Qué es proyecto sagitario?

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viernes, 12 de diciembre de 2014

La Vía Láctea


La Vía Láctea:
Durante las noches de invierno, si te alejas de las luces, puedes ver sobre tu cabeza una franja que brilla, una borrosidad blanca más o menos ancha contra lo negro del cielo. Los antiguos llamaron de diversos modos a ese impacto que corta la noche. Los griegos la vincularon con el pecho de la diosa Hera, le llamaron Galaxia. Los Vikingos, camino o puente a Valhala. Los Americanos vieron en esta franja un río por el cual ascienden las almas de los muertos al cielo. Estas, una vez arriba, se convertirían en estrellas para seguir presentes en nuestras vidas.

Ciencia:
A Galileo cupo el extraño honor de barrer las quimeras con un tubo a cuyos extremos adosó dos vidrios pulidos, de modo tal que la imagen resultante tuviese una perspectiva más cercana que la real. Desde una plaza, hace cuatrocientos años, este Curioso enfocó por vez primera un telescopio hacia la Vía Láctea (nombre latino de la Galaxia). Comprobó que las manchas blancas que vemos a ojo desnudo son en realidad miles de millones de estrellas, unas sobre las otras, superpuestas en la distancia.

Vistas:
Si prestas atención verás que unas noches se distinguen de otras en la cantidad de estrellas que puedes ver. Sucede que observamos el cielo nocturno desde un planeta que gira alrededor de su estrella. Luego, unas noches permiten ver el centro del plato galáctico, y por ello el fulgor es magnífico (invierno austral); meses después, cuando Tierra ha dado media vuelta al Sol, las noches muestran el borde del plato (verano austral, prolíficas en estrellas pero menor en su número). Las veladas de otoño y primavera nos muestran el espacio vacío que se extiende fuera del disco de la Galaxia. Es entonces cuando miramos hacia la inmensidad, el abismo fuera de la Galaxia.

Nebulosas:
Más, el vacío no existe. Esa zona “muerta” oculta otras sorpresas. Allí podemos ver uno de los mayores misterios y bellezas del cosmos: un dispar salpicado de raras Nebulosas. Algunas con forma de aguja, otras de hélice, aro, remolino; las hay sin forma. Precisamente, dos de estas nebulosas irregulares son fácilmente visibles desde casa, las llamadas Nubes de Magallanes, fáciles borrosidades visibles en las noches del cielo sur, desde noviembre a febrero.

Pequeña Nube de Magallanes

NGC1365
 NGC253


Saberes:
Hoy sabemos la forma, estructura, evolución y constitución de las nebulosas que llamamos galaxias, pero ellas fueron un enigma durante siglos. Primero se pensó que podían ser sistemas proto solares en lenta evolución. Luego, que eran islas de soles a la deriva en la inmensidad del mar nocturno. Hasta que no fue posible medir la distancia al centro de la Vía Láctea y luego a dichas nebulosas, la cuestión no pudo ser zanjada.

Pequeña conclusión de una noche de verano:
La Vía Láctea es lo que vemos -desde nuestra perspectiva- del centro de una estructura autónoma mayor que nuclea miles de millones de soles como el nuestro. A esa estructura le llamamos Galaxia e incluye nubes moleculares, gas, polvo, planetas, toda una gama de estadios estelares y, al menos, un agujero negro supermasivo en su centro.

Continuará.

Las imágenes de las nebulosas (Galaxias) son de mi amigo Francisco Vaccari, de San Francisco, Córdoba. El muchacho es joven, talentoso y trabaja desde el patio de su casa con un Newton SW 200/1000 sobre EQ5. La cámara es una Canon T3i. Los procesados los copio apenas me envíe más datos.

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