Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

viernes, 22 de mayo de 2015

Cinegética

Cinegética


Si existe un inconveniente (aliciente) al respecto de poseer amigos cultos es que te tiran palabras que por ahí no conoces en profundidad.

Cinegética es –además de “el arte de la caza con perros”, o “el arte de cuidar perros de caza”- el título de un cuento maravilloso y terrible de uno de nuestros mejores escritores: Haroldo Conti. Conti fue secuestrado y asesinado por una patota de asesinos durante la última dictadura cívico militar. Resulta una ironía su cuento, pues. Pero cinegética es la palabra con que un amigo describió nuestro desvelo de estos días –noches-, en que nos corrimos hasta Realicó, La Pampa, en busca de una captura, precisamente.

Nuestro deseo es capturar la sombra provocada por unos breves instantes (60 segundos ¿?) en que el asteroide Chariklo oculte a una estrella en la constelación de Sagitario, entre Eta sgr y el Escorpión (escribo esto el jueves 21 de mayo a las 20,30 horas, el cielo permanece oculto tras nubes espesas aunque sopla viento desde el sur. Chariklo es un Centauro, único asteroide conocido con anillos). La estrella es muy débil, brilla con magnitud 15 y esta es una de las razones por las que estoy aquí: poseo un telescopio de 300 mm de apertura, válido para este tipo de resoluciones. Los 60 segundos a los que aludo cubrirían, groso modo, el inicio de la ocultación por los anillos de Chariklo y el fin de esta. Es decir: merma y suba en el brillo al cruzar los anillos (instante); merma en el brillo al cruzar el asteroide (segundos), alza en brillo; nueva y última merma al cruzar los anillos (instante).

Mi compañero en cinegética es Jean Luc Dauvergne, periodista y fotógrafo especializado en astronomía, escritor de la revista Ciel et Espace. Jean ha escrito cinco libros sobre observación astronómica y su trabajo tiene el peso de obligarle a viajar por el entero mundo en pos de capturas como esta, pauvre ami. Nos conocimos el miércoles, llegó con Lucy, la astrónoma del observatorio nacional de Francia que está ahora en nuestra misma situación, agazapada detrás de un teles y su cámara, solo que 100 km al sur de Realicó.
Cinco franceses han venido y se alojan en cinco sitios diversos del país, Malargüe, Alta Italia, Santa Rosa, General Acha y Realicó. Cinco cámaras Merlín 247 Raptor han traído ellos, ella. Estas cámaras –pude ver cómo trabaja la nuestra anoche- son sencillamente espectaculares. Su costo es de apenas 5.000 €. Para que se hagan ustedes una idea, diré que la cámara, seteada a 10 milésimas de segundo, levantaba unas 20 o 30 estrellas en el mínimo campo de su CCD (5mm x 6mm). Estas estrellas se multiplicaban cuando Jean variaba su ganancia. Si la seteaba a un segundo la imagen se saturaba por completo.

Para que el telescopio que traje -el conocido Pequeño Juan, un LX200 de 12 pulgares de cacerola, con perdón de la palabra- sirviera para este propósito, mandé construir una cuña ecuatorial robusta y simple, hasta bella, fabricada en base a planos de mutua concepción por un técnico electromecánico compañero de secundaria, Beto Ghisio. Beto se las ingenió para hacerla muy cómoda, desmontable, cuya latitud de trabajo varía de 22° a 50°. El Pequeño Juan no se mueve allí arriba así que sientes sobre él.

Anoche Jean puso el telescopio en estación en torno a la estrella Sygma octantis; lo hizo en no más de 5 minutos y es método que no se me olvidará, adiós correcciones sobre el meridiano y el este, ya no más demoras. Estupor me causó comprobar de qué modo conoce nuestro cielo. Ha viajado a sud américa varias veces.

Contó que desde el Cuzco a Ushuaia el espectáculo que más le impresionó fue el sur, por su riqueza y variedad de tonos de luz a lo largo de una jornada. Contó que en Atacama el suelo es blanco y que en la noche allí se refleja la Vía Láctea ¡! Contó que en Libia los niños y los adultos le preguntaban qué estaba más lejos, si la Luna o las estrellas (una adulta me preguntó mismo aquí, en Argentina). Contó que observar a más de 3500 metros de altura no es deseable ni práctico pues falta el oxígeno y la vista se nubla. Contó que en Francia solo pueden comer un bife de vez en vez y pensé en cómo andamos por casa: Europa sufre lo mismo y más, y nada de ello se conoce. Contó Jean sobre sus viajes, Islandia, Sudáfrica. Conoce a los EEUU solo por dentro de un aeropuerto, pasó allí una noche, a causa de un aterrizaje forzoso.

Esta noche, jueves 21 de mayo, en una espaciosa habitación del hotel, a cinco horas de la ocultación, él escribe sobre la cama una nota sobre el Observatorio Astronómico de Córdoba para su revista y yo hago lo propio sobre la mesa; escribo sobre él y acerca de nuestra ansiada supuesta caza una nota para el blog. Afuera las nubes enseñorean y nuestro ánimo es tranquilo. Hasta hace unos momentos tomamos mates amargos durante una buena media hora. Jean tomó ese gusto en Chile.

2230 horas, Cenamos vacío con salsa de jamón, exquisito.

23,00 horas, Las nubes persisten en su esencia, todo lo que es quiere seguir siendo. ¿Es como una inercia? No, existe ese término magnífico, Entropía.


24,00 horas, publicaré esta, continúa cubierto.

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