Astronomía
y geometría en la Escuela
Una
práctica de Meridiana,
astronomía de día,
de
Sergio Galarza.
Declinación
solar:
Las estaciones.
Radiación. Insolación.
El
registro sucesivo de sombras meridianas, generadas por un gnomon a lo largo de los
meses del año, nos demuestra que estas se modifican en longitud, si bien no en
su orientación (la meridiana siempre es imagen del eje de giro terrestre, es
decir, es un arco que une los cardinales norte-sur geográficos).
Durante
los meses estivales la sombra meridiana alcanza un mínimo de longitud para el
hemisferio en cuestión, índice de que el sol ha alcanzado su punto más alto
sobre el horizonte del observador; allí queda quieto en apariencia un par de
días (solsticio vernal) y luego comienza a descender hasta dar con la otra cota
límite (6 meses después), la menor altura del sol sobre el horizonte del
observador (solsticio invernal).
Solsticio
significa sol quieto o sol en su sitio.
La
variación de la altura h del sol con respecto al horizonte del observador puede
ser referida al ecuador celeste, lo cual le da un carácter universal,
es decir, puede constatarse desde cualquier otro punto del orbe, recibe el nombre de
declinación y se simboliza δ.
La
declinación δ solar se mide en función del ecuador celeste.
El
ecuador celeste es la proyección imaginaria del ecuador terrestre sobre el
cielo.
Cuando
el sol transita por el ecuador celeste su declinación δ es nula o cero.
Cuando
el sol se aparta (declina) del ecuador celeste hacia el sur se dice que su
declinación aumenta en grados negativos -δ; por el contrario, cuando el sol
declina hacia el norte su variación se registra con grados positivos δ (esto es
convención).
Los
días en que el astro transita el ecuador celeste son dos, reciben el nombre de
equinoccios. Equinoccio alude a la simetría (equal, igual; nox, noche) entre
las horas de radiación y de noche que -en teoría- tiene un área cualquiera. Dije
en teoría porque la paridad horaria
real no se registra en visual, ya que la refracción atmosférica nos muestra al
sol sobre el horizonte minutos antes de que en realidad aparezca, y continúa
mostrándole minutos después de que en realidad ya ha desaparecido.
Los
días límites en declinación solar (los solsticios), sumados los días
equinocciales, marcan el inicio de las cuatro estaciones para cada hemisferio.
La
declinación solar variable es el origen de las estaciones.
Puesto
que la irradiación de los territorios sucede con diversos ángulos de
incidencia, varía la cantidad de energía absorbida por las distintas áreas
geográficas. La máxima radiación solar se verifica en las zonas ecuatoriales
(sitas entre los trópicos) porque allí la energía incide perpendicular a la
superficie.
¿Por
qué el sol incide con diverso ángulo a lo largo de un año, sobre la Tierra?
La
causa de la declinación solar variable es el ángulo que el eje terrestre guarda
con respecto al plano de la órbita del planeta en derredor al Sol.
Imaginemos
la órbita terrestre como una elipse inscrita en un plano. Este plano es
aparente y le llamamos eclíptica -o eclíptico- porque solo sobre ese camino
suceden los eclipses.
El
eje de giro de la Tierra se mantiene en una determinada posición, inclinado con
respecto a la eclíptica casi 23,5°. Así, cada polo apunta más o menos sobre un
mismo punto entre las estrellas. En el caso del hemisferio sur celeste, el polo
apunta muy cerca de la estrella sigma octantis, la cual no es visible sin
telescopios (el polo sur celeste es el sitio donde se proyecta en apariencia el
eje de giro terrestre, entre las estrellas del hemisferio sur; el polo norte
celeste se proyecta próximo a la estrella Polar).
Punto
celeste sobre el que se proyecta el eje de giro terrestre en el hemisferio sur.
Punto celeste donde se proyecta el
eje de giro terrestre sobre el hemisferio norte.
Al
estar inclinado el eje terrestre, los polos geográficos se alternan apuntando,
ora hacia afuera, ora hacia adentro del plano de la eclíptica.
Solo
dos fechas hay en que los polos equidistan del plano eclíptico, estas son las
posiciones equinocciales. Las posiciones de la tierra distintas de las
equinocciales siempre mostrarán un polo inclinado hacia dentro de la eclíptica
–el cual sufrirá mayor insolación- y otro hacia afuera del plano imaginario
eclíptico –el cual sufrirá menor insolación-.
La
inclinación del eje de la Tierra parece haber tenido su origen en un antiguo
impacto del planeta con un cuerpo pretérito del tamaño de Marte (bautizado
Tehia). Como resultado de tal cataclismo la Tierra engrosó su núcleo, su eje
quedó inclinado y los materiales excedentes -que fueron expulsados por reacción
ante el impacto- cuajaron en una o dos lunas (no se sabe bien aún), hoy fundidas
en la única Luna que vemos.
Sergio
Galarza.
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