Hallan la, hasta ahora, estrella más masiva del Cosmos.
Un grupo de astrónomos que trabaja en Chile, con el Muy Largo Telecopio (VLT) del Observatorio Espacial Europeo (ESO), halla una estrella que tiene una masa superior a 265 astros como el nuestro.
Tales estrellas son descomunales en su brillo (millones de veces superiores al sol) y liberan energías capaces de motorizar vastas zonas del espacio, generando vientos que disparan a su vez nuevos nacimientos estelares.
La gigante azul (R136a1) fue descubierta en el cúmulo R136 dentro de la nebulosa Tarántula, en la Gran Nube Magallanes; dista unos 165.000 años luz de casa.
La gran nube de Magallanes es una galaxia satélite de la Vía Láctea, y la nebula tarántula una región de gas y materia intergaláctica pesada, madre de estrellas muy jóvenes y muy masivas.
Masividad no es sinónimo de tamaño, hay estrellas más grandes que R136a1, pero por esto son frías y rojas.
La masa de un cuerpo es una relación (confusa; sólo doy un ejemplo) entre el peso y la inercia del mismo: un cubo de plomo es mucho más masivo que un cubo de agua.
R136a1 (habría que ponerle un nombre más significativo) es, entonces, el objeto estelar más masivo jamás descubierto y pone a los científicos frente a replanteos teóricos de importancia. De hecho, tanta energía se resolverá en una muerte apoteósica capaz de crear incluso antimateria (esto se estima con modelos estelares matemáticos). Su aspecto es azul y la cantidad de energía que despide en forma de viento solar es tal que anularía toda forma de vida en los planetas del sistema si ella fuera nuestra. De todos modos tiene un lugar en la sinfonía cósmica ya qué, como se cita arriba, es la causal de que otras cientos de miles de estrellas se enciendan en el futuro en la Gran Magallanes.
Las estrellas masivas son las encargadas de crear las moléculas de los elementos del cosmos. Nosotros estamos formados de minerales que fueron creados por estrellas masivas miles de millones de años atrás. Nuestras moléculas de carbono vagaron por el espacio eones, hasta que, atraídos por la gravedad del sistema local, participaron de la tierra y por fin cuajaron en vida en los mares anteriores a cualquier diluvio, cuando no había oxígeno y la atmósfera era lo que acaso hoy sea Titán (satélite de Saturno, donde se presume la existencia de moléculas base de vida).
Sergio Galarza
Taller de astronomía
Juan Carlos Galarza
Comuna de Bigand
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