De sueños y yacarés
Ey, don Sagi, cómo anda.
Bien, che, tranquilo, preparando el telescopio para esta
noche.
Uy, después de cenar me vengo.
Acá lo espero.
Sabe, don Sagi, me mandó a leer de nuevo a Gustavo Roldán y
eso hice. Y vi que usted tenía razón.
Don Sagi alza las cejas y sonríe. De los libros que ha leído
pocos le han gustado tanto como los de ese chaqueño alborotador.
En todos sus cuentos hay un montón de astronomía. Confirma
el joven.
Entre tantas otras cosas, sí.
Leí ayer Los sueños del yacaré, don Sagi, y tengo un montón
de preguntas para hacerle.
Meta, nomás, pibe.
Voy a ir de a poco para no espantarlo.
Usted sabe cómo me gusta la gente curiosa. Dígame nomás lo
que quiere saber, a ver si puedo contestarle.
Bien, en uno de esos cuentos se habla de que la tierra es
redonda, pero los animales se horrorizan y dicen ¡qué locuras que sueñan estos
bichos! Como si la tierra fuera plana, para ellos.
¡Qué buen cuento es ese!
Bueno, pero el otro día vi en internet que hay gente de
verdad que dice eso mismo, que la tierra es plana; se llaman terraplanistas.
Ay, ay, ay. Tengo un amigo en La Plata que es astrónomo, y
cuando escucha hablar de terraplanistas por poco sale corriendo.
Jajaja, si la tierra es plana puede correr hasta la otra
punta, nomás.
Jajaja, muy bien dicho, pero si la Tierra es redonda se los
vuelve a encontrar del otro lado.
Ambos ríen y miran el cielo que va perdiendo color al este,
donde parpadea una luz pobre, por ahora, la primera estrella sobre la ciudad; y
alza la Luna llena, imponente y anaranjada en el horizonte.
Ahora hablando en serio, don Sagi. Uno está cansado de ver
fotos de la Tierra, que es redonda, y lo ha aprendido en la escuela y en los
libros, y en las películas también. Pero todo eso lo niega el terraplanista.
Dice que son mentiras. Deme usted una prueba de que la Tierra es redonda.
Perfecto. Mire usted la Luna. Redonda como una pelota. ¿Y ha
visto una imagen del sol en el piso, cuando su luz atraviesa los espacios entre
las hojas de una planta? Redondo como un chancho gordo. Por último: ¿ha visto
usted un eclipse de Luna? Cuando la sombra de la Tierra empieza a tapar la
Luna, esa sombra es curva, porque un cuerpo redondo es el que la crea.
Perdone, don Sagi, pero no me ha dicho usted nada que no
haya visto en el video de los amigos de su astrónomo platense. Que la Luna se
vea como un disco blanco no quiere decir que sea una pelota. Al contrario,
mírela, si parece una moneda.
Puede ser, pero hace unos días esa Luna era gibosa creciente,
y con el telescopio podían verse las sombras de las montañas de la Luna
proyectadas hacia la izquierda, la zona que aún no estaba iluminada; y mañana o
pasado venga usted y verá del otro borde las mismas sombras, porque empezará la
fase decreciente, y podrá convencerse de la forma de pelota que tiene la Luna,
como me gusta decir.
En la escuela me dijeron que la Tierra es un geoide, don
Sagi.
Me gustaría mucho que esos maestros me dijeran lo que es un
geoide. Mire, joven, en mis años de maestro aprendí un par de cosas, nomás: a
la gente hay que hablarle del modo más simple posible.
Bueno, no sé, eso tuve que poner en la prueba.
Sí, y después pasan unos años y chau, se me hace
terraplanista.
Y usted ¿saldrá corriendo, don Sagi?
No me dan las piernas, ya, pibe. Vaya a comer y vuelva en un
rato, que miraremos por el telescopio la moneda de la Luna.
Fin
Basado en cuentos del libro El vuelo del Sapo, de gustavo
Roldán.
Sergio Galarza, docente.
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