No soy hombre de sacar muchas cuentas; si algo me entusiasma, le doy para adelante y luego veo cómo sortear los escollos. Mi padre tenía un dicho que no puedo reproducir aquí, aludía a los esfuerzos y sus respectivos pagos, algo como: “de algún monedero va a salir la plata…”. En fin, no era de salón, su dicho, pero era buena enseñanza. Me preparó para aguardar las vueltas de la vida siempre entero. En fin, quiero decir lo siguiente: las Plazas Astronómicas han revolucionado estas latitudes. Empujados por tanta actividad, se han desempolvado las armas tras la senda de la noche y ahora es muy común tener dos o más actividades sidéreas por semana. Gracias a dios. Así, ansío, pronto todos los telescopios convivamos en armonía bajo el impertérrito cielo.
A propósito de colisiones estelares y hamburguesas descolimadas, una vez, Borges me contó su Epitafio a un mal poeta:
“la meta es el olvido… yo, he llegado antes”.
“la meta es el olvido… yo, he llegado antes”.
Plaza Simonetta es la cuarta plaza que debemos postergar por nubes desde que comenzamos nuestra peregrinación astronómica. Un diario local difunde las invitaciones cada viernes y pide: traer mate y reposera, por favor. Este venusday, víspera del perigeo lunar, el cielo fue una fiesta y la plaza, Oh milagro¡¡¡ pudo ser totalmente velada.
A las nueve y veinte desembarcamos a una plazoleta “preciosa”, típica de los noventa, con mucho Pórtland y mucha luz, y tres chicas.
Ey, vamos a mirar el cielo? Trajimos telescopios¡¡¡
Siiiiiiiiii, vamos.
Entonces advierto que estos ángeles están en remerita y les pedimos que vayan a por abrigo, y parientes. Salen disparadas hacia sus casas pero… antes, una mira a Moni y dice, Seño, a vos te conozco… De donde?? Del parque Sarmiento… miramos por los telescopios. Uff. Primera alegría. Esta purreta había estado en aquella velada pues formaba parte de la colonia de vacaciones.
Comienzo el armado de Pionero con el cuidado y la mística de siempre. Trípode, montura, pesas… Llega un hombre a pié. Cruza la calle. Educado, saluda y empezamos el tanteo de conocernos y averiguar qué onda. Vamos a ver la Luna , mire qué grande... Detrás del hombre un niño, ávido. En remera. Planto pionero y le pido, Hijo mío, hazme un favor. Cuál? Dónde vives? Allá. Ve a buscarte un pulóver, después miramos lo que quieras. Sale corriendo, en menos de lo que enfoco Selene está de vuelta. El próximo viernes, el diario dirá: traer mate, reposera y pulóveres, por favor!!!!!
Enseguida se junta gente y cae Carlitos. Trae a su hijo y su máquina de fotos. Ese astro de tan pobre albedo brilla como una candela… celeste!!!! Carlos está decidido a llevarse una instantánea. Se la lleva y me digo, la próxima semana, me traigo un teles sólo para las fotos, pues la cola de media cuadra debió esperar los afanes del nuevo astrofotógrafo. Pero qué onda! Telescopios es lo que me sobra. Moni tiene los pelos de punta, ya. No hay en mi humilde morada un solo rincón que no albergue un telescopio, o cuatro binoculares, o pesas de todo peso, o cámaras, o monturas… uff.
Como la cola de verdad era mucha, la dejo a la copilota al mando y me voy a por Nuevosagitario. Llamo a los chicos (media cola) y les enseño con cuidado cómo se arma, cuales las funciones, cuales los nombres. Se los hago repetir hasta que los aprenden de memoria, a la antigua usanza, machacando. También enfocamos a la bella, es tanta su presencia. Los cráteres como moneda de 10 centavos y estos niños absortos. Vos sabés, lector, que se quedan embobados, mirando, mirando, y no le sacan el ojo. Y cuando por fin despegan les busco la mirada y -ya lo saben los que me leen-, el brillo característico en las pupilas.
Sigue cayendo gente al baile. Desde una tronera, avanza una señora, Ana María. Viene con bultos, anda despacio, grita desde allá: Hice lo que decía el diario… traje el mate y la reposera!!! Mientras levanta los brazos cargados. La abrazo y le digo, después que se presenta: Ana maría, me alegraste la noche!!!!
Cuando la plaza estuvo a oscuras el público del cielo aplaudió y arrojó papelitos de colores. Sólo faltó Clemente. Pero a la penumbra segura de la plaza, ahora se arrimaron parejitas.
Íjole, la discreta oscuridad favorece el amor del cielo, y el de la tierra.
Íjole, la discreta oscuridad favorece el amor del cielo, y el de la tierra.
Llega Claudia, Catalina y Gustavo. Claudia es gran amiga de Moni y han viajado por el sur juntas. Es profesora, también. Catalina es genial, y tiene un gato que le regalamos hace años. El gato rasca la cabeza al perro de la casa y pide el alimento como una persona. Gustavo es muy franco y muy gaucho. Siempre tuvo para mí (que soy más bien jodido) palabras y trato de amistad. Claudia, genia absoluta de la noche, trae torta. Rica torta.
Por supuesto, hace horas que Alfonsina y Fidel le dan durísimo al ojo en cada uno de los tres teles. Alfonsina y Fidel son menudos como el albor de una sonrisa pero intensos como el calor que transmite.
Los teles, los cañones contra la ignorancia, estaban organizados de esta suerte: Pionero, estrellas y cúmulos esquivos. Nuevosagitario, Saturno, magnífico. Lumbricita, la Luna , perigea…
Hubo muchos personajes, muchos niños y jóvenes entusiasmados en participar de la 2º justa astronómica, y con ganas de ganarse uno de los dos telescopios que sorteamos. Todos los pibes se llevaron su cuestionario y su ejemplar de la Guía de observación astronómica, gratis of course. Todas, todas las actividades de Candela Celeste y los Talleres que coordino (radio en dos emisoras, guías, manuales, cursos a docentes, jornadas observacionales, campamentos, encuentros, plazas, sorteos de telescopios, etc.etc.), son gratuitas para los participantes, sean estos niños o adultos.
Estuvimos hasta las doce o algo más. Miramos Orión, Crux, Centauro, explicamos las nebulosas, los cúmulos, señalamos Leo pero era una grima bajo la denuncia estruendosa de la luna. Nos extasiamos con el señor of the rings, y con su adlátere, Spica.
Nombramos todas las estrellas que conozco por su nombre de pila, las repetimos, las saboreamos. Explicamos su brillo, su naturaleza, su función en el concierto de la vida. Uff. Cuando se habla del cielo, no vuela una mosca en las Plazas Astronómicas de Candela Celeste.
El concierto y el desconcierto de la gente, lejos, es la mejor moneda.
Sergio Galarza.
Talleres de astronomía
Casilda, Bigand, Chabás.
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