Nuestro Norte es el Sur
Al sur, dijo el capitán. Pero, le respondieron, en el espacio no hay norte ni sur.
Cuando uno se dirige al Sol va en una sola dirección, agregó el capitán, va al sur...
En
toda materia imagino saberes populares que, apenas uno se acerque a ella mediante el
estudio, caigan como hojas secas por descubrirlos simple ignorancia o franco engaño.
Entre los muchos
conceptos que debí aceptar de cero al comenzar a observar el cielo,
el que más me impactó fue el de descubrir que el Sur no está abajo tal como uno
lo aprendió en la escuela, en los mapas, en los globos terráqueos, en las
noticias, incluso. El sur, para nosotros, habitantes del hemisferio austral,
está arriba.
Así es, el polo sur celeste, para los que hollamos
estos lares, está a cierta altura sobre el horizonte**. Es decir, para mirar
al sur, levantamos nuestros rostros en una actitud que en nada condice con la
pasiva y servil ubicación que los sistemas educativos nos machacaran desde pequeños.
El muy distinto crecer pensando que estamos abajo, a crecer sabiendo que nuestro eje y sentido orientador de vida está arriba, muy alto en el cielo.
El muy distinto crecer pensando que estamos abajo, a crecer sabiendo que nuestro eje y sentido orientador de vida está arriba, muy alto en el cielo.
Sucede que en el Universo, el arriba y el abajo no existen; la experiencia humana ha nombrado con tales voces la impresión corporal de “caigo o no caigo”. Es decir,
en el espacio, el arriba y abajo son conceptos que se pactan a partir de lo que llamamos gravedad.
El arriba es: en
contra de la caída; en contra de la atracción gravitatoria.
El abajo es: a
favor de la caída, a favor de la gravedad.
No hay otro
punto, no existe mojón allí de ninguna naturaleza conocida como para decir,
vamos hacia allá, o hacia aquél otro allá. De hecho, leí hace poco que hay un concepto -una asimetría- cuya transmisión no puede realizarse sin ambigüedad:
el concepto derecha-izquierda, mal que le pese a figuras de la farándula periodística.
Imagínense el bochorno,
los cientistas, reunidos todos a deliberar,
no pudieron escribir de un modo inequívoco (que no admite error): “Ey,
brother, I´m going to right”, o, “Comandante, querido Néstor, con sus leves virajes a la izquierda nos han dado una América mejor”*
Supongamos que
quiero definir el norte en un sistema de flujos eléctricos, los cuales existen
en el universo. Digo,
por ejemplo: las cargas dentro de un campo tal, corren de positivo a
negativo. Listo, puedo medir eso, puedo ver en qué sentido corre una carga
dentro de un campo y definir el sentido de lo que quiero llamar positivo. Pero, ¿cómo transmito que tal sentido de corriente corresponde al norte o al sur de un campo electromagnético, sin apoyo de una brújula? ¿Cómo digo: la brújula está indicando el norte?
Aunque parezca increíble, el sentido derecho-izquierdo no puede ser transmitido por simbología alguna entre seres que no puedan “verse”. Pero el Norte y el Sur sí pueden determinarse y transmitirse, y el Arriba y el Abajo también, como ya se dijo; de aquí lo siguiente:
¿Y el polo sur celeste? ¿No está arriba también?
Sí, el polo sur celeste está arriba del hemisferio austral.
¿Por qué entonces la bibliografía está impresa de un modo inequívoco equivocado, al hablar/mostrar polos celestes o terrestres?
¿Por qué todos los mapas del mundo nos muestran abajo?
La respuesta
la hallamos en la política, en las razones políticas.
Consultado por nosotros, diría un científico nórdico:
El sur está abajo porque arriba es mejor, arriba es bueno, arriba está el que manda, arriba, muchachos, estamos Nosotros. Y ustedes, simples sudacas, no mandan ni mandarán nunca, así que mejor olvídense del tema, sigan en lo suyo, miren mucha televisión, mamen nuestros mandos, deslegitimen una vez más sus gobiernos populistas (ajj) y abonen la tierra para que muy pronto el tren de la historia se reacomode, allá abajo.
Consultado por nosotros, diría un científico nórdico:
El sur está abajo porque arriba es mejor, arriba es bueno, arriba está el que manda, arriba, muchachos, estamos Nosotros. Y ustedes, simples sudacas, no mandan ni mandarán nunca, así que mejor olvídense del tema, sigan en lo suyo, miren mucha televisión, mamen nuestros mandos, deslegitimen una vez más sus gobiernos populistas (ajj) y abonen la tierra para que muy pronto el tren de la historia se reacomode, allá abajo.
Bromas aparte, creo que es esta la razón -coloniaje cultural- por la que los globos terráqueos deben tunearse, deben ser invertidos en su arco para
enseñar a los alumnos del hemisferio nuestro; los mapas deben de voltearse. Porque usted, maestra, docente, profe, ¿enseñaría acaso que el fin de trayectoria de un
móvil está detrás de él?
***Texto de wiki:
Esta foto fue sacada de este modo por los tripulantes del Apollo 17, pero para publicarla fue girada en 180º. Pueden leer esta anécdota en el pié de foto del link de wikipedia.
Cuando miro arriba, cuando miro al sur celeste y disfruto del Alhajero, de Omega kentauro, del Tucancito, de todas esas bellezas que adornan nuestro alto polo sur, siempre recuerdo que fui educado para estar abajo, para sentirme inferior y dependiente.
Así, en cada velada en que llevo afuera el trípode de mi EQ 5 y le oriento mirando al sur, le hago un mohín despectivo a esa inscripción que tiene en la base, y ubico la N mirando al sur. Porque nuestro
norte es el SUR.
* Ya se
metió con la política, dirá alguno. Pero es que toda educación es política.
Foucault explicó en varios brolis lo que el Indio dijo en un verso: “Todo preso es político”.
Foucault explicó en varios brolis lo que el Indio dijo en un verso: “Todo preso es político”.
** La altura del polo celeste es la misma en grados
que la latitud del observador. Para aquellos que observamos desde Bigand, Chabás, Casilda,
Rosario, esa altura, 33º, equivale a 3 palmos sobre el horizonte.
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