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martes, 3 de marzo de 2015

Meridiana, astronomía de día Curso de astronomía práctica 2

Meridiana, astronomía de día

Curso de astronomía práctica

Parte 2
El Meridiano:

El meridiano es una recta imaginaria que indica el medio día solar sobre el sitio en que se la obtenga.

Recordemos que la Tierra gira sobre un eje imaginario y como este giro es constante, la meridiana es siempre un instante entre las sombras (horas) de la mañana y la tarde (llamado medio día solar).

El movimiento aparente del sol sobre el horizonte (llamado eclíptica) puede registrarse por medio de un palo erguido perpendicular al piso: el Gnomón.

La sombra más corta de cada día indicará el medio día del lugar; su proyección sobre la superficie será la llamada meridiana y correrá de polo a polo.

La meridiana es una geodesia, es decir, es una curva imaginaria tendida sobre el suelo de la tierra que une a los polos geográficos (más adelante veremos los polos magnéticos, los cuales nada tienen que ver con sus homónimos geográficos).

Conocer la situación de los polos geográficos es importante para los observadores del cielo. Cuando tengamos un telescopio con montura ecuatorial sabremos por qué. Pero hay un punto a destacar: ¿Cómo probar en pleno día que la meridiana apunta hacia los polos geográficos (de noche es muy fácil hacerlo)? En los colegios se enseñan un número de temas, no siempre elementales, y los alumnos acostumbran aceptar lo que transmite el docente sin discusión. Pero así no se aprende a hacer ciencia, mucho menos a pensar en ella, a imaginar métodos que comprueben esas verdades.

Veamos una actividad para comprobar si una sombra meridiana apunta hacia los polos geográficos, que son los puntos eje de giro del planeta. Necesitamos los siguientes materiales: esfera de telgopor; alambre resistente y maleable, una base de cartón duro; un alfiler; una linterna o velador. Con ellos armaremos un móvil:

1-      Toma la esfera de telgopor y le clavas un alambre que la atraviese y sostenga sobre el cartón (el mismo alambre puede hacer de base si se le da la forma adecuada). El alambre inserto en la esfera hará las veces del imaginario eje terrestre.

2-      Clava ahora un alfiler vertical sobre una zona intermedia entre el ecuador y los polos de la esfera, de modo que emerja libre un tanto de su largo. El alfiler será el gnomon.

3-      Ilumina la esfera con un velador o linterna.

4-      Dispuesto el eje de la esfera en cualquier orientación con respecto al eje de la lámpara, gira la esfera. Verás que, cuando el alfiler pase debajo del haz de luz, la sombra se acortará hasta hacerse mínima (o nula, en determinados casos. Si esto ocurre, inclina un poco el eje de la esfera, para que la sombra mínima proyectada muestre una dirección).

5-      Traza una línea que continúe la dirección de la sombra mínima y verifica si corre o no hasta los sitios dónde has clavado los alambres que hacen las veces de polos, o centros de giro de la esfera.

Los cardinales, el ecuador, la eclíptica.

Los cardinales surgen a groso modo de la observación del punto por donde alce el sol, pero su localización exacta la logramos a partir del trazado de la meridiana.

La meridiana, como dijimos, es una línea que corre de norte a sur geográfico, siendo por definición el norte la dirección por dónde el sol logra su máxima altura; el cardinal sur es el opuesto (en el hemisferio sur). Los cardinales este y oeste, sitos a 90° de tal línea, representan los puntos respectivos por los cuales alza y oculta el sol durante los equinoccios.

Los equinoccios son los días en que las horas de luz y noche son iguales en teoría, pues la eclíptica coincide con el ecuador celeste. El ecuador celeste es una proyección imaginaria del ecuador terrestre* sobre la bóveda del cielo.

En la simulación que sigue puede verse las trazas roja, amarilla y celeste, imaginarias:

Roja, meridiana, señala el mediodía en el patio de mi casa;

Amarilla, ecuador celeste, proyección del ecuador terrestre sobre la bóveda del cielo;

Celeste, eclíptica, es el camino aparente del sol sobre la bóveda celeste; corresponde en realidad a la órbita de la Tierra alrededor del sol; sobre este trazo se dan los eclipses y de allí su nombre.


El meridiano es un hito que ha sido utilizado en la antigüedad para definir el día. Un día era el lapso de tiempo que corre de meridiano a meridiano. Luego, con el desarrollo de nuevos conceptos, adoptamos el inicio del día con la antimeridiana, es decir, con la medianoche.

La simple observación de sucesivas sombras meridianas (es decir, la determinación de la sombra más corta de la jornada, durante varios días seguidos) nos muestra muy pronto que dichas sombras mínimas van variando su longitud día tras día. Este fenómeno indica que la altura del sol sobre el horizonte aumenta (o disminuye) hasta cierto punto, y luego comienza a descender (o a ascender) hasta alcanzar un límite, desde el cual reinicia el ciclo**. Esta es la causa de las estaciones y su correlación. Cuando el sol alcance sus cotas máximas sobre el horizonte, su irradiación será mayor, estaremos en verano; por el contrario, seis meses después mediremos su cota menor, índice de que llegamos al invierno.

En este vaivén de las cotas de altura solar sobre el horizonte habrá, por supuesto, dos días intermedios. En ellos, el sol surgirá por el este exacto y su paso sobre el cielo coincidirá con la proyección del ecuador, como dije. Durante estos dos días la cota altura será intermedia entre la máxima y la mínima, serán los llamados días equinocciales. El próximo viernes 20 de marzo se cumplirá el equinoccio de otoño (para el hemisferio que habito. El equinoccio de verano se dará el 23 de setiembre de 2015).



*La determinación del ecuador surge cuando se verifica la esfericidad de la Tierra (la forma real del planeta es la de un geoide). La esfericidad terrestre pudo comprobarse por simple observación de la sombra de la Tierra proyectada sobre la Luna durante los eclipses. Surge también de la toma de cotas altura de una estrella, desde distintos puntos geográficos: Al ser la Tierra una pelota, una estrella cenital en determinado sitio, será una estrella muy baja sobre el horizonte desde una latitud mayor. El radio de la Tierra fue medido con precisión en el año 200 AC por Eratóstenes por medio de un gnomón, y un dato tomado de un papiro.

** La causa de que la altura del sol sobre el horizonte sea variable radica en que el eje terrestre está inclinado con respecto al plano de la órbita terrestre.

Es decir, el plano de la órbita (la eclíptica, el paso aparente de sol) incide cada día a una altura distinta respecto del ecuador terrestre, ora hacia el norte, ora hacia el sur.


Continúa.

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