Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

lunes, 29 de agosto de 2011

Un Messier, dos Messier...


Un Messier, dos Messier, infinitos Messier…

Y arriba está la noche llena de ojos…
…Una pausa en el juego de la nada…
Julio Cortazar

Casilda es una ciudad como pocas, arriesgo. Si tú llegas de afuera, con cierto vento en los bolsillos, te deslumbra con sus plazas y sus avenidas pletóricas de árboles (y son tan hermosos: palos borrachos, jacarandaes, fresnos y plátanos). Los fines de semana es imposible transitar las calles céntricas y los edificios se erigen díscolos en medio de una pampa otrora definida infinita. Los autos importados fatigan el pudor y hasta hay un hombre que utiliza su helicóptero para desplazarse desde el ejido urbano hasta el Golf Club (una ponchada de metros… cinco mil). Luego hay más, claro, hay casas de chapa y cartón, centros para jóvenes huérfanos de toda orfandad y un zanjón que, dicen, guarda huesos de desaparecidos.

En esta múltiple Casilda vivo hace once años, aunque hay quienes dicen que soy de afuera y la verdad es que aún no puedo sentirme por entero de aquí. De aquí, donde vivió mi abuela hace setenta años, antes de casarse con su “Alfredo Berraz” -médico de los pobres y primer director del hospital zonal nº 48, de Bigand. Pero es que en esta misma ciudad se vota hoy a un defensor del genocidio para concejal de todos y vergüenza de quién esto escribe. Por supuesto, he hallado en estas calles a amigos entrañables y amores eternos -como son todos los amigos y todos los amores. En estas latitudes han nacido, al fin y al cabo, y gracias a uno de los amigos nuevos, las Plazas astronómicas, la guía Ella es tan linda…, el taller de astronomía Candela celeste, la 2º Justa astronómica y otras actividades de difusión y enseñanza, hijas de Proyecto sagitario y la tozudez vasca que heredé del Pelado Galarza, hacedor de Pionero, el reflector que tumba estrellas a lo pavote en cada plaza o escuela de Proyecto Sagitario.

Tanto andar bajo las estrellas, vas siendo reconfortado por gentes que no conoces, que te acercan un qué nota, o gracias por poder observar, o un simple y prefecto brillo en la mirada, después de haber intuido una lucecita dentro de un ocular en una noche cualquiera, sin que sepas quién es o cómo se llama y a quién acaso nunca más veas. De esta suerte, y gracias a Mi-Moni-incansable-hacedora-de-cosas, fue como di con Carla y Raúl. Moni lleva adelante un proyecto de enseñanza ecológica y esto la llevó a pedir la colaboración y la anuencia de los nombrados. Ambos viven en su campo y guardan para el futuro una reserva natural llamada El Espinillo, una estrecha franja de campo virgen que besa el Carcarañá, donde puede apreciarse la vegetación autóctona en la cual pululan espinillos, claro.
Mantener una reserva implica ciertos renunciamientos o privilegios, según como se mire. Renuncia, si corres tras el dinero como usual procede el otrora productor rural; privilegio si sabes que tus hijos valoran el verdadero trabajo, siembran y crían su comida, preservan la tierra para los nietos y pueden caminar por su tierra sin peligro de contaminarse y desarrollar uno de los miles de cánceres que esta región produce al año, mal que le pese al primer gobernador socialista de la argentina.

Para ir de lleno a lo que les interesa a los golosos del cielo (porque me voy en razones que no importan), Carla y Raúl, apenas al conocerme, me ofrecen su cielo y sus estrellas para que disponga de ellas como mejor me plazca. Imagínense, fue eso como ofrecerle dulces a un niño, números a Gauss o mujeres a Florentino Ariza. Como loco, dije, Carla, cuando quieras aquí estaré con uno, dos o tres teles, para que cada estrella caiga bajo nuestros ojos. Ni lerdos ni perezosos, me contestaron, bárbaro, invitamos a los amigos de Osky (su hijo) y nos reunimos.
El miércoles fue la cosa. Caí a las ocho, con pionero y nuevosagitario (reflector, 1501200, refractor, 90910). Apenas apearme diviso la sombra de Raúl, quién amable me saluda y su voz surge tras su barba, larga, rala y gris. Raúl es veterinario, fuma armados y una boina da coto a sus ojos vivos y su sonrisa fácil. Habla despacio –claro- y lee de todo. El primer día que entré a su casa tres cosas vi: el hogar imponente y la alta chimenea; el campo y la noche en los ventanales; los libros y un dibujo de la esfinge del Che. Los libros que Raúl y carla poseen son buenos, lo dice un entendido. Les tiro unos ejemplos: un Cortazar (Final de juego) y un Maquiavelo (Arte de la guerra), unos Cervantes y un Yaquespeare (obras, ambos).

Dónde me ubico, le dije, y él, donde quiera… en el potrero… o más allá, y el campo se pierde en la sombra.

Ojalá ustedes entiendan estos tics: ¡potrero! No hay más potreros en la pampa; los titulares de campo todo lo siembran. Siembran junto a las casas y luego aun derriban esas casas para más sembrar. Arrancan los árboles de los cascos para sembrar y siembran en las banquinas de las rutas, que son de todos. Raúl aún tiene potrero.

Allí fui, allí bajé a Pionero en un lugar aparente hasta ver qué onda, qué gentes venían a observar. El cielo mostraba luces en el cenit pero en el este se divisaban nubes. Se acercó Oscar y armamos el circo a medida que le recitaba los nombres y las funciones: trípode, montura, tubo, buscador, ocular, objetivo… Oscar es callado e inteligente. Ya ha leído amplio sobre nuestra alta materia y acaso se aburra en clase, donde los docentes quizá contemplan otros ritmos. Empezamos con Saturno antes de que el truhán huya bajo los árboles del oeste. Observamos sus anillos con 30x, 40x y 48x, para hablar un poco de las curiosas relaciones que dan vida a las magnitudes angulares y que llamamos aumentos. Después subimos hasta el querido bicho del cielo, el pérfido Escorpión, el predeterminado escorpión (Yo no entiendo –dicho con respeto- cómo hay gente que cree en los dioses. Creer en un ser -por ejemplo- con capacidad de inmiscuirse, de sugerir albedrío y después sorprendernos con el anatema de un castigo eterno. El escorpión sólo bastaría para dar por tierra con el esoterismo, amigos. Quién conozca la fábula del artrópodo y el batracio me dará la razón. ¿Cómo va a ser bueno un dios que permite a sus creaturas ser malo, ser ponzoñoso, y que luego quiera castigarlo por eso? En fin, no serán estas disquisiciones astronómicas, pero hacen a la cuestión, desde mi modesto observar el mundo.

Dimos con Escorpio dije y comenzamos con Antares, la gigante roja, y ya nos fuimos a por M4, y después M80, claro, ya que el cielo era relativamente claro, ahí arriba. Las nubes seguían subiendo desde el norte y la gente no llegaba. Carla se acercó después de terminar un dulce de leche casero que fue la locura, y pudo meterle ojo a estas bellezas del cielo. Carla miraba la noche y Raúl se demoraba en el ordeñe de sus chicas. En eso somos tocayos con Raúl. Él ordeña vaquitas, y yo ordeño las estrellas.
Al fin llegaron los invitados, dos compañeras de Oscar, un adolescente que había sido alumno de Mimoni y sus afables padres. Entre todos la cosa fue un robo. Le dimos durísimo a los messier que arriba fluían en su lenta danza. Mostrar un cúmulo globular es una de los lujos que la vida me ha dado. Admirar las reacciones de quién observa por primera vez Saturno, Júpiter u Omeguita…eso es saber vivir, amigos. Todo el que le mete un ojo a los equipos de Proyecto Sagitario se sorprende de la calidad y la cantidad de ópticas a disposición de los vecinos. La directora del colegio al que asiste Oscar, por supuesto también ha recibido su letrera y demora cualquier actividad astronómica en su establecimiento, pero algunos alumnos igual acceden a nuestros esfuerzos en estas y otras escapadas. Así es el conocimiento (lo fue en mi caso, al menos), muchas veces se inmiscuye -también él, pero sin ponzoña- en los planes preestablecidos. Los adultos pergeñan su red de falacias y los gurises dan con un loco plantado en medio de la noche escanciando luces y conceptos difusos (en mi caso, fue dar con una profesora de matemáticas que me enseñó integrales en el secundario y con un ingeniero que me deslumbró al recitar todo el contenido del programa de Electrotecnia de memoria). En fin, hace veintiséis años que trato de enseñar lo que amo (sólo eso) y las dificultades nunca las tuve con mis alumnos.
Observamos luego M7, el cúmulo de Tolomeo, hablando de las lejanas culturas mediterráneas, de sus creencias y sus pasiones, por supuesto, con jugosos aportes de los chicos quienes ya han visto varias pelis con leyendas griegas. Y observamos en silencio a M6 sin adelantar que es el cúmulo mariposa y así poder testear la asociación visual de cada uno. Gracias a Jaime García pude narrar la increíble historia de los pueblos de Oceanía, en la cual el Padre de los zelandeses pesca su isla del mar con la ayuda del terrible anzuelo que ellos ven allí donde nosotros dibujamos la cola de Scorpio. Todos sonrieron tomando por desmesurada la  figura pero he visto películas Neozelandesas, las cuales narran sus leyendas marinas (Jinetes de ballenas es una y es imperdible) y he visto sus tatuajes y sus raros bailes antes del rugby; ninguna aventura me extrañaría de ellos.
De allí nos fuimos a Sagitario, alto en el cenit tensando su arco y seguimos con todos sus messieres; explicando las nebulosas, sus brillos y sus sombras y antes de que el fuego nos llamara al living de la casa les regalé una de las tantas joyas que esconde El alhajero (el preferido de mi madre, la Kiki Berraz), en una cruz que de pié puntillas hacía mutis por el alto foro de los eucaliptus. La cruz se iba, dije, pero no fui tan tonto como para no pedir temprano que reparasen en ella, en como actúa de manecilla horaria. La charla dentro no desmereció en nada al techo de afuera, y nos permitió vernos las caras. Cenamos choris, morcillas y hamburguesas, dándole duro a un queso y un lomo a la pimienta (caseros) que eran la locura. Tuve, por último, el privilegio de saber los últimos instantes de Carlitos, el rosado chancho que, en contra de su voluntad –imagino-, ayunara para que nosotros no (con el perdón de Borges).

A eso de las 0,30 me pegué la vuelta p´al pueblo, pues en la mañana debía terminar varios trabajos y cumplir con las clases de Bigand del jueves, antes de dedicarme por entero a la juntada con la gente de EP, el viernes 26 y el sábado 28 de agosto. Está visto que mi destino es en las estrellas: salgo de una noche en el campo para dar clases de astronomía ¡y luego me voy un fin de semana a una juntada!
Uf. ¡Qué onda, toda una vida detrás de los Messier! Parafraseando al médico rosarino cuyo retrato encumbraba a la biblioteca de Raúl:

¡Un Messier, dos Messier, infinitos Messier es la tarea!


Sergio Galarza
Candela Celeste.

domingo, 28 de agosto de 2011

Juntada de Candela Celeste de Agosto en Estancia San Sebastián, Sanford


Quechatita che en medio del parque de la estancia¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


Qué lugar¡¡¡


Y qué gente¡¡¡¡¡¡¡











Esta juntada, organizada por Candela celeste, incursiona en la vecina localidad de Sanford, y en la esmerada hospitalidad de la Estancia San Sebastián.

Amigos, realmente la pasamos muy bien, Estancia San Sebastián es un lugar que hace honor a sus dueños: gracias Nestor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡




El sábado nos llovió a eso de las 2100, pero Candela celeste ha demostrado que puede también con eso: a las 23,30, ahitos de asado y de charla, dimos con una noche despejada y rutilante¡¡¡¡








Gracias por la noche y las charlas, amigos¡¡¡¡¡

lunes, 22 de agosto de 2011

La Leyenda del Choike


La leyenda del Choike
Para Úrsula, con cariño.
Úrsula quiere decir Osita.

            Hace muchos años, cuando no había ciudades ni rutas, los hombres y las mujeres vivían en aldeas y andaban por el campo a pie.
Tampoco había luz eléctrica ni televisión y por las noches el cielo daba su oscuridad y sus estrellas para que la gente se reuniera alrededor del fuego a contar historias sobre los valientes antepasados.
Entre todos los niños de la tribu, había una niña llamaba Osita, y un niño llamado Orión. Orión era muy valiente y admiraba a los grandes cazadores de la tribu. Osita a su vez era muy inteligente y admiraba a los adultos que pintaban los cueros de los animales o las grandes rocas y piedras que por allí había. Ambos niños hacían muy bien en admirar esas habilidades pues los cazadores eran los encargados de conseguir comida (ya que entonces no había ni granjas ni supermercados) y los dibujos siempre fueron especiales y muy queridos por todos, porque los dibujos sí que cuentan historias, ¡¡¡y sin historias nadie aprende nada!!!


Una buena noche, el Abuelo de la aldea se sentó junto al fuego y se acurrucó bajo la piel de puma, que le servía de abrigo como si fuera un pulóver. Los hombres se ocuparon de llamar a todos los niños y las niñas para que no se fueran a perder la historia que se iba a contar enseguida. Osita y Orión llegaron primeros; Orión con sus boleadoras atadas a la cintura y Osita con sus piedras y sus carboncitos para pintar. Se sentaron juntos y sus ojitos pícaros brillaban con los reflejos del fuego que crepitaba y lanzaba chispas hacia arriba, hasta mezclarse con las luces del cielo. Las boleadoras son dos piedras envueltas en un cuero y atadas entre sí con un tiento o una soga; se arrojan contra el animal y estas se enredan en las patas y así el bicho es cazado. Los carbones para pintar se hacen quemando la punta de algunos palos. Los palos quemados sirven para dibujar como si fueran lápices de color negro.
Cuando todos los chicos se hubieron sentado y se encontraron en silencio, el Abuelo se rascó la barba y comenzó su cuento con voz cascada.
Hace muchos años… -dijo- y tú recuerda que esto pasó cuando los hombres andaban por la pampa detrás de los animales que le daban su alimento. Los venados, las mulitas y los choikes eran los preferidos, aunque también cazaban otras aves y pescaban en los ríos y lagunas unos peces gordos y grasosos.
De entre los primeros -los preferidos- los Venados eran muy sabrosos y sus pieles muy suaves para fabricar la ropa y las boleadoras; las Mulitas, o los Peludos –como también se les dice- eran riquísimas y sus caparazones les servían a las mujeres para cocinar y cargar agua (una receta de cocina muy pedida era cocinar la carne de la mulita en el propio caparazón: la carne se hacía hervida y quedaba muy blandita y muy rica), y también para hacer instrumentos de música, como el charango.
Los choikes, por último, eran muy admirados por sus lindas plumas y su ejemplo como guardianes de la cría. Los grandes choikes macho son los que se ocupan de cuidar a los hijitos choike, hasta que estos son grandes y se buscan novia o novio. Los choikes son como los ñandúes o cono los avestruces, pero más chiquitos, más bajitos, y sus plumas son pardas o grises.
Así andaban, los hombres y los animales, en amistad, viviendo y muriendo para dar y recibir la carne y el alimento que hace fuertes a los chicos y que calienta la panza de los viejos y las viejas sin dientes, dijo el viejo. Todos recordaban que Nunca se debía cazar un animal adulto pues estos tenían la misión de tener muchos hijitos para que, a su vez, los hijos y los nietos de los cazadores siempre tuvieran qué cazar y qué comer.
Y esta es la raíz de la historia, dijo el Viejo, viendo que los chicos comenzaban a aburrirse.
Osita miró de lleno a Orión para ver si él estaba aburrido pero se encontró con dos ojos muy abiertos y muy atentos porque el abuelo estaba narrando su tema preferido: la caza.
Fue una vez… dijo el viejo…  en que el Gran Cazador de la tribu anunció que esa mañana iba a cazar a cualquier animal que encontrara, pues sus changos tenían un poquito de hambre. Y es que Changos o Gurises también quiere decir chicos.


-Cualquier animal, ¡no! le retó otro abuelo que por ahí le había oído.
-Has de cazar sólo a un bicho enfermo o anciano; los bichos adultos, no… esos no se cazan porque son los que tienen crías… le dijo, y los chicos asintieron con la cabeza porque esa ley la sabían de memoria.
Pero el Gran Cazador de la tribu, que era muy alto y muy fuerte y muy hábil con sus armas de cacería, y un poco orgulloso, dijo:
Entienda, Abuelo, los gurises tienen hambre y yo voy a cazar cualquier animal que encuentre, porque soy el mejor cazador de la tribu y ningún animal se me escapa nunca.
El abuelo del cuento se quedó callado porque en aquella época tan antigua los viejos no eran de discutir ni cargosear a nadie. Entonces se respetaba mucho la opinión de los ancianos, que por algo habían vivido tanto y ya se sabían las alegrías y los asuntos de los jóvenes, lo que se dice: tenían mucha experiencia.
Se quedó callado el abuelo pero movía la cabeza de un lado a otro, como diciendo, Este muchacho es un cabeza dura, che.
La cosa es que el Gran cazador de la tribu salió de cacería con sus boleadoras y se metió en los altos pajonales que había por todo el campo.
Anduvo un día y no dio con nada. Anduvo otro día y tampoco pudo ver ningún animal para cazar.
Ni una huella en el suelo, se dijo, porque los verdaderos cazadores siguen las huellas de los animales que quieren cazar, y por eso, cuando son changuitos, se las aprenden muy bien. Orión conocía de requete memoria todas las huellas de los animales:
La de los venados, como una piedra partida;
la de los Peludos, como unas rayitas juntitas;
y las del choike, cuatro puntitos en cruz o en barrilete, porque tiene su patita esos deditos muy finos que apoyan en la tierra.



Tanto anduvo el Gran Cazador de la tribu que ya se empezaba a cansar, pero como era muy orgulloso no lo quería reconocer y seguía adelante.
Hasta que una mañana, apenas se había lavado en un charco, alzó la cabeza y vio un Choike inmenso y brillante comiendo hojitas de una planta. El choike lo miró tranquilo y siguió comiendo como si él no estuviera.
El Gran Cazador de la tribu no pudo creer lo que veía porque este Choike era el choike más grande y más hermoso que hubiera visto jamás. Sus plumas eran plateadas y sus alas, enormes.
El Gran Cazador de la tribu desató sus boleadoras y las empezó a revolear para tirarlas sobre el Choike inmenso. Pero si este Choike era tan grande, es porque era el dios de los Choikes, el Padre Mayor de todos los choikes del mundo, y apenas vio que el Gran cazador quería hacerle daño comenzó a huir por el campo.

Así comenzó una larga cacería: el Gran Choike huía hacía el sur y el Gran Cazador le perseguía de lejos, por lo cual no encontraba el momento de arrojar sus boleadoras para enredar las patas del Mágico bicho de plumas plateadas.

Lo persiguió todo el día y el Choike como si nada, corría y corría adelante sin cansarse, casi.
Lo persiguió toda la tarde y nada, siempre igual. El ave huía hacia el sur. Siempre hacia el sur.

Hasta que el Gran Cazador de la tribu sintió que no le quedaba mucha energía para correr. Se había hecho de noche y unas pocas estrellas brillaban en el cielo.
Se apuró el Gran Cazador haciendo un esfuerzo y pudo acercarse… pero el Choike Mágico se alzó en vuelo con sus grandes alas de plata.
Se alzó en la noche y el Gran Cazador, pleno de asombro, arrojó sus boleadoras con todas sus fuerzas. El Choike pisó en el cielo con una de sus patas y voló al infinito, burlando el intento del hombre. Las boleadoras erraron su tiro y pegaron justo al lado de la huella del choike. Tan solo un par de plumitas perdió el ave antes de escaparse para siempre. Y allí quedaron, clavadas entre las estrellas como otras nuevas: la Huella del Choike y las Boleadoras del Gran Cazador de la tribu. Y un poco al costado, perdidas por ahí, las plumas plateadas.

Para que cada niño y cada adulto, cuando las mire, cuando las vea de noche, recuerde este cuento, donde el Gran cazador perdió a su presa por orgullo, Dijo el viejo, y señaló las estrellas del sur sobre sus cabezas y el fuego, en la aldea de Osita y Orión.
Todos miraron en silencio hacia arriba y pudieron comprobar que la historia era cierta, que el Viejo decía la verdad, pues ahí estaban las marcas.
Orión miró pensativo sus boleadoras y Osita soñó con el hermoso dibujo que haría en la mañana.



Fin


Ahí están aun hoy sobre nosotros, las Wangulén, tachonando el Wenu mapu: es decir, las estrellas, en el cielo.
La huella del choike *: sus cuatro deditos forman Meli pal,  la Cruz del sur.
Las boleadoras Trana Lükai: forman el puntero, esas dos estrellas brillantes que apuntan hacia la Cruz, llamadas Rigel y Hadar por los boreales.
Y las dos plumitas: las nubes de Magallanes, las dos galaxias que vemos en las oscuras noches de primavera y verano en la pampa.

Sergio.            
De varios libros leídos, leyenda sudamericana.
La foto es de mi amigo Sergio Bais y los dibujos de los alumnos de Proyecto sagitario, Escuela Juan Bautista Cabral¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
* Puñon Choike, huella del choike, en muchos libros refiere a las Tres Marías.
Sobre el ñandú petiso o choike: http://www.folkloredelnorte.com.ar/biologia/nandu.htm
Sobre las mulitas y peludos:    http://www.folkloredelnorte.com.ar/biologia/armadillo.htm

lunes, 8 de agosto de 2011

Luna Lunera en Bombal¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡




Si sentís curiosidad por el cielo,
Si todavía no compraste un terreno en la Luna,
Este viernes 12 de Agosto… en Bombal
Luna Lunera
Observaciones astronómicas, juegos, dibujos.

 

Trae un cuaderno y unos lápices, participá y te llevás un regalo del cielo.
 
A tu disposición Telescopios, binoculares, mapas y programas para disfrutar de nuestra querida Luna.

 
Viernes 12 de Agosto, desde las 19,30 hs, Astronomía en Club Sportivo Bombal.

Organizado por el taller de Astronomía Luz del cielo de la Fundación Amor y Esperanza.


Te esperamos, trae abrigo y ganas de divertirte y aprender.
 
Informes: Sergio Galarza, 03464 154 49 820.
Fundación Amor y Esperanza. Bombal.

domingo, 7 de agosto de 2011

Ella es tan Linda, nº 7. Las increíbles implicancias del punto gamma.

Ella es tan Linda… nº 7
Guía observacional astronómica.

¿Cómo doy con lo que busco en el cielo? o… ¡Las increíbles implicancias del punto gamma!
En un desierto cuyo nombre he olvidado hay una piedra; en ella, dibujos. Los antiguos plasmaron una estrella. Es la figura de un astro muy brillante pues lenguas de fuego le dan forma. Se cree que es el registro de una Nova, la explosión de las capas exteriores de una estrella, la aparición inesperada de un fulgor que duró un mes en el cielo, visible a toda hora.
Para orientarnos el observador situó, puntual y notorio, otro a su lado; se especula con que este haya sido Venus. De tal modo el astrónomo pretérito quiso dejar constancia del cuerpo mayor. En fin, gran labor la del colega pues su registro lleva generaciones, allí. Mis pobres guías no durarán tanto.

El afán de aquél que gusta del cielo es ubicar y observar objetos, darle a esa nada que trepa una estructura suficiente que nos permita la constatación o reproducción de un hecho o vista determinada. Esa estructura tiene nombre: sistema de coordenadas.
Las coordenadas son líneas imaginarias, tendidas sobre la bóveda celeste, que nos ilusionan con una ubicación cósmica. Como en aquella piedra, trazamos el cielo para tomar referencia de la posición de los astros. Estas coordenadas organizan nuestros catálogos o guías de observación. Si sabemos interpretar una carta, daremos con el objeto buscado.

Babel
Para compartir un leguaje sobre los puntos, rectas, planos y semicircunferencias utilizados en dichas cartas, repasemos algunos conceptos
La bóveda o esfera celeste, es decir, la cúpula que contiene las estrellas fijas y por la cual transitan los planetas, sus satélites y el sol, es representada y medida como una proyección de la esfera terrestre. Veamos sus tópicos:
Ecuador: Si tomamos la tierra como una esfera, llamamos ecuador al círculo de diámetro máximo, perpendicular al eje de rotación. Otros círculos de interés son los Trópicos y los Círculos polares.
Los trópicos, círculos paralelos al ecuador, indican la máxima latitud sobre la que el sol incide perpendicular a la superficie (los puntos solsticiales). Debido a la oblicuidad de la eclíptica (ver mas adelante) cada trópico dista 23º27´ del ecuador: el trópico de Capricornio, al sur (-23º27´) y el trópico de Cáncer, ubicado al Norte (+23º27´).
Los Círculos polares -antártico y ártico- indican los polos de la eclíptica, la latitud sobre la cual estos se trasladan conforme transcurre el año.
Polos geográficos: son aquellos puntos en los que en apariencia emerge el eje de giro terrestre (difieren de los polos magnéticos unos 11º).
Husos horarios o meridianos: sobre el ecuador, partiendo de Greenwich hacia el este y el oeste, se mide la longitud. Se indica long. E o long. O. El meridiano es una línea imaginaria que corre de polo a polo y tiene un origen arbitrario puesto que, a diferencia de círculos como el ecuatorial -máximo e inequívoco- estos son equivalentes entre sí. Los husos horarios son 24 y cada uno delimita 15º de longitud. La longitud 0 coincide con dicha localidad inglesa. De todos modos, hay tantos meridianos como grados, minutos y segundos, pues el sol marca el mediodía solar verdadero punto por punto. El huso horario es una convención social para unificar horarios de actividades en común.
Con la ayuda de estas coordenadas -la longitud (E u O) y la latitud o paralelo, medida desde el ecuador hacia el N(+) o el S(-)- los geógrafos pueden señalizar cualquier punto terrestre. Algunas locaciones geográficas:
Casilda: -33,05S 61,17O
Bigand: -33,16S 61,16O  
Bombal: -33,04S 61,32º

Eclíptica: Se le llama eclíptica al camino aparente que el sol describe sobre la bóveda del cielo. La eclíptica es el plano sobre el cual se traslada la tierra alrededor del sol.
Con la ayuda de un gnomón es fácil advertir que esta trayectoria o paso del astro se aparta del ecuador celeste exactamente la cantidad de grados que el eje polar difiere de la perpendicular al plano de la órbita: +23,5º y – 23,5º (23º,27´). A ese camino aparente del sol se le llama eclíptica porque en ese plano suceden los eclipses.
Desde nuestro hemisferio el solsticio de invierno sucede cuando el sol alcanza la máxima declinación positiva (+23,5º) y el solsticio de verano, 180º después, cuando el sol alcanza la máxima declinación negativa (-23,5º). Los puntos solsticiales -las referidas declinaciones- marcan los trópicos.

Por ser la eclíptica y el ecuador círculos máximos desfasados entre sí, estos se cruzan en puntos que distan 180º.

Nobabel
Aceptados estos términos pasemos a los sistemas de coordenadas celestes:
Sistema horizontal o altacimutal,
Sistema ecuatorial local,
Sistema ecuatorial celeste. 

Sistema de coordenadas altacimutales.
El sistema altacimutal tiene por plano base de sus mediciones el horizonte del observador y por esto se le llama también sistema horizontal (horizonte quiere decir límite o perímetro). Utilizamos el sistema altacimutal en nuestras 1º guías pues es este sistema el más simple.
Las coordenadas utilizadas para situar un astro sobre la bóveda del cielo son: la altura (h) aparente del astro, medida sobre el horizonte, y el acimut (az.) o punto cardinal/orientación sobre la cual mido la altura del astro.
La altura se mide en grados de ángulo, de 0º a +90º en lo alto del cielo o cenit.
El acimut se mide en grados de circunferencia desde el polo sur geográfico, hacia el oeste.
En esta gradación el punto cardinal sur equivale a 0º de Az, el Oeste a 90º de Az, el Norte a 180º de Az y el Este a 270º de Az*.

Las monturas telescópicas altacimutales son comunes en equipos de baja gama o de corta focal, ya que estos, al proveer un campo de observación mayor, requieren una menor corrección para el seguimiento de los objetos a observar.
Un telescopio a altos aumentos no se recomienda sobre una montura altacimutal, salvo que la misma se halle motorizada en ambos ejes.
Sin embargo, este sistema es ideal para los que comienzan en astronomía observacional. En la página siguiente vemos la ubicación de una estrella notoria como Rigel Centauro en el sistema horizontal. Pueden ver que se invierte la notación altacimutal. En realidad, la misma es -en el hemisferio sur, para esa latitud y longitud observacional, para ese día y a esa hora- :
 h= 52º AZ= 29º.
*Recordemos que el acimut se mide en el norte del siguiente modo: 0º N, 90º E, 180º S, 270º O. Los hombres boreales trasladan su hacer a sus libros y programas sin consideración de nuestro hemisferio.
Sistema ecuatorial local.

El sistema ecuatorial local toma como plano fundamental de sus medidas al ecuador celeste (el cual es una proyección del ecuador de la tierra) y las coordenadas utilizadas se denominan ángulo horario (t) y declinación (delta).
El ángulo horario (t) –simula a los husos horarios- se mide sobre el ecuador en sentido retrógrado, esto es en sentido aparente del movimiento de los astros, de este a oeste*. Su unidad de medida es la hora, minutos y segundos (hh,mm,ss), la cual tiene origen en el meridiano local**. Es decir, el meridiano del lugar indica un ángulo horario de 0º0´0´´.
La declinación (delta) (emula a la latitud) se mide en grados, minutos y segundos de ángulo (º, ´, ´´), desde el ecuador hacia los polos y se define como negativa (-) cuando abarca el hemisferio sur y positiva (+) cuando mide el hemisferio norte.
*El sentido directo o retrógrado se toma en relación al giro de las agujas de un reloj, orientado hacia el cardinal de observación. Directo cuando sigue ese giro y retrógrado cuando se le opone. Los astros de la bóveda celeste se mueven en sentido contrario o retrógrado, de Este a Oeste.

** El meridiano puede determinarse con la ayuda de un gnomón o regla perpendicular al plano del observador. Basta con tomar varias medidas de la sombra que el gnomón arroje a lo largo del día; la sombra más corta indicará el momento en que el sol se encuentra más alto en el cielo, indicando el mediodía o meridiano. La recta que une la base del gnomón con el punto marcado indica la recta imaginaria del meridiano local y la dirección de los cardinales norte-sur. Esta recta es paralela al eje de giro de la tierra en el ecuador. En otras latitudes es preciso inclinar el eje polar la misma cantidad de grados para lograr dicho paralelismo. La gran distancia a las estrellas hace que el radio terrestre sea un factor despreciable en la busca o seguimiento de los astros.

         Sistema de coordenadas ecuatoriales celestes.
         El sistema ecuatorial celeste aporta una mejora sustancial respecto a los anteriores. Es uno de los sistemas de coordenadas no locales, es decir de gradación universal. Es claro que los sistemas anteriores sólo sirven para observadores que compartan el sitio geográfico (altacimutal), o la longitud (ecuatorial local).

El sistema ecuatorial celeste toma como plano fundamental el ecuador celeste y a partir de él la declinación (DEC, delta) negativa o positiva como en el sistema anterior.

La siguiente ordenada se denomina Ascensión Recta (AR) y se mide en sentido directo (en contra del movimiento de los astros) desde un punto equinoccial denominado punto Gamma.
El p. gamma es el punto en el cual el sol, avanzando sobre la eclíptica, intercepta al ecuador –el equinoccio- dando comienzo al invierno austral. Como la literatura nórdica acostumbra, aquellos le llaman punto vernal (pues para los boreales ese equinoccio da inicio al verano; en fin, allá ellos con sus locuras).

En estos sistemas se basan las monturas de telescopio ecuatoriales. Su ventaja sobre las monturas altacimutales es amplia pues una vez ubicado un objeto -si la puesta en estación de la misma es satisfactoria- la declinación ya no varía y solo es preciso ir corrigiendo el ángulo horario -el cual contraresta el giro terrestre- para mantener el objeto en el campo de visión del ocular (este sistema permite la astrofotografía de espacio profundo, de por si apasionante).

El punto equinoccial o p. gamma está ubicado hoy en la constelación de Piscis, 7º al sur de Omega piscis, de magnitud 4. Ese es nuestro punto cero u origen de la ascensión recta (AR). Por supuesto, este punto tampoco es eterno e inamovible –nada en el cosmos lo es- pues el equinoccio se corre cada año en un fenómeno advertido hace milenios y conocido como precesión de los equinoccios. De hecho, al p gamma se le llama también punto Libra, en alusión a su antigua ubicación celeste, la constelación Libra, hace una ponchada de años.

En los gráficos siguientes, el p. gamma o equinoccio vernal, descrito en los respectivos  sistemas altacimutal y ecuatorial celeste.

El p. gamma muda su ubicación unos 50´´ por año; por esto, las guías indican con respecto a qué fecha él está situado. En el programa Stellarium, el p gamma está referido al año 2000.
Aclaración:
Véase que el p gamma es la intersección de ambas curvas aparentes, la eclíptica (en ángulo) y el ecuador (simétrico sobre el horizonte). La cuadrícula altacimutal guarda relación con la base u horizonte, mientras que la cuadrícula ecuatorial se ordena con respecto a dicho paralelo y confluye hacia el polo Norte, invisible en el mapa. La curvatura de las líneas y la consiguiente variación en el área de los cuadrantes es una proyección de haberles dibujado sobre un plano (ellas forman una esfera, es forzado dibujarlas de este modo).

La medida de todas las cosas
Para la búsqueda de objetos por medio del sistema ecuatorial celeste basta una carta y la adecuación de los círculos graduados de los ejes de AR y DEC sobre tu montura (toda vez que esta se halle puesta en estación*), con respecto a un astro testigo; por ejemplo, Alfa crucis: AR 12h26´36´´ DEC -63º05´56´´.
Una vez que centres dicha estrella, acomodas los círculos graduados de modo que coincida su lectura con dichas coordenadas, y de allí partes en busca de otros astros.

Puesta en estación de las monturas ecuatoriales:
*La puesta en estación de una montura ecuatorial se logra orientando el eje polar sobre la recta Norte-Sur, es decir sobre el meridiano local, e inclinando dicho eje en un ángulo idéntico a la latitud del sitio. Esto ubica al eje polar del telescopio en una recta paralela al eje de giro terrestre, lo cual posibilita el seguimiento de los astros con la sola variación de la AR (ascensión recta), sin tener que recurrir a nuevas modificaciones de la declinación.
Cuando la meridiana no está marcada puedes recurrir a una brújula (pero el polo magnético difiere del celeste) y corregir luego el error con leves modificaciones de los tornillos de la base de la montura. Las correcciones se hacen necesarias pues con el paso de los minutos se comprueba que el astro deriva fuera del campo de corrección AR.
La Precesión de los equinoccios
Si la Tierra fuera una esfera girando en el espacio al son de la gravedad solar (¡y lunar!) su movimiento sería regular y los equinoccios (el paso del sol sobre la eclíptica al intersecar el ecuador) no variarían con respecto al fondo de estrellas fijas. Pero la tierra está achatada en el ecuador –a raíz de las fuerzas centrífugas nacidas de su rotación- y sufre una atracción gravitatoria dispar sobre su masa.

En el ecuador la tierra es más ancha -posee más masa-, ergo, sufre mayor interacción gravitatoria en esa área, respecto de los polos. Imagina una esfera con un anillo de peso incrustado alrededor de su ecuador, girando inclinada, y tendrás una aproximación a la realidad.

Ese anillo adicional de masa provoca un cabeceo que tiene como resultante la modificación periódica de la marcha del planeta sobre su órbita.

La tierra avanza en la eclíptica cual trompo que cabecea al girar sobre el punto de apoyo. A raíz de este cabeceo, el polo geográfico dibuja un arabesco sobre el cielo -llamado nutación- con un período de 26.000 años (25775). El cabeceo se debe a que la gravedad del sol intenta concordar el ecuador con la eclíptica.

El punto equinoccial se corre con respecto al fondo de estrellas. Los equinoccios adelantan unos pocos segundos por año pero esa variación es suficiente para que hombres como Hiparco de Nicea la advirtieran y la calcularan con relativa precisión hace milenios.

Hiparco sucedió al genio Eratóstenes en la biblioteca de Alejandría; vivió entre los años 190-120 AC y sus aportes son notables:
Mejoró los cálculos sobre la distancia tierra luna (cálculos al alcance de cualquier alumno de la escuela secundaria, por cierto). Catalogó unas mil estrellas, para lo cual inventó la clasificación según magnitudes. Desarrolló la trigonometría, es decir la relación entre ángulos y lados de un triángulo, imprescindible para cuantificar el cielo, entre otras aplicaciones.
En base a observaciones anteriores pudo determinar un corrimiento del punto de Aries (punto vernal) de 45´´ (segundos) por año: una medida envidiable.
Para basarse en sólidos cálculos al respecto de su clasificación estelar, inventó un teodolito y fue el primero en trabajar con los conceptos de longitud y latitud terrestre.
En fin, el muchacho era un capo y la vida lo premió con la contemplación de la Nova scorpii, allá por el 134 AC.
Es de destacar que creía en el nacimiento y muerte de las estrellas, dato significativo que da por tierra con toda esa fanfarria de la perfección Uránica, tan cara a los pensamientos monolíticos, que hoy abruma nuestros manuales y libros, sin hacer mención a este y otros genios (como Aristarco de Samos) que holgado habían dado con verdades más valiosas que las luego canonizadas.

Observaciones de invierno…  frías como el alma de un salieri.
De cómo un pisotón puede hacernos ver las estrellas o… El rey escorpión (Sco):

Demos una vuelta por el cielo utilizando los nuevos conocimientos. Abordemos la preciosa constelación Escorpio. Esta figura debe de ser -junto a Crux- la imagen que más parecido guarda con el objeto que nombra. Es fácil advertir la cola y el aguijón del octópodo en la sucesión de estrellas que le dan forma.
Comencemos por la brillante Antares, una gigante roja, mucho más brillante y 15 veces más grande que nuestra estrella. Es una estrella que ha abandonado la secuencia principal propuesta por el diagrama de Hertzprung-Russell (ver al final). Ha agotado su hidrógeno y se encuentra quemando helio, pulsando, variando su tamaño y su brillo constantemente, emitiendo ingentes cantidades de plasma y gases al espacio. De hecho, el excelente ECP menciona que partículas pesadas se forman en la atmósfera de Antares, creando una nebulosidad que le envuelve. Es, además, una estrella doble.
Antares tiene por coordenadas: AR 16h, 29´24´´ y -26º25´55´´ de declinación (repara en que esa declinación la coloca sobre la eclíptica y, por lo tanto, en el camino de los planetas. Precisamente, Antares debe su nombre a Ares, el planeta rojo, Marte, con el que rivaliza en color: rival=anti; Marte=Ares: Anti Ares).
Ubícala en el centro de tu ocular (búscala con uno de larga focal, un 40 o un 30mm, primero) y coloca luego un ocular de 15 o 10mm, para que el centrado sea preciso. Inmediatamente (hazlo varias veces para tomarle la mano) gira los discos graduados de tu montura hasta hacer coincidir dichas coordenadas con la actual orientación de tu teles. Verifica, ya que don Antares se irá moviendo del campo de visión (fov) a medida que te demoras en los ajustes.
Toda vez que lo logres puedes ir en busca de otros objetos con la ayuda de una carta. Vuelve a tu ocular de mayor campo para hacerlo (menor aumento).
Vamos hacia M4, el famoso cúmulo de Escorpio. Fíjate que está muy próximo, apenas unos grados: M4 (AR16º23´36´´ DEC -26º32´). En la clasificación de Messier es un cúmulo globular clase IX, mag.5,4 y visible a simple vista desde un cielo sin luces. Un objeto ideal para la astronomía con binoculares.
Por estar situado a solo 1º de sigma scorpii él y sus compañeras quedan dentro de un bino 7x50 de unos 7º de fov.
Los cúmulos globulares son probablemente corazones expuestos de antiguas galaxias capturadas por la gravedad de nuestra Vía Láctea; así, se hallan situados muy por encima del disco galáctico. M4 está a unos 5600 años luz de casa.

Muy cerca tenemos a otro bribón estelar, el cúmulo globular M80 (NGC6093 AR 16 17 03-Dec -22º58.5´) clasificación II, algo más débil (mag. 7,2) podrás darle duro si tienes un reflector de 114mm o superior, así como un refractor medianito.

Pequeña digresión:
Sobre las grandes virtudes.
Las aperturas de los teles nunca incidirán tanto en la observación astronómica como lo hacen los oculares. En mi concepto, has de invertir antes en estos que en aquellas. Un teles reflector de 114mm o un refractor de 80mm o superior, son más que suficientes para admirar las bellezas del cielo. En las figuras siguientes puedes ver los campos de visión provistos por distintos equipos. El campo de visión (fov) de cada uno se indica con un círculo de trazo continuo rodeando al objeto. Calcular el campo de visión real que nos proporciona un equipo o combinación de ópticas es sencillo: CR= Cap./x (campo real=campo aparente del ocular, sobre los aumentos).
Los oculares super plossl genéricos brindan un campo aparente de 50º. Así, un telescopio reflector de 700mm de focal, con un ocular de 10mm, proveerá 70x y un campo real de visión de 0,7º con un ocular genérico (50º/70x=0,7º). Los oculares de gama media o alta proveerán los respectivos campos reales, a 70x:
Distintas marcas proveen 65º: 65º/70=0,95º. Otras, SWA -super amplio ángulo- 85º: 85º/70=1,2º
Estos oculares de alta gama combinan varios pares de lentes con el propósito de anular la aberración cromática propia de toda refracción, logrando un mayor contraste entre el objeto observado y el espacio negro, lo cual se traduce en una mayor definición de imagen.
He aquí alguna de las razones en invertir en buenos oculares antes que en grandes aperturas en los telescopios de uso aficionado, según mi criterio.
Fin de la digresión.

Sympathy for the scorpion:
Vamos a movernos por el cuerpo del bicho. Ascendamos, otra vez Antares y arriba por él tau scorpii, azul, tipo espectral B0V, mag 2.8, a mas de 400 años luz de casa; épsilon scorpi, una naranja t/espec. B-V 1.14, mag 2,2 a 65 al. mu 1 scorpii, otra azul, lejana y mu2 scorpii. A dos grados de ellas puedes echarle un ojo a Dun209, un par estelar de diverso brillo. Por fin, a un grado y chirolas, NGC 6231, el hermoso cúmulo abierto conocido como la Tabla de Escorpio. Vale la pena detenerse en este cúmulo situado a unos 5000 y pico años luz, nutrido de jóvenes luces, con una o dos rojas por ahí esparcidas. Un lujo a los ojos.
Al observarle con el teles o los binoculares, el cúmulo muestra su compacta figura de estrellas jóvenes y esa preciosa estrella roja.


Es NGC6231 una belleza más de nuestro querido cielo.

A pasos de girar por la cola hacia el este, en los excelentes artículos de Enzo de Bernardini y su Cielo Brillante, se nos advierte asimismo sobre una roja atractiva, zeta scorpii, mag +3.6 t/espc. K4 (Zeta scorpii aparece como dos estrellas en muchos mapas, siendo estas zeta 1 scorpii y zeta2 scorpii, ambas de tonalidad rojiza).
Mucho hay por ver en este barrio del cielo, vayamos directo al aguijón del bicho, al arma con que este ultimó al cazador Orión, según las antiguas mitologías del norte.

2da digresión: Sobre el chancletazo.

Orión era un cazador de renombre, algo así como nuestro Gran Cazador del Sur quién quiso bolear al Choike mágico, que voló y pisó en el cielo, dejando para siempre la huella de sus patitas para crear lo que hoy vemos como la cruz del sur.
Orión era un gran cazador -dije- y se ufanaba de ello. Por doquier pregonaba su audacia y habilidad para dar cuenta de las bestias de la naturaleza. Los jóvenes le admiraban y las doncellas caían rendidas ante su argucia y su porte. Pero… cometió el error de jactarse frente a una diosa, la diosa de la naturaleza, quién ofendida por su arrogancia (algunos dicen que el pícaro Orión intentó seducirla), cobró su despecho colocando un escorpión en la tienda donde el atleta dormía.
El pobre insecto picó al hombre y este, al incorporarse de dolor y ver al artrópodo, le mató de un certero pisotón. Pero era tarde, el veneno vertido por la temible púa a la sangre del héroe ya corría presuroso en busca del corazón.
Orión muere y Zeus -el dios del cielo- ve a su favorito exánime junto al inocente escorpión estampado en la arena... 
Apiadado  ante semejante desgracia, colocó a ambos en el cielo en forma de constelaciones (la piedad griega era distinta a la que hoy conocemos. El término, ligado a lo religioso, es muy posterior a la cultura helena). Esta es la antigua causa por la cual, cuando el bicho asoma su torso por el este, Orión se acuesta en el poniente.
Fin de la digresión.

La punta de la cola del escorpión está formada por dos estrellas muy brillantes de diversa magnitud visual: +1.62 y +2.64. La púa es inconfundible, dos aspas de luz muy nítidas, que acusan un franco ángulo junto a Gamma scorpii.
La primera de la púa es Shaula (lambda sco), una estrella azul de extrema luminosidad (equivale a unos 80.000 soles). Situada a unos 700 a.l. de nosotros, con una mag real de -5, t/esp. B2IV y unos 25.000ºk de temperatura en superficie (5600ºk sol).
Lesath es la vecina. Comparte el color (t/espB2IV) con una mag real de -3,37, mucho más cercana (500 a.l.) y con una temperatura de 22.000ºk en superficie, lo cual la semeja a 12.000 solcitos como el que ahora me alumbra a través de los cristales de mi ventana.
Lesath forma parte de la asociación estelar Scorpio- Centauro.

Oscura y temible 3ra digresión:
Un vampiro en el cielo

Lesath acaso comparta etimología con el nombre del glorioso muerto vivo Lestalt, el mediático vampiro que -interpretado por varios actores- asola los sueños de Mina, Lucy y otras bellas damas hace milenios (por cierto, Drácula ¿no ataca señoras mayores… ni poco agraciadas?).
Lesath proviene de Al-las-ha, aguijón, púa o diente. Alguno dice que Lesath es una mala traducción de  Alasha = mancha, en alusión a M7, el cúmulo cercano, pero tal vez sea certera la primer estima ya que Akasha, por ejemplo (acaso el origen de Alasha), fue una reina de Egipto (4000 a.c.) quien incitó a dos jóvenes a un mutuo brindis de hematocritos (otros dicen que los obligó a devorarse),  y que luego incorporó esta saludable práctica junto a su esposo, en búsqueda de una fuente de juventud y vida eterna, dando origen a mitos vampíricos. No dejaré fuera el curioso nombre Lilith, primera mujer de Adán en la mitología hebrea, pésima amante y por ello expulsada del hogar por los implacables rabinos, quien no tuvo otro remedio que dedicarse a ser la Reina de los Demonios.
Fin de la digresión.

La cola del bicho linda con Sagitario y ambos campos rebosan de estrellas, cúmulos, nebulosas y más juguetes del cielo. Es que estamos mirando hacia el centro de la Vía Láctea, el corazón de nuestra Galaxia, y allí hay de todo. A simple vista se distingue M7, cúmulo abierto conocido desde antaño como el cúmulo de Tolomeo.
Qué bello objeto para binoculares y telescopios a bajos aumentos. M7 semeja -en concordancia a los tiempos- una letra K (o una H).
Veámosle en una foto y en un mapa en las páginas subsiguientes.

La foto es de Gustavo Villarroel, nuestro amigo astrofotógrafo, quien hace pocos días adquirió un fantástico telescopio de diseño  heterodoxo Ritchey-Chetrien de 8” (200mm de apertura).
El R-C es un telescopio de 1ra gama, posee un muy alto rendimiento en la transmisión de los pocos, poquísimos fotones que nos llegan del espacio profundo. Gustavo ha montado esta preciosura sobre una LDX75 de Meade, la precisa montura de la firma yanki, con sistema de búsqueda y seguimiento de objetos. Las tomas de ep las hace con diversos programas mediante una cámara Canon reflex EOS.
En próximas guías hablaremos sobre la variedad de equipos para astronomía; por ahora ve sabiendo que ese equipo es de los mejores.

En el mapa generado con el programa stellarium puedes ver a M7 y muy cerca al otro gran muchacho del cielo, el famoso M6 o Butterflay cluster¡¡¡ Aunque en Argentina le decimos modestamente el Cúmulo Mariposa.
Los dos cúmulos abiertos quedan a salto de mata con un binocular 7x50 o 10x50.
Recomiendo este tipo de búsquedas y observaciones pues los binoculares te darán un manejo fluido del cielo. Trabajar con un teles es genial pero has de necesitar cierta práctica y manejo de las monturas y los campos de observación; los binos, en cambio, ¡son totalmente prácticos y mucho más baratos!
Anoche estuve dándole duro con mis binos Meade 9x63. Ambos cúmulos entraban en el campo de fisión (fov). Luego observé Shaula y Lesath, Antares y M4. No dio el patio de casa para que pudiese distinguir a M80. Me desquité con NGC6132 y con la última propuesta de hoy, otro cúmulo abierto (open cluster), borroso en los binos, NGC 6322.

Los cúmulos abiertos son grupos de hermanas jóvenes de paseo por la galaxia, alejándose de mamá nebulosa, quien les diera vida unos pocos millones de años atrás en el tiempo y en el espacio. Los cúmulos abiertos tienen una naturaleza distinta a los cúmulos globulares, claro; mientras a estos los suponemos bulbos galácticos, antiguos, aquellos son niños en franca algarabía. La distinción puede hacerse (más allá de su forma característica, dada por la gravedad imperante) por un análisis del espectro de sus estrellas. Los cúmulos abiertos contendrán estrellas azules  mientras que los globular cluster incluyen estrellas rojas y viejas. Los cúmulos abiertos tienden a disgregarse en estrellas solitarias, como nuestro Helios querido.
El tiempo que el cúmulo abierto logre mantenerse unido depende de la masa propia. Los cúmulos más compactos figurarán más tiempo que los amplios o menos densos, en los que las mareas gravitatorias interactuando son menores.

Veamos dos tipos de cúmulos fotografiados por Gustavo, a modo de conclusión sobre su naturaleza: el bello Omeguita, en Centauro, y el clásico Joyero, de la Cruz. Mientras NGC 5139 rebosa de estrellas y muchas de estas son de color apagado, el cúmulo abierto NGC4755 luce azules en franca mayoría. La notoria roja es probable que no forme parte de la asociación, sino que sea una visión superpuesta.
NGC5139. AR 13h26´47´´ Dec -47º29´ tiene 36´de diámetro angular y magnitud 3.7.

NGC4755 o kappa crucis: AR 12h51´ Dec -60º 04´.

Novas y Supernovas.
Una Nova o estrella nueva es un sol binario que, por agregación de la masa de su compañera, alcanza el fin como tal en una explosión magnífica que le confiere, en un segundo, una magnitud muchas veces menor (la hace más brillante), tornándola visible allí donde de ordinario no lo era. Fueron Nova las estrellas que llevaron hacia la ciencia a varios niños o adolescentes que se convirtieron en grandes astrónomos, tal el caso de Johanes Kepler y Tycho Brahe. Las novas tienen un lugar en la evolución del universo, pues en el instante de la explosión, sintetizan materiales pesados que arrojan al cosmos sembrando de materia el porvenir.




Los diagramas superiores surgen de relacionar, en una tabla de coordenadas cartesianas, la magnitud y la temperatura de las estrellas. Los astrónomos que dan nombre al diagrama se encontraron con un patrón al vincular ambos datos. Las estrellas -dedujeron- se desarrollan a lo largo de la secuencia principal y luego evolucionan a gigantes azules o rojas. Las enanes blancas son el corolario de una gigante roja, fin teórico de nuestro sol.
La magnitud y la temperatura descienden en tanto los ejes se alejan del vértice de origen. Así, las estrellas azules (superior izquierda) son las más brillantes y las más calientes, mientras que las pequeñas luces rojas (inferior derecho) son proto estrellas o enanas marrones. Las gigantes rojas de la derecha superior son estrellas de helio, tal como Antares, Beteljause y otras. Nuestro astro estaría situado al centro a la derecha del diagrama.
Las gigantes rojas mueren formando bellas nebulosas planetarias con una enana blanca enfriándose en su centro, mientras que las gigantes azules dan lugar a Novas o Supernovas, dejando tras de sí –según su tipo o masa inicial-: síntesis de átomos pesados impulsados al cosmos (T1), estrellas de neutrón o agujeros negros (T2). La evolución estelar es a mi juicio uno de los más interesantes temas de la astronomía y la astrofísica. Ya ampliaremos con ejemplos y otros datos.

Fin de la guía nº 7.

Fuentes:
Exótico cielo profundo: EdBernardini y R Ferraiuolo.
Globulares Messier. Enzo de Bernardini.
Sur astronómico, sitio web. EdB.
Objetivo Universo: Tignanelli y Feinstein.
El Sol: Marta Rovira.
Taller Nase: UAI-Sec.Ciencias de la prov. de Santa fe.
Cielo del mes: Jaime García.