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El verano austral es pródigo en objetos hermosos,
amables con el observador aficionado. Las noches suelen ser cálidas y un tanto
cortas, y los objetos que la señora Gravedad ha tenido a bien colocar allí para
nosotros se caracterizan por su plenitud lumínica y por su variedad evolutiva. Tenemos
aquí arriba nebulosas oscuras, úteros estelares, frutas abiertas como granada
madura que libera sus semillas al viento de la noche; tenemos estrellas jóvenes,
azules, nítidas como el futuro que avizora argentina, hablo de los cúmulos y
las dobles brillantes que enseguida señalamos para que las disfrutemos con la
vista, unos binos 7x50 de 260 mangos o cualquier teles.
Enero es un mes fantástico, es posible
que dispongas de tus vacaciones en él y, si eres de los míos, has de viajar
a zonas libres de contaminación lumínica, tales como la amada Mendoza, tierra
del Migue y del Rodo, o Entre Ríos, patria de uno de los hombres más íntegros
de nuestra independencia, el general Ramírez, traicionado por nuestro Brigadier; o acaso elijas para tu solaz el ventoso Sur o el amable y colorido Norte;
aún, si te quedas en casa, has de tener cada noche para no dormir en pos de las
débiles luces, y cada fresca mañana para retozar en la catrera, memorando la
increíble aventura observacional pasada.
Comencemos entonces con Tauro, la bella constelación
que embiste a Orión, fácil de distinguir por su estrella roja bajo el árbol de
navidad de las Híades.
Como puedes ver en el gráfico anterior, Tauro se halla
bajo Orión; así, muchos textos de astronomía indican cómo dar con alfa tauri a
partir de las tres marías, las bellas niñas del cinturón de Orión. En efecto,
si te paras en esa trilogía, al correr la vista a la izquierda, darás con una estrella
imponente, que tal vez veas de color naranja (es una gigante,
variable). Aldebarán significa El
perseguidor, en árabe, claro. Este nombre proviene del hecho que los
viajeros del desierto, en sus caravanas, decían que Las Pléyades era una recua
de camellos hembra, y que la enhiesta roja de las Híades era un camello macho,
que eterno las perseguía en pos de sus favores… en fin, parece que todos nosotros hemos sido cortados con una misma tijera.
Aldebarán se sitúa en la base izquierda del cúmulo o
montón de luces conocido como Híades, o las llovedoras, aunque no forma parte del
mismo. Este nutrido objeto galáctico, situado en el brazo de Perseo, figura un árbol de navidad, o un cono de
helado invertido. Es apasionante su observación, sea mediante la vista
desnuda, unos binos comunardos, o cualquier telescopio a –por supuesto- muy
bajos aumentos o -como diría: sin candelas (los aumentos son devaneos de
novatos, los observadores casi nunca echan mano de ellos. Creo que lo único que da gusto observar con candela son los objetos
del Sistema, algunas dobles y dos o tres objetos de cielo profundo, tales como
el homúnculo en Carina o la inmortal nebulosa de Orión, para perderse en su
barro).
Aldebarán figura en la historia de la astronomía de
modo especial: dado su brillo fue usada su posición –registrada desde antaño-
para descubrir el movimiento propio de las supuestas estrellas fijas por Edmund
Halley. Luego, por estar situado próximo a la eclíptica, es ocultado por la Luna. Estas carambolas de la
apariencia han permitido medir su diámetro angular, el cual es 44 veces mayor que
el nuestro; su color, sin embargo, indica que su temperatura de superficie es menor, de unos
4000ºk. Es una estrella que pronto encenderá su núcleo con el helio que la
forma, para dar lugar a esa sustancia que tanto aman las chicas Bond: el
carbono, es decir, los diamantes. En otras palabras, alde se a decidido ha abandonar
la secuencia principal del diagrama HR, tan caro –y tan útil- a los hombres
estructurados del conocimiento.
Aldebarán, datos duros (doble):
gigante naranja/enana roja
tipo espectral K5III/M2V
masa solar 1,7/0,15
radio 44/0,36
índice de color 1.9 (B-V)
mag abs -0.63/+12
lum 425/0.00014
temp sup 4000/3000k
http://farm7.staticflickr.com/6240/6293907964_14f729979f.jpg
imagen gentileza de Aldo Kleinman.
La Liebre se halla bajo el pie de Orión, es decir, sobre Rigel –mirando
desde nuestro hemisferio-, sus estrellas no llenan de luz como las
constelaciones que le enmarcan, Orión y Sirio, pero hay allí dos o tres estrellas
imperdibles:
Imagen de R leporis, una variable tipo Mira.
Abajo, su ubicación en la constelación.
Las Híades incluyen tantas dobles que contarlas se
hace difícil. En el centro del grupo, theta tauri es una doble-doble aunque
solo distingamos la primera diferenciación que –dice el Rodo- llega a 6´ de
arco.
Bajo la cabeza de Orión se encuentran las brillantes
puntas, las astas del toro. Allí vemos, de arriba abajo, a zeta tauri y luego a
Alnath o beta tauri. Debajo de la primera púa se halla la Nebulosa del Cangrejo, M1.
Esta bella nube, difusa en un 4´´, algo más destacada en un 8´´ de cacerola
(qfp), es un resto de supernova, una estrella que eclosionó hace 960 años y que
fue registrada por varias culturas, ya que fue visible a pleno día.
Hoy, los gases que dan forma al cangrejo se expanden a
una velocidad de 1500km/seg. La estrella del derrumbe evolucionó a un pulsar
compacto y tremendo de unos 10km de diámetro que emite en radio y en x.
http://farm7.staticflickr.com/6240/6293907964_14f729979f.jpg
imagen gentileza de Aldo Kleinman.
Pléyades:
Las hermosas Pléyades o Palomas son un cúmulo de jóvenes
luces azules, envueltos en una nebulosa muy difusa, perceptible con El Pequeño
Juan, el increíble telescopio de 12´´ de cacerola (qfp)*, así como con el Ojo
de Japeto, el Dob de 16´´, que disfrutan el Migue y el Rodo en la Sierra Pintada , el
sitio al cual estos pillos de la noche se escapan a dar sombra -producto de la
luz de las estrellas- en Mendoza. Dicha nebulosidad parece ser solo una
casualidad, producto del momento, de la trayectoria que estas columbas siguen
en su derrotero sobre el brazo galáctico, y no como en principio se estimaba,
un remanente de la nebulosa madre. Como sea, son un cúmulo apretado, conocido
por estos lares como las Siete cabritas, o las Siete hermanas, en alusión a su
origen griego, aunque juran que no son visibles a ojo desnudo más que seis
estrellas. Con binoculares 7x50 o 10x50 lucen perfectas y con los larguiruchos,
los Meade 9x63… bueno, debido al tratamiento de sus ópticas, te sientes como si
fueras el mismo dios apreciando uno de sus hijos.
http://www.baskies.com.ar/PHOTOS/M%2045%20LRGB.jpg
Imagen gentileza de sergio Eguivar.
La constelación de Orión.
Nos metemos con un grande, un peso pesado capaz de
tumbarnos de un solo golpe con las vistas que nos dará. Ingresar en Orión es
aventurarse a un paisaje nutrido, maravilloso, del cual sin duda disfrutaremos
en noches sucesivas, pues un solo round será siempre poco con él.
Orión está enmarcado por cuatro estrellas notorias y partido
por el mítico cinturón, las Tres Marías o los Tres Reyes Magos. Arriba luce
Rigel o beta ori, una supergigante azul, doble, de magnitud aparente 0.2. Enfocar
estrellas como esta implica deslumbrar el ojo pues su brillo -sus delicadas
fintas si le observas con un reflector 114 o 150- te deja extasiado y te
prepara el ánimo para meter ojo al rey del cielo, poco más al sur.
Betelgeuse es una supergigante roja, ubicada abajo a
la derecha, variable 0/1.3 es la más cercana de la figura, situada a 430 al.
El cinto está formado por tres niñas de 2º magnitud,
desde el sur: Alnitak (doble), Alnilam, Mintaka (doble). Todo ese campo está
plagado de pequeñas luces que puedes disfrutar desde el campo con vista
desnuda, binoculares o cualquier telescopio. Sobre Alnitak brilla sigma ori,
una múltiple increíble, ya con los larguiruchos, los binos Meade 9x63 se
resuelven tres o cuatro luces y con un 114mm ves las seis chicas que forman una
punta de flecha.
Sobre las Tres Marías brilla el puñal de Orión, casa
de la imponente M42, la nebulosa de Orión. Este objeto es sencillamente increíble,
quién le observe una vez jamás olvidará su brillo, su aspecto de pájaro de alas
grises, su corazón de estrellas palpitantes, llamado theta ori, estrella
múltiple que con un teles chico muestra sus dedos electromagnéticos.
En el palo o arma del guerrero se destacan un par de
estrellas rojas, pero entre el cinto y aquél brilla una pequeña roja que
agradecerás haber visto. Es una gigante cuyo tipo espectral N5 promete carbono
a rabiar. Vean ustedes su B-V (es decir su magnitud fotográfica menos su
magnitud visual) de 3.34. Positivo hasta la médula, este índice nos indica la
temperatura de superficie de la linda mediante la fórmula que sigue:
B-V= (7200K/ T) – 0.64 Veamos:
Hip23680 → 3.34
= (7200K/T) – 0.64
3.34 – 0.64 = 7200K / T
T 2.7 = 7200 K
T = 7200 K / 2.7
T hip23680 = 2650º K
La superficie de esta estrella ¡brilla a tan solo
2600º!
Antes de dejar en suspenso los muchos
objetos a observar en esta área, tales son NGC1977, M43, NGC 1981 o iota ori,
doble (en la punta del puñal, junto a otra rojísima, mag 9.55) te recomiendo
echar un ojo a Meissa y su vecindad de luz. Mira esta zona con binos o con
cualquier teles, desde un pequeño Galileo 70400, hasta un cata apocalíptico
como el Pequeño Juan, el LX200 de 300 morlacos de cacerola (qfp). Ambos teles y
la gama de intermedios te dejaran pensando en las maravillas del cosmos, esas
bellezas inacabables que proliferan en el brazo de Orión, y que seguimos
disfrutando en la próxima constelación.
Lepus (Liebre)
Gamma leporis: luz amarilla, doble con una color naranja,
con binos.
Kappa leporis: Doble con telescopios medianos.
R
leporis: variable, roja rabiosa, de 6º a 12 mag cada 14 años. Otros catalogos: Sao
150058; Hip 23203; Hind´s Crimson star.
M79: cúmulo globular.
NGC2017: asterismo de 6ta, 8va y 10ma magnitud, situado a la derecha de Arneb, siguiendo la recta que le une a mu leporis.
Abajo, su ubicación en la constelación.
Columba (Paloma)
La constelación de La Paloma fue creada por el teólogo
y astrólogo Plancius, a fines del siglo XVI. Para hacerlo, echó mano de las
estrellas que estaban boyando entre Can-mayor y Lepus. Como creía en Dios,
homenajeó a la paloma que envió Noé en busca de tierra firme, la cual regresó
con una ramita de olivo en su pico. En fin, la humanidad encontraría dónde
continuar sus tropelías. En sus dominios se halla un cúmulo globular de 7ma
magnitud, agendado NGC 1851. Hay también una estrella expulsada de una figura
vecina; me refiero a μ (mu) columbae, rápida niña que cruza la constelación
huyendo de su barrio de origen (la zona nebular de Orión), acaso producto de un
choque -desde la doble pretérita que conformaba- contra otro astro de peso.
Eridanus - Erídano
El río que representa Erídano quiebra su curso a pocos
grados de Columba, en el complejo de estrellas υ (nu) eri: υ1, υ2, υ3 y υ4
eridani. Muy cerca de ellas se aloja un cúmulo de galaxias que hace poco
llamaron la atención de nuestros amigos cazasupernovas, amigos que, gracias al
cielo, no tienen un programa de tv tan malo como el cazatormentas (local y
yanky, ambos lamentables; de la película famosa, Twister, lo único rescatable
era la frescura de Holly Hunter). Volviendo a nuestro tema, la galaxia NGC 1365
mostró a una de sus niñas estallando portentosamente, estallido que tuvimos la
osadía de retratar con el Pequeño Juan. No se pierdan el arte de pescar esas
borrosidades o “imaginaciones” -como dice Mimoni. Las estrellas nu (υ) mencionadas
nos guían por el curso del río hacia un remanso de galaxias; cual si fuesen
antiguos doblones de plata, estos lejanos mundos están hundidos en el lecho de la
negra arena, erosionados parecen por los años que llevan allí, bajo las aguas
del tiempo.
Octante – Octans
Constelación austral creada por Louis de Lacaille en
el sXVIII. Incluye esta borrosa constelación la estrella sygma σ octanis, mag
5.4, estrella próxima al PSC.
Les dejo el mapa pues uno de los grandes astrofotógrafos
que conozco, querido y amable Aldo Kleinman, orienta su 200/1200 enfocando
esta linda lucesita chiquita, como
canta Fandermole.
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