Las reuniones de los viernes en las Plazas astronómicas de Casilda, y las Plazas astronómicas de Bigand se han transformado en el clásico de la semana. Les aseguro que los niños brotan sobre los oculares como agua de manantial, y hay que estar templado para responder la miríada de preguntas con que acometen.
Por común acepto la agudeza en las cuestiones planteadas por los y las vecinas que participan. Canales baratos como Discovey sólo confunden con sensacionalismos propios de Crónica tv y hay que aclarar cada noche que sí, el sol va a morir, pero dentro de cinco mil millones de años. De todos modos, nadie suspira tranquilo porque esa cifra los enfrenta a la insoportable levedad del ser que pregona Kundera.
Matías atento a las evoluciones del joyero. Con un poco de tiempo uno podría aguardar a ver una B, allí.
El niño de arriba es Samuel, un genio, el vago.
Alfonsina y el cielo.
Uff, qué lujos los míos.
Alejandro es Ingeniero, o quiere serlo, de todos modos, Luisina, su hijita, exclamaba: ese es mi papá!!!!
Qué amigos son los binoculares !!!!! Cuando los teles rebalsan de gente, le damos duro con ellos.
che... que bueno lo tuyo... muy buenos comentarios y fotos!
ResponderEliminarviva los prismaticos!
saludos!