Esta madrugada nos juntamos con Cristián a las 2, llevamos agua caliente, cámaras y abrigos arriba de Candela Celeste, el escondrijo escudriñador desde el cual observaremos las bellezas que el cielo quiera mostrar.
Antes del evento debimos prepararnos, hacer focos, alistar las armas... pero aún no teníamos el puente listo para pasar los equipos y las vituallas¡¡¡¡¡
De modo que hasta las 22,30 estuvimos colocando las tablas del puente, jajajajajajaja.
Una vez que estuvo terminado, baño y a dormir, hasta las 2. Entonces nos juntamos de nuevo, y arriba¡¡¡
Unas imágenes a mayor campo:
Observar a través del Timbero es un lujo destinado a muy pocas personas, fuimos dos de ellas.
En un momento de la noche, Cristián me dijo algo que, junto a otras palabras, guardo como blasones de mi vida:
Sergio, gracias por dejarme ver esto, me dijo, el maula. Pero, le dije, si esto lo hubieras visto aquí o en cualquier otro lugar; y él, No, si vos no me hubiese invitado a observar, hace dos años, nunca me hubiera comprado el telescopio, ni hubiese ingresado a este mundo.
Esta es una realidad, la más cálida de las que vivo, personas que agradecen mi trabajo, la dedicación, mi promesa, porque esto que ahora vivo es un poco de cada una de esas cosas.
Si no hubiera visto aquella tela de araña sobre el telescopio de mi padre, a metros de dónde él moría; si no hubiese visto en esa imagen una metáfora de burla de la muerte, jamás hubiera empezado a difundir, jamás hubiera tenido una lupa, siquiera, y Cristián y yo, y a lo mejor otros u otras, nos hubiéramos perdido el evento.
Excelente tu trabajo Sergio (y compañia).- Te mando un abrazo grande amigo!!!
ResponderEliminarGracias, querido Osvaldo, un abrazo.
EliminarHermoso el relato (confieso que me falto poco para lagrimear) , las fotos, la verdad un grosso de los que no hay!!! Felicitaciones y abrazo
ResponderEliminarQuerido Carlos, gracias por tu comentario, me alegro que te gusten las imágenes. Por desgracia, yo no puedo agradecer a quién a mí me iniciara. Un abrazo
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