Radios de bicicletas
Los astros vagan por la inmensidad del cosmos y las distancias que los separan son tan grandes, tan increíbles, que uno se inclinaría a tildar de virtual o quimérico algún encuentro.
Sin embargo, todos vemos que eso es falso: la luna orbita la tierra tan próxima como para mover nuestros mares; el sol hace lo suyo a 150.000.000 de km. y de su calor vivimos; la estrella más próxima nos aguarda a 4 años luz de casa (un cariño para GC); las supernovas –a decenas de miles de años luz- ofrendan su muerte a nuestras células, provocan su evolución; luego las galaxias satélites de nuestra Vía Láctea, a medio millón de años luz de distancia…
Intentar un resumen del Universo es trabajo para Hércules, vamos a concentrarnos en este breve confín: el sistema solar, los planetas que son visibles a ojo desnudo.
Como dijimos en la nota pasada, sobre el oeste, aproximadas las siete treinta, Venus hace su aparición debido a la magnitud de su brillo. La atmósfera de gases que lo rodea es tan espesa que refleja una gran cantidad de luz solar, amen de ser el planeta más cercano a nosotros. Enseguida se enciende Saturno, un gigante; y luego Marte, pequeño, rojo, arriba.
Aquellos que se alleguen al campo verán también, debajo de estos tres, al señor Mercurio.
Mercurio posee la órbita más corta del sistema solar por lo cual su paso es el más rápido.
Debido a esta diferencia en la velocidad, los griegos vieron en él al mensajero de los dioses. Luego, también al escanciador, a aquel que daba de beber a los dioses.
Eran tiempos felices para los que nos legaron su discurso, el ocio era un atributo de los señores, de las clases dominantes: beber era bien visto y, de hecho, una de las obras literarias más grandes de la humanidad es, precisamente, el Banquete, de Platón; simposio en el cual todos terminan borrachos, durmiendo en el suelo.
Volviendo a nuestros cielos, las figuras que los planetas mencionados dibujan en el horizonte son producto de una coincidencia en su paso por la órbita propia. Esta momentánea ubicación, vista desde la tierra, es llamada conjunción planetaria.
Imaginemos un eje sobre el cual giran 4 ruedas de bicicleta de dispar tamaño.
Imaginemos que este eje está por debajo de la mesa a la cual nos sentamos para ver el experimento.
Sólo vemos el perímetro de las ruedas girando por encima de la mesa.
Ahora, el pico de la rueda más pequeña sea Mercurio; el pico de la segunda rueda, Venus (la diosa del amor; el lucero; el ángel más bello arrojado a los avernos). El pico de la tercera Marte y luego, la más grande, Saturno.
Estos picos, girando sobre el eje común, en algunos giros coinciden y quedan en una aparente línea o plano superior.
Eureka! Los vemos juntos sobre la mesa!!!
Aparecen juntos sólo en una época determinada por la geometría y la velocidad de sus radios de giro.
Así están bailando. Suben, bajan, desaparecen bajo el horizonte, o se elevan pues su radio es inmenso.
Por supuesto que nosotros también estamos girando (somos otro pico en otra rueda), y gira nuestra luna, quién se suma a la danza.
Ojala despeje el cielo y no perdamos la oportunidad de ver estas conjunciones.
Sergio Galarza
Taller de astronomía
Bigand
Las notas de esta sección, elaboradas gracias al taller de astronomía comunal, pueden ser leídas en www.sagitarioblues.blogspot.com
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