Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El sistema solar, nota El Observador

El Sistema Solar
Nota cierre para periódico El Observador

Dedicamos El Observador del Cielo a cuerpos notorios del Sistema Solar. En archivo verás comentarios sobre Sol, Luna y ocho planetas conocidos. 
Cuando niño, estos eran nueve pero en el 2006 la Unión Astronómica Internacional decidió que Plutón no daba para tal categoría. Esta curiosa baja (ahora es planetoide o asteroide) nos recuerda que los conocimientos  son prendas que la moda impone sobre las estanterías del criterio científico. A la moda que dicta la ciencia le llamamos paradigma. El paradigma es una anteojera que dirige el entendimiento sobre algunos aspectos y nos priva de otros. En los comercios es igual, nadie compra lo que quiere sino lo que le ofrecen.
Iluso el que se crea libre al consumir… o al saber.



Al respecto del conocimiento, ideal sería decir: esto es un cometa, esto un asteroide. Así creemos que funcionan las cosas a partir de las escuelas, en cuyas aulas cuelgan figuritas con rótulos debajo. Por suerte, el mundo es prolífico y la ciencia se corrige a sí misma con cada nueva huella desentrañada.

Por ejemplo: conocemos un número de planetoides (Ceres, Vesta, MakeMake, etc.), y es ahora noticia que los límites entre estos y los cometas, son difusos: se acaba de descubrir un asteroide que proyecta cola, tópico que otrora hubiéramos atribuido a aquellos cabelludos (coma, de cometa, significa cabellera).

El sistema solar incluye una miríada de objetos agrupados en regiones específicas: el cinturón de Asteroides (entre Marte y Júpiter), el cinturón de Kuipers (más allá de Neptuno) y la muy lejana Nube de Oort (en los lindes del sistema, a medio camino de la estrella más próxima).

El cinturón de Kuipers y la nube de ese Otro Señor, son reservorios de cuerpos helados que duermen el sueño de los justos, hasta que un empujoncito gravitatorio los arroja sobre el Sol, y, por ende, sobre nosotros.

Se cree que el agua y la misma vida han llegado de aquellas zonas, sobre cometas que impactaron a los planetas interiores hace miles de millones de años…


No hay por qué creer que esos bombardeos no se repitan en el futuro. Con ellos suceden extinciones masivas y, luego, nuevas e inimaginables formas de vida. 
La vida es un álgebra ciega que siempre arroja un resultado.

Otros objetos del sistema lo constituyen el mucho polvo interplanetario. Descubierto por la dispersión que produce sobre la luz solar, son partículas microscópicas y generan un brillo conocido como Luz Zodiacal.

La franja de luz de la izquierda corresponde a la Vía Láctea, astros fuera del sistema Solar; la luz de la derecha es la Luz Zodiacal, y precede o sucede al orto helíaco.


Por último (hay más objetos, incluso tal vez exista una estrella compañera al Sol, oscura y lejana) estemos atentos a las noticias de la misión Rosetta sobre el cometa Churyumov - Gerasimenko. Hemos puesto un robot sobre él y, aunque sus patas no han podido aferrarse y hace equilibrio, como un corcho que cae y rebota sobre la mesa de navidad, está transmitiendo desde una distancia tal que sus palabras demoran 30 minutos en llegar a casa (y nos habla por medio de ondas de radio que viajan a 300.000 kilómetros por segundo). 
Esas nuevas serán fabulosas, un cometa está formado por la materia que dio vida al sistema Solar, de modo que este es un viaje al pasado y mucho aprenderemos (la Tierra también está formada por dicha materia, pero aquí ha sido transformada por temperaturas y presiones intensas. En los cometas yace como en los orígenes).


El fin de año toca a la puerta, los ojos de los hombres seguirán escrutando el cielo y, cometas o corchos mediante, el próximo ciclo hablaremos sobre nuevos y hermosos astros. Feliz despedida.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Primer curso de ATDL
Sagitario Blues
ATDL
Proyecto Sagitario

Pro logo (con perdón de la palabra):

Hace muchos años asistí a una juntada observacional. Daba mis primeros pasos como observador-divulgador de esta ciencia y caí a esa muy tímido, como agua que fluye en la llanura, en los ahora desolados campos del Sur de Santa fe, humilde morada del que escribe. En esa Star Party (ay, qué incómodo es llamar así a un encuentro, con la voz del imperio), asistí a un número de charlas donde cada expositor lucía con orgullo sus títulos: astrónomo, profesor, doctor, manager, dealer, etc. etc. Más, resulta que las charlas por allí eran incomprensibles, pesadas, aburridas como la hostia. Si me hubiera llevado por ellas, jua, haría tiempo que haría nada, que me dedicaría al ajedrez, como antes. A dios gracias, entré a esto con una deuda que aún no pago, por lo cual no puedo largarme, todavía.

En esas charlas fue que concebí dos premisas que esgrimo;
la primera: jamás nunca dar una charla aburrida
la segunda: tener también yo un título que me defina… y que por oposición defina a los que aburren con una exposición, sobre todo si previo a la cual te han enrostrado treinta antecedentes, veinte títulos y ninguna flor… de idea.

Como esto pinta tonto, me explayo sobre la pinta de mi pampa, el sur de Santa fe:
La Pampa argentina supo ser acojonante, los pastizales se alzaban por más de dos metros y cubrían el territorio de cinco o seis paisitos europeos (recuerdo un párrafo de la vida de Carlos Casado del Alisal, fundador de Casilda y Chabás, localidades hermanas. Don Carlos fue el primer exportador de trigo de Argentina y cuando el presidente de turno le mintió que no tenía un peso para financiarle la exportación, envió un leguleyo a Inglaterra, a pedir préstamo; los chantas le exigieron no sé qué garantías; Carlos Casado mandó contestar: ¡Que los campos que él solo poseía… eran más extensos que toda la isla de la Gran Bretaña!  Pero Carlos del Alisal llegó a estos lares cuando el trabajo sucio en su mayoría estaba hecho; la región conocida como Pago de los Arroyos rebosaba de Gliptodontes a flor de suelo, y de los muchos indios no habían dejado sino unos pocos, para esclavos. Los agricultores acabaron en un tris con esos pastizales quiméricos (El negocio del agricultor es destruir la naturaleza, trocando el medio a su entero arbitrio. Las religiones monoteístas se basan en esto al exponer sus cosmogonías: y dios dijo, y dios hizo; es la soberbia del que se cree mandado a cambiar algo la que allí se venera) y el soso trigo empezó a acunar el viento durante cada octubre, hasta que de oro quebradizo era segado por hombres, mujeres y niños; hombres mujeres y niños que hasta el Perón del 45 trabajaron como bestias del sur salvaje, y dejaron puntuales el pellejo de tanto hacerlo, como aquellos armadillos grandes como un fiat 600, solo que aquellos espicharon por natural razón, y estos por engordar bolsillos ajenos.

En estos pastizales pretéritos, de los que nada ha quedado sino registro escaso en la literatura (Las Nubes, JJSaer), el cristiano se perdía a los dos pasos y era devorado por el tigre o, incluso, cuando más adelante, durante el proceso de extensión de la conquista, se internaba en ese mar infinito sobre sus carretas con ruedas de cuatro metros (hasta hace muy poco había una de estas, arrumbada en un caserío pobre de Chabás), jaladas por vacas, mulas o caballos, según se ve en los grabados mitológicos de este país (los manuales escolares), los incendios arrasaban con miles de hectáreas, animales y seres, si no eran estos baqueanos avisados, capaces de guarecerse en lo más adentro de una laguna o estero inmenso, de esas llamaradas tremendas que corrían a la velocidad del viento, casi.

Así era mi pago, de feraz, hace doscientos años. Ahora es un páramo de cuento de Poe. La soja lo ha matado todo y los pocos que no padecemos cáncer estamos en lista de espera. El trigo, que es cosechado en un solo día, cercano a mi cumpleaños, es cada vez más escaso porque no compite en ganancias con aquél yuyo del infierno.

En fin, aunque las perspectivas suenan negras como el alma de un astronomer que cacerolea, algunos empujamos de verdad pa´rriba, y tratamos que los vecinos y alumnos de cada pueblo o ciudad perdida tengan un poco de cielo sobre sí.


Estos, los que no nos vendemos por plata, los que sin ser pulcros vamos a cualquier parte del país, aunque nos roben a mano alzada, como en un lugar del norte, de cuyo nombre no quiero acordarme, Estos, somos los ATDL.

domingo, 23 de noviembre de 2014

5° Conciliábulo Nocturno, Taller JCGalarza y Proyecto Sagitario.

V Conciliábulo Nocturno
Taller de Astronomía Juan C. Galarza 
y
Proyecto Sagitario 
Bigand, Sur de Santa fe.

Imágenes de la Plaza.

















Imágenes enviadas por jorge Paladino:






Las 7 fotos que siguen, gentileza de Sergio Bais.







Imágenes de la cena y charla de Guillermo Bosch.




































Imágenes de la plantada de telescopios.





Las tomas que siguen, gentileza de Cristián Noccelli.







Cumplió cinco años de trabajo en divulgación de la astronomía nuestro Taller; quiero agradecer muy especialmente a los amigos Marce y Sergio, quienes recorrieron más de 500 kilómetros para estar presentes en esta, la quinta fiesta consecutiva. 



Guillermo Bosch, junto a su esposa e hija nos honraron con su visita, observaciones y comentarios, amén de una charla sobre los telescopios Gemini y su óptica activa, super interesante.



Jorge y Guille, junto a María y Silvia nos cautivaron con su franco entusiasmo, equipos y don de gentes; con Jorge tengo ahora una deuda muy especial, el tipo sabe de raíz lo que es un ATDL, lo que a veces sufre, y lo que siempre disfruta. Jorge, muchas gracias, lamento en el alma no haber sabido hablar más contigo por algo me dice que repetiremos este encuentro con Guille.



Como una deferencia tomo la presencia de Julio Nardón, excelente persona, grandísimo fototrolo en ciernes y reconocido divulgador de la astronomía santafecino. Su capuccino es el mejor, sin duda, bajo las estrellas de cualquier cielo.



Agradezco a Adrián Nicolini, hombre alegre, dispuesto, conocedor, que tal vez haya obrado para aminorar... ciertas cosas por aquí.

Javier, Silvio, Daniel, son reconocidos timadores del medio, quién los conozca los quiere; estuvieron con sus respectivos teles tirando fotos, embocando nebulosas y cantando conocidos versos de Martí en clave 2x4.


De fierro templado es Marcos, tipo feliz como pocos que haya bajo el cielo, quién cayó puntual, con un teles inconcluso y una compañera oscura y sugerente como la noche que nos cubría.



Muchos otros amigos estuvieron presentes: Gastón, Wally, Cristián, Horacio y otros que por desventura olvido mencionar, amén de Mili, Cande, Marina y Esteban.

Mi hija Sabrina, pilar de Plazas Astronómicas, esas maravillosas  12 jornadas nocturnas que realizamos contra viento y marea en la esquiva ciudad de Casilda, estuvo para el festejo, llegó en su increíble gigo 405 con toditas sus luces prendidas, y estacionó frente al corro de telescopios. Bien es cierto que conducía su compañero, Carlos, je je je. Los circunstantes quisieron abalanzarse sobre él para "explicarle" lo de las luces... apenas pude sofrenarlos.

Los choris sobraron como para dos encuentros más, así como los alcoholes; aprovecho la volada para decir que se extrañó la presencia del Dni, amigo dilecto, y de otro querido cierto borrachín... que no hace mucho fue papá.


Un capítulo perfecto e inolvidable fue el del cielo: el seening, la transparencia o calidad de lo que allí arriba brillaba o no. Bigand, fruto del avance capitalista, ha perdido un 50% de cielo; sin embargo, la noche fue espectacular, casi se veían las constelaciones de barro.



Por mi parte, más allá del esfuerzo y lo invertido (y dale con el tema del Dani), puse a disposición de los presentes (y uno de ellos me desenroscó el dieletrico!!!! ay, ay, ay) un embudo de 300mm / 3000mm y un ocular de 68° campestres y 28mm de cono de luz. 



Allí, Escultor fue un tajo blanco que cortó el vidrio entero de una sola mirada. Pocas veces he visto algo mejor en mi vida... que no tuviera polleras.

Orión , en tal setap -como mal dicen algunos- fue la floritura más obscena que puedas imaginarte. Javier miró unos 10 minutos sin hablar y dijo: parece una gaviota, carajo.
47 Tucán.... a 100x... en los 305mm.... es un ensortijo de púas blancas, no sé cómo no perdí la vista allí.
EL Fantasma, el Alhajero, la Colmena, fueron algunos objetos destripados por esa máquina maldita que cuesta lo que en un día se chorea un Juez.
Por supuesto miramos a Carina y paseamos por sus hombros, desplazando sus breteles, en busca del sueño que allí mora y alimenta, como un pezón magnífico, a esa pléyade de nuevas Pléyades.
La Tarántula y todos los malditos cúmulos de la nube magallánica, fueron objeto de repetidas miradas, en especial del Guille, quién en ella se doctorara.
La 1365 mostró una barra nítida y amplia como un caño de ejercicios suspenso en el vano de una puerta, de ella colgaban -y trepaban- sendos brazos de luz que, sabemos hoy, son millones de estrellas, con millones de planetas, con ¿millones? de especies diletantes, acaso en ciencias más acertadas que las de nuestros desvelos.


A la par del Pequeño Juan (LX200 de 12")  batallaba sin mermas el Timbero, mi otro viejo y querido amigo, el Meade Apo de 80 x 480, con espejuelo dieletrico y ocus ED de 18mm, 60° de campo y barrilito 1.25, de modo que todo estos objetos eran pispiados a 100x y 68°;  y a 20x 60°, respectivamente.



En fin, es solo resumen de lo vivido, falta contar de los juegos en la plaza y de la observación solar, que también aportaron al festejo.


Sergio Galarza
ATDL


Taller Juan Carlos Galarza, Comuna de Bigand

Proyecto Sagitario, Sur de Santa fe.