La hora de las estrellas
El reloj de estrellas o… Didáctica de la astronomía a
los ponchazos
Quiero enseñar el giro
aparente del cielo.
Puedo hacerlo de día mediante un palo clavado perpendicular
al piso. Tomaré luego registro de un número de sombras cualesquiera, pronto
comprobaré que el Sol trepa a lo alto del cielo y que, alcanzado un punto
límite o culminar, desciende hasta perderse bajo el horizonte. Los detalles de
estas prácticas están en infinitas notas anteriores y por venir. Quiero ahora
enseñar el giro aparente del cielo nocturno.
Las estrellas nocturnas
parece que giraran en torno a un determinado punto, alto en el cielo unos tres
palmos desde mi horizonte (vivo a 33° de latitud sur). Su acimut es cero 0°, es
decir, el origen de las coordenadas altacimutales para el hemisferio sur. Y alza
ese punto centro de giro del cielo -el polo sur celeste PSC- justo sobre el
cardinal sur.
El modo natural de
hallar este punto geográfico sur es haber trazado una meridiana durante el
mediodía. De no contar con ella, una brújula servirá como orientativa. Recordemos
que el sur magnético no corresponde al sur geográfico, su discordancia puede
alcanzar los 10° según me ha contado mi amigo Ale.
No nos compliquemos. Al
más prolijo lo estraga la muerte. Miremos una brújula, allá está el sur;
macanudo, desde el imaginario punto sur alcemos tres palmos con el brazo
estirado; listo, allí estará el polo sur celeste, el centro de giro del cielo
nocturno, el punto donde se proyecta el eje de giro del planeta.
Si quieres comprobarlo,
tengo una técnica infalible para ser realizada desde el patio de un colegio:
pon una bici patas arriba (perdón, ruedas arriba). Pon una silla enfrente, de
la rueda delantera, de modo que, al mirar a través de su circunsferencia, veas
las estrellas del sur. En esta época del año, las estrellas alfa centauro y
Achernar son notorias, asimismo Beta centauro y Alfa cruz. Siéntate en la silla
a una distancia tal que Achernar y Alfa centauro equidisten del eje de giro de
la rueda, y que la recta que las una casi sea un diámetro de la rueda. Consigue
ahora unas tapitas de birome Bic azules, blancas, rojas. Fija una tapita azul
para Achernar entre los rayos de la rueda; fija una tapita blanca para Alfa
centauro o Rigel Kent, tal su nombre árabe.
Hecho lo que arriba
mando, simplemente charla, mira, diviértete un rato, al cabo de 20 minutos
vuelve a sentarte, verás que las estrellas verdaderas se han apartado de sus
tapitas de birome o cotas improvisadas. Creo que te bastará con girar un poco
la rueda para que las estrellas vuelvan a quedar tapadas por las tapitas. Habrás
de haber girado la rueda en el sentido del cielo, como las manecillas de un
reloj.
¿Podrás creerlo? ¿El cielo
se mueve al paso de las manecillas de tu reloj?
Justo lo contrario: el
reloj se mueve como el cielo.
Un reloj no es sino un
artilugio capaz de copiar el giro aparente del cielo. Tarde y mal lo
comprendemos, pues nuestra cultura de masas ha enterrado estas razones.
Bien, cuestiones
político-sociales afuera Sigo con el cielo desnudo, vaciado de sus
implicancias… humanas.
El cielo gira con la
regularidad de un reloj. El cielo es un reloj y nuestros artesanos, al
construir artefactos capaces de dar la hora, todo lo que buscaron fue copiar,
reproducir con veracidad el paso del cielo.
De modo que, si observo
una estrella cualquiera, y fijo su posición aparente, con solo medir cuánto ha
cambiado de lugar podré atinar a decir la hora transcurrida.
Por lo mismo, si sé la
hora, una noche cualquiera, podré decir sin mirar el alto cielo qué estrella
hermosa veré y cual no.
Maravilloso.
Y, ¿cuánto gira el
cielo? Gira… un giro por día.
Claro, en 24 horas traza una estrella cualquiera
un arco de 360° ( y conté en nota anterior que este valor de 360° para los
círculos corresponde al saber astronómico antiguo, y no al revés).
360° en 24 horas, esto
es 15° hora.
Luego si una estrella
ha barrido sobre mi cielo un arco acorde a un ángulo de 15°, amigos, amigas, ha
pasado una hora desde aquel momento a este.
Ah, claro, espero que
no estuvieras tendido con tu amor en la tierra, mirando ese cielo, porque
entonces… ni atención habrás prestado a ellos, y si así fue, pues te felicito.
Pero, ¿qué pasa si miro
el cielo nocturno -próximo al PSC- dos o más noches distintas a una misma hora? ¿Han girado ahora
también las estrellas?
Sí. ¿Por qué?
Veámoslo:
Si la Tierra girara en el
cielo sobre sí misma en rotación, y se desplazara a través del espacio paralela
a la trayectoria de su estrella el Sol, cada 24 horas exactas sucedería el
meridiano sobre un mismo sitio, y unas mismas estrellas serían visibles cada
noche.
Pero no quiso así las
cosas el Buen Espacio. La Tierra gira sobre sí pero además gira sobre el Sol en
una órbita cerrada. De modo que cada día, un mismo sitio de la Tierra necesita
24 horas para el meridiano, sí, pero necesita 4 minutos menos para poder ver
las mismas estrellas en las mismas posiciones que la noche anterior.
Vean las imágenes. Este casi grado diario
de diferencia multiplicado por 365 y ¼ nos da…: ¡360° del año!
El reloj de estrellas:
Recortamos un círculo
para las 24 horas del día: movimiento de rotación.
Recortamos un círculo
mayor para los 12 meses del año: movimiento de traslación.
Recortamos por último
una carta de estrellas o un cursor para señalar la estrella elegida para dar la
hora. Por convención y practicidad, en el hemisferio que habitamos esta
estrella es una constelación: el barrilete, el Choike, la triste Cruz del sur
(un día debemos librarnos de este saber español que tanto nos daña, el Choike o
Choiols son nombres amerindios de ese asterismo, asimismo Chacana).
Recortados los móviles
los marcamos: el círculo de las horas con arcos de 15° ya que son 24; el
círculo del año con arcos de 30° ya que son 12 divisiones. Los días están
implícitos en la cantidad de arco que hayamos cubierto en un determinado mes: el
30 de setiembre sin duda casi es igual al 1 de octubre, y el 15 de abril
equidista del 15 de setiembre, como puede verse en las imágenes generadas con
el programa Stellarium.
Resta solo ensamblar el
móvil y salir a la noche a jugar con él.
Para ver qué posición
ocupará la cruz en el cielo, cada noche, bastará con apuntar el círculo mayor
al PS, cuidando que el 15 de abril esté arriba; luego, apuntar la hora 0 del círculo
menor hacia la fecha de la jornada en cuestión; por último, mover el cursor
hasta que este toque la hora que nos interesa. La proyección del cursor
indicará la posición de las estrellas de Crux sobre el cielo para esa hora y
esa fecha.
Otro modo de usar este
juego es: se apunta con el reloj al PS; se cuida de que el 15 de abril esté
arriba; se coloca el círculo menor de modo que la hora cero coincida con la
fecha de la observación; se corre el cursor hasta que apunte a Crux. La hora
indicada por el cursor será la exacta hora solar de esa jornada.
Los alumnos habrán
aprendido geometría, astronomía e historia, y se habrán divertido con la rueda
de la bicicleta.
Si no les funciona, se
aceptan reclamos el 15 de abril de cada año a las 0 horas.
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