Actividad
de Proyecto sagitario en Rada Tilly, Chubut
Viaje con motivo de fotografiar el
eclipse solar del día 13 de noviembre de 2012, auspiciado por las Secretarías
de Turismo y Deportes de Rada Tilly, quienes gestionaron para charlar sobre astronomía con
grupos de alumnos de los colegios de la villa y, en especial, para su
aprovechamiento turístico o simple disfrute observacional.
Fotos de Daniel Vaquero, salvo donde se aclara al pié.
Gestionado
por Daniel Vaquero y auspiciado por las secretarías de turismo y la de deportes
de dicha ciudad, Cristián Nocelli y el que suscribe nos trasladamos a esa bella
localidad del sur de Chubut para poder fotografiar el eclipse, el último de
este año, para dar unas charlas sobre la observación del cielo, la naturaleza
de sus objetos y su importancia como recurso turístico para la
zona.
El
martes 13 de noviembre fotografiamos el eclipse de sol -parcial desde estas
longitudes geográficas- y luego ofrecimos una jornada observacional y charla
astronómica sobre Punta Marqués.
El paisaje es una fábula y los vecinos que se arrimaron nos acompañaron con su amabilidad, sus conocimientos y sus incógnitas. Observamos a destajo todo tipo de objetos de espacio hondo, tales son las galaxias, cúmulos galácticos, cúmulos globulares, nebulosas de emisión y de absorción, asterismos, estrellas dobles y múltiples y demás joyas infinitas como Júpiter o la simpática y fugaz ISS.
El paisaje es una fábula y los vecinos que se arrimaron nos acompañaron con su amabilidad, sus conocimientos y sus incógnitas. Observamos a destajo todo tipo de objetos de espacio hondo, tales son las galaxias, cúmulos galácticos, cúmulos globulares, nebulosas de emisión y de absorción, asterismos, estrellas dobles y múltiples y demás joyas infinitas como Júpiter o la simpática y fugaz ISS.
Arriba
conocí gente de excelso valor humano, Adolfo, Nicolás y otros vecinos de los
cuales por desgracia no recuerdo sino sus sonrisas y sus gestos de amistad y
cariño. Siempre me asombra ver que mis charlas astronómicas incluyen muy pocas
vistas, y mucho ejemplo y explicación machacona. Nadie se queja de ello y hasta
pareciera que lo disfrutan.
El
día miércoles, con las instantáneas en el morral, nos despachamos con un jardín
de infantes y sus salas de 5 años. Cualquiera que no esté en nuestros zapatos
pensaría que era esta empresa de niños… mucha sería su sorpresa si pudiera
tener idea del tenor y profundidad de conocimientos que esos gurrumines tienen ya,
y la altura y oportunidad de sus inteligentes preguntas. Doy como muestra una
sola: explicaba yo cómo desde esa lanzadera de absurdos y basura que es o era
Cabo Cañaveral se cuenta antes de lanzar un cohete: 10, 9, 8, 7, 6… 3, 2, 1 y
pugggggggggggggggggggggg la nave se alza sobre la faz de la tierra y una nena
levanta su mano y creo que la va a perder en lo alto, tras el cohete que se
aleja. Me dice: ¿Y por qué cuentan al revés?
De
este tenor fueron todas sus intervenciones, geniales, espontáneas y libres,
libres como nadie, pues sabido es que los niños, a medida que avanzan en la
escuela, pierden su naturaleza, hasta lograr el hastío
que demuestran algunos adolescentes, ya aburridos de todos y cada uno de sus
maestros, salvo que el plantel cuente con profes atractivas como la tarde en la
Punta , brillando el azul del mar a nuestra espalda.
Por
la tarde del martes tuve una de las mayores felicitaciones que haya logrado en
mi vida.
Los gurises de la mañana me habían abrazado mucho y
muy fuerte y a todos habíamos invitado a las 1730 a la rada, a observar
el sol mediante el magnífico Tuboro, el coronado solarmax, el mejor telescopio
solar que haya yo visto hasta ahora… hasta ahora digo porque muy , muy pronto
llega al sur de Santa fe una nueva y brillante gema óptica, el mítico Ícaro,
el más grande telescopio solar que puedas tu imaginar en manos de un niño de
escuela, un abuelo de hogar, una ama de casa de paseo en la playa.
Decía
que el miércoles recibí una alegría en el colegio secundario de
Rada Tilly, donde hablé de historia de la humanidad, de historia de la
astronomía, de la capacidad del pensamiento nacido en Grecia hace 2.500 años,
antes que embarrara todo el feo de Sócrates, como bien apunta Nietzsche. Conté entonces cómo medimos la luna, el sol y la tierra misma con solo un palo y
una cuerda, sin reglas ni escuadras, acaso ni siquiera recto, el palo.
Toda
esta charla y cuando terminé, luego de hora y media de parla y ninguna imagen proyectada, se levantaron todos, aplaudieron algo y
saludaron otros. Vino una profe y sonriendo dijo, bárbaro, muy
bueno; vino un profesor y dijo, gracias, muy buena la charla; y
entonces, entre todos esos chicos de 15, 16 y 17 años surgió una niña, una
chiquita de unos 10, hija de un profe, y me dijo: qué buena charla, muy linda y
divertida.
Nos fuimos a la Playa
con el corazón lleno pues si le hablas a 30 jóvenes y no se duermen ni te
dejan de mirar más o menos atentos, y si los profes no bostezan, y si te felicitan y cae encima una niña tan chica donde tu
hablaste como para edades algo mayores… bueno, la cosa va bien.
En
la playa mostramos el sol a través de una nubes espesas y negras, pero Tuboro
es increíble y le saca un rojo hasta al cerebro oscuro en
un piquete santafecino.
En
esta larga muestra de los caprichos y arabescos de los átomos ionizados tuve
también de donde cargar alegrías.
Empezaron a caer alumnos con sus
padres y sus madres y otros familiares. Eran los del jardín que
respondían a la invitación de la mañana. Cada mamá o papá que llegaba decía lo
mismo ignorando que caía en un factor común: desde que llegó a casa solo habló
de lo que pasó en la escuela, y no dejó de hinchar para que lo trajera esta
tarde aquí, dicen padres o mamás que ignoran la magia y la poesía del
cielo que ya late en el corazoncito de su hijo o hija. Vean este ejemplo. Llega
un papá con su changuito en moto, se bajan y se quitan los cascos, el vaguito
se acerca con respeto, le digo querés ver el sol, si sí, dice y se acerca al
ocular de Tuboro como temblando, sigiloso, las manos juntas contra el pecho…
mira dentro y… salta para atrás dando un grito, wuow, exclama y ahora salta
sobre la vereda, mirá, mirá papá, dice, mirá el sol.
En
realidad, esta simple y genuina reacción de un niño aun puro en sus emociones
es muy común. Muchas mujeres, jóvenes o mayores pasaron caminando por la rada y
se agacharon a meter el ojo en nuestra trampa de estrella, todas mas o menos se
mostraron sorprendidas. Solo una, madre de pocos años y bella, arreglada como
de ingresos arriba de la media centena de mil, le ofrecemos mirar el sol y
dice, frunciendo la ñata:
Mirarg el solg… ¿y para quéggg?
¿Para
qué?, le pregunto, Usted
mire y entonces sabrá para qué cierro.
Pero
la clase alta sabe cómo ha trepado hasta allá arriba, embromando al
mundo; la mujer me suelta, como se arroja un centavo a un mendigo: Después, ahora voy a tomar un helado…
y se va.
La felicito, fue como era hasta el final, fiel a su naturaleza.
Lo
anterior es solo una pizca de vinagre, pero la ensalada quedó riquísima.
Con Cristián
nos reímos sano. A las 1930 arriamos las banderas nuestras, las del cielo, y
nos fuimos a cenar unos sorrentinos con crema y roquefort.
El
jueves era el último día, por la mañana charla en un quinto grado, ávido e
inteligente como pocos que haya visto.
Por
la tarde un tercer grado que sabía más del cielo que un comerciante que conocí en la estar-partida de Uspallata, donde con un telescopio de 5.000 uss no tenía idea de cual estrella era Sirio, a quién solo necesitaba para alinear su eq6.
Estos
niños de tercero sabían y sabían mucho, diablos. Baste decir aquí que en hora y
chirolas de charla enseñé el punto gamma. Esto es increíble
y si tú lo lees sin ser del palo es cómo decir que maiquel yumajer explicara en
un tallercito de chapería de pueblo cómo es que se dobla un F1 a 300 km/h .
La
noche del jueves, aunque ya sea de fabula, aún guardaba buenas
sorpresas.
A las nueve empezamos con el circo en Punta Marqués. Armamos
al Lamborghini de los telescopios, el fabuloso Meade LX90 ACF guit GPS.
Cae la
gente a racimos y allá también veo que, abiertas las puertas de los coches, los
padres bajan a sus niños.
Niños,
muchos chicos vienen y te rodean y quieren ver la luna, a quien le tiramos una
toma. Y luego lanzamos nuestra óptica sobre el PSC dándole de lleno a todo lo
que allí casi no se mueve: 47 tucana, el 4755, el alfiletero, la doble o triple
de kentauro, las historias de las constelaciones, la física estelar, la evolución
de esas niñas, las nubes de moléculas, la galaxia de plata, la nebulosa de Orión,
etc. etc. algunos papás piden por favor que muestre Júpiter y luego se vuelven.
Llega un auto y de dentro tres jóvenes, se presentan, dos hermanos hermana y el
novio de la bella. Me dicen, se acuerda de nosotros… claro, ya habían estado
conmigo… en febrero pasado.
Unas
sesenta personas hubo el jueves en Punta Marqués observando y hablando del
cielo. Muchos amigos y amigas de Comodoro Rivadavia nos acompañaron con sus
excelentes telescopios: había dos caseros muy, muy buenos, de gran calidad óptica
y estética; había un Celestron de 8´´ de cacerola (qfp) y hasta un gemelo del
Pequeño Juan se subieron sobre un giyo 306 propiedad de dos tórtolos (un
pequeño Juan es un LX200 de 12´´ de cacerola –qfp).
El
viernes arrancamos temprano. A las 5 estábamos echando kilómetros de asfalto
debajo de nuestra Kangoo 1.6, 16 valves. Si no hubiera sido porque me perdí dos
veces e hicimos 200
kilómetros de más, capaz que hasta descansábamos un poco
antes de llegar a casa y salir para el festejo del 3º cumpleaños del taller de
Bigand.
foto de proyecto sagitario
El
viaje fue fabuloso. Quiero agradecer a Cristián Nocelli, próximo ATDL del sur
de Santa fe, pues sin él no hubiera podido viajar. Gracias Daniel Vaquero por
tu compromiso y apoyo, y gracias a tu Moni. La gente de la muni de Rada Tilly
acaso quede conforme con la opinión que sembramos en su pueblo, buena, lo sé
porque no terminan de escribirme, agradecerme e invitarme a que vuelva.
Noviembre
blues sigue adelante y ya vendrá la nota de la juntada y festejo de Bigand,
donde observamos de 0 a
4 horas bajo un cielo perfecto en La Estrella , Bigand.
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