con el objeto a observar. Tienen
la contra de que para seguir un objeto la corrección de seguimiento es doble
(escalonada) -salvo que el hipotético observador se hallara sobre el polo
geográfico (latitud -90° o +90°).
Las monturas ecuatoriales han sido diseñadas para observar desde cualquier punto de
nuestra geografía. La montura debe copiar el eje terrestre, esto es, debe
apuntar su eje AR hacia el polo sur celeste (en el hemisferio sur). Para
comenzar a observar como aficionado, basta con el seteo de latitud en la
montura, y con una brújula. El seteo de la latitud permitirá al telescopio
apuntar hacia el polo sur celeste una vez que el conjunto esté orientado a ese
cardinal. Por tanto, lo siguiente es orientar el eje AR en sentido Norte Sur,
lo cual se logrará en modo aproximado mediante la ayuda de una brújula.
La brújula señala el sur magnético;
este tiene una diferencia de 7° con el sur geográfico que es el que nos
interesa. Para observar como aficionado, el sur magnético será suficiente pero
para observar con cierta precisión o aplicación, así como para tomar astrofotos
deberemos orientarnos en el eje N S geográfico. Se enseña a marcar el eje N S
en otras notas de este blog: ver meridiana, meridiano.
Giro del tubo óptico -dentro de las anillas- al observar al este o al
oeste de la meridiana o arco de culminación:
Cuando observamos el cielo desde una latitud distinta
de 0 y de 90, los astros que siguen la eclíptica aparentan ascender desde el
horizonte hasta un punto aparente, llamado culminación de ese astro) que coincide
con el círculo meridiano -o antimeridiano, si es de noche- y a partir de allí
descienden hasta perderse bajo el oeste. Así, los astros sobre el horizonte N
ascienden hasta un punto y luego descienden hasta desaparecer. Por tanto, podemos
pensar que estos astros describirán dos semi arcos; uno de E a N, ascendente, y
el otro de N a O, descendente.
Con una montura ecuatorial será
preciso invertir la inclinación del tubo óptico según sea el caso que los
astros asciendan o desciendan. Esto es así porque el tren visual del enfocador
está ubicado en un costado del tubo; luego, al mirar al E el tubo debe estar al
O de la montura, y al observar hacia el poniente el tubo debe estar ubicado al
este de la montura. Pero, esto implica que el tren visual del enfocador ocular
quede ora hacia afuera del equipo, ora hacia adentro, sobre la montura, en un
sitio incómodo para observar. De modo que hay que aprender a girar el OTA
dentro de las anillas al alternar observaciones en ambos arcos –ascendente /
descendente.
El OTA se gira así: se balancea el
equipo de modo que las pesas queden abajo, y el OTA cruzado, perpendicular al
eje AR. Se toma el OTA desde atrás con una mano, donde descansa el espejo; con
la otra mano se aflojan leve ambas anillas. Se gira el OTA tomándolo con ambas
manos. Se vuelven a ajustar las anillas. Para que esta acción sea natural y
sencilla, conviene cortar dos bandas de friselina, no más anchas que las
anillas, y se las coloca entre anillas y OTA. El material de la friselina
permite que el tubo se desplace con facilidad.
Búsqueda de objetos y seguimiento de los mismos durante una jornada de
observación astronómica:
Hay que practicar en la búsqueda y
seguimiento de objetos antes de comprometerse a una observación astronómica. El
manejo del telescopio es muy sencillo si se tiene en mente el movimiento del
cielo sobre nosotros (aparente).
Sito el observador, su lugar será el
punto del observador; la recta imaginaria que una el telescopio con el astro a
observar, la visual; el cielo sobre sí, la esfera celeste. El arco meridiano
antimeridiano, el que corre de N a S. El PSC polo sur celeste, el eje de giro
del cielo, sito sobre el S geográfico a una altura en grados similar a la
latitud del sitio del observador.
Así, el movimiento de los astros se
imagina como suspensos sobre el movimiento de una esfera fija, con eje en el
PSC, que se mueve de E a O a una velocidad de un giro cada 23h 56´. Los astros
surgirán del E, ascenderán hacia el N, y descenderán hacia el O, salvo que, al
observar el sur, se encuentren a una distancia angular menor a la del
observador: estos girarán en el cielo en torno al PSC, sin ocultarse, con el
sentido de las manecillas del reloj.
Al estar la montura ecuatorial
seteada y orientada, una vez enfocado el telescopio sobre un astro, bastará con
ir moviendo el eje AR para que dicho objeto permanezca o se reponga en el campo
visual del ocular.
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