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jueves, 24 de octubre de 2013

Las Tres Marías

Las Tres Marías

Las Tres Marías es una figura de estrellas muy popular que trepa por el este en las madrugadas de la primavera austral y que alcanza la culminación a horas decentes poco después del solsticio*, sobre las fechas de Navidad y Reyes.
Vista nórdica, desde el sur la figura está invertida


Por estar bien altas en el festejo de Reyes, mi padre no las llamaba Tres Marías sino los Tres Reyes Magos. Así, mientras aquellas remiten a íconos religiosos, estos Señores de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar, llegan a la fantasía infantil cada año, cargados de regalos, en pos de la estrella de Belén.

Cuántas menciones astronómicas tiene el imaginario popular, y quizá pasan desapercibidas: las tres Marías, hijas casuales del devenir y de nuestro punto de visión nocturna -los griegos le llamaron El Cinturón de Orión; y la Estrella de Belén, acaso la silueta magnífica del cometa Halley, corriendo a todo vapor por los cielos de aquella tierra bárbara.

Las tres Marías, los Reyes Magos, el Cinturón de Orión, como más les guste**, forman parte de una vasta región del cielo, sita sobre un brazo de la Galaxia Vía Láctea. Cuando miramos el cielo de invierno, miramos el centro galáctico; cuando miramos Orión, lo hacemos en el plano inverso. En las noches equinocciales dan nuestros ávidos ojos con la vastedad vacía del universo intergaláctico, siendo así visibles esas otras islas del cielo y los muchos globulares que nos orbitan tan lejos.

Vuelvo a Orión. Su figura debe buscarse invertida en el cielo, patas arriba. La brillante azul que pica a lo alto es la estrella Rigel, el pié, y la gigante roja que vemos abajo, Betelgeuse (La-mano-de-Jause) el hombro. Ocurre que esta constelación fue creada por hombres del norte, quienes ven nuestro cielo dado vuelta. Suelo decir que esta es la razón por la cual esas gentes causan tanto dolor e injusticia a los restantes del mundo; porque lo ven todo al revés y todo lo equivocan. En realidad, si puedes imaginarte parado sobre los polos de una pelota que gira en el espacio, al sur y al norte de ella, comprenderás que, al observar unos y otros el cielo ecuatorial, aquello que los del sur vean abajo, los del norte lo estarán viendo arriba. Queda claro así que el abajo y el arriba no existen en el universo. El abajo y el arriba solo son conceptos humanos, es decir, falseo barato de la realidad.

Toda vez que veas Orión notarás que hacia nuestro “arriba” asciende (pende), del eje de las tres Marías, una pequeña recta de estrellas llamada El Puñal. Cuando le observes a simple vista, podrás ver una seguidilla, un leve pelotón de luces. Si tienes la suerte de meterle ojo con binoculares o con telescopio, te sorprenderás viendo una miríada de estrellas y una nube de gas muy brillante.

Dicha multitud de estrellas ha nacido hace muy poco, son niñas alborozadas que comienzan su paseo por el brazo de la galaxia; la nube es el útero, la madre, el sitio de donde acaban de nacer.

Las nubes de gas son la fuente de tales luces, las queridas estrellas. La nube de Orión es una de las más hermosas del cielo y la más cercana a nosotros. Por supuesto, su tamaño es grandioso (24al), inimaginable, así como la distancia que a ella nos separa (1.500al).

Los gases interestelares llenan los brazos de nuestra galaxia. Nubes oscuras formadas por átomos y moléculas simples y aún complejas son las que, comprimidas por la fuerza de gravedad, dan lugar a condensaciones prodigiosas que derivan en soles. La nube negra, apretada de un modo indecible, alcanza un punto de frenesí en el que comienza a fusionar átomos primeros en helio. El residuo de ese trabajo es lo que llamamos luz. Cuando la nube original permite tales esferas de gas que fusionan hidrógeno y -por hacerlo- emiten luz, decimos que ha nacido una estrella.

*El solsticio nombra a los puntos en que el Sol, en su paso aparente por el cielo, alcanza la máxima declinación, esto es, se aparta 23.5º S o N del ecuador celeste. Al tocar los 23.5º Sur los días 19 o 20 de diciembre, la irradiación en nuestro hemisferio es máxima y decimos que comienza el verano austral (invierno septentrional). Los equinoccios suceden cuando el paso aparente del sol toca el ecuador celeste. Esto sucede en septiembre y en abril, los meses primaverales en el sur y el norte respectivos.


** Alnitak, Alnilam, Mintaka, las estrellas del cinto. Los pueblos nórdicos padecen una mitología basada en el sometimiento, la lujuria y la batalla. En América, la figura es interpretada como un Poncho que es tejido por los dioses para abrigo de los hombres. Así, las tres Marías son el peine que prensa el tejido; el puñal es la lanzadera que teje el hilo sobre la urdimbre; las estrellas principales de la constelación: Betelgeuse, Bellatrix, Rigel y Saiph, los hombros y pies del guerrero, son las estacas sobre las cuales está tendido el telar.

6 comentarios:

  1. Que buena descripción de lo que es "El puñal" en realidad. Me "robo" tu explicación para la próxima vez que le muestre a alguien M42.

    Abrazo,

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    1. Seba, querido amigo, todo lo que te sirva, es tuyo.
      Un abrazo¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Gracias, Halcón, cuéntame quién eres, no accedo a tí por aquí. Un abrazo.

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  3. Buenisima la nota, como todo lo que haces!!! Felicitaciones
    Abrazo

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  4. Carlos, muchas gracias¡¡¡¡¡ Se te espera por aquí. Un abrazo.

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