Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Primer curso de ATDL
Sagitario Blues
ATDL
Proyecto Sagitario

Pro logo (con perdón de la palabra):

Hace muchos años asistí a una juntada observacional. Daba mis primeros pasos como observador-divulgador de esta ciencia y caí a esa muy tímido, como agua que fluye en la llanura, en los ahora desolados campos del Sur de Santa fe, humilde morada del que escribe. En esa Star Party (ay, qué incómodo es llamar así a un encuentro, con la voz del imperio), asistí a un número de charlas donde cada expositor lucía con orgullo sus títulos: astrónomo, profesor, doctor, manager, dealer, etc. etc. Más, resulta que las charlas por allí eran incomprensibles, pesadas, aburridas como la hostia. Si me hubiera llevado por ellas, jua, haría tiempo que haría nada, que me dedicaría al ajedrez, como antes. A dios gracias, entré a esto con una deuda que aún no pago, por lo cual no puedo largarme, todavía.

En esas charlas fue que concebí dos premisas que esgrimo;
la primera: jamás nunca dar una charla aburrida
la segunda: tener también yo un título que me defina… y que por oposición defina a los que aburren con una exposición, sobre todo si previo a la cual te han enrostrado treinta antecedentes, veinte títulos y ninguna flor… de idea.

Como esto pinta tonto, me explayo sobre la pinta de mi pampa, el sur de Santa fe:
La Pampa argentina supo ser acojonante, los pastizales se alzaban por más de dos metros y cubrían el territorio de cinco o seis paisitos europeos (recuerdo un párrafo de la vida de Carlos Casado del Alisal, fundador de Casilda y Chabás, localidades hermanas. Don Carlos fue el primer exportador de trigo de Argentina y cuando el presidente de turno le mintió que no tenía un peso para financiarle la exportación, envió un leguleyo a Inglaterra, a pedir préstamo; los chantas le exigieron no sé qué garantías; Carlos Casado mandó contestar: ¡Que los campos que él solo poseía… eran más extensos que toda la isla de la Gran Bretaña!  Pero Carlos del Alisal llegó a estos lares cuando el trabajo sucio en su mayoría estaba hecho; la región conocida como Pago de los Arroyos rebosaba de Gliptodontes a flor de suelo, y de los muchos indios no habían dejado sino unos pocos, para esclavos. Los agricultores acabaron en un tris con esos pastizales quiméricos (El negocio del agricultor es destruir la naturaleza, trocando el medio a su entero arbitrio. Las religiones monoteístas se basan en esto al exponer sus cosmogonías: y dios dijo, y dios hizo; es la soberbia del que se cree mandado a cambiar algo la que allí se venera) y el soso trigo empezó a acunar el viento durante cada octubre, hasta que de oro quebradizo era segado por hombres, mujeres y niños; hombres mujeres y niños que hasta el Perón del 45 trabajaron como bestias del sur salvaje, y dejaron puntuales el pellejo de tanto hacerlo, como aquellos armadillos grandes como un fiat 600, solo que aquellos espicharon por natural razón, y estos por engordar bolsillos ajenos.

En estos pastizales pretéritos, de los que nada ha quedado sino registro escaso en la literatura (Las Nubes, JJSaer), el cristiano se perdía a los dos pasos y era devorado por el tigre o, incluso, cuando más adelante, durante el proceso de extensión de la conquista, se internaba en ese mar infinito sobre sus carretas con ruedas de cuatro metros (hasta hace muy poco había una de estas, arrumbada en un caserío pobre de Chabás), jaladas por vacas, mulas o caballos, según se ve en los grabados mitológicos de este país (los manuales escolares), los incendios arrasaban con miles de hectáreas, animales y seres, si no eran estos baqueanos avisados, capaces de guarecerse en lo más adentro de una laguna o estero inmenso, de esas llamaradas tremendas que corrían a la velocidad del viento, casi.

Así era mi pago, de feraz, hace doscientos años. Ahora es un páramo de cuento de Poe. La soja lo ha matado todo y los pocos que no padecemos cáncer estamos en lista de espera. El trigo, que es cosechado en un solo día, cercano a mi cumpleaños, es cada vez más escaso porque no compite en ganancias con aquél yuyo del infierno.

En fin, aunque las perspectivas suenan negras como el alma de un astronomer que cacerolea, algunos empujamos de verdad pa´rriba, y tratamos que los vecinos y alumnos de cada pueblo o ciudad perdida tengan un poco de cielo sobre sí.


Estos, los que no nos vendemos por plata, los que sin ser pulcros vamos a cualquier parte del país, aunque nos roben a mano alzada, como en un lugar del norte, de cuyo nombre no quiero acordarme, Estos, somos los ATDL.

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