Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Taller de Astronomía en la Casa del Senado, Departamento Iriondo

 Taller de Astronomía en la Casa del Senado, Departamento Iriondo



Ayer dió comienzo el taller de astronomía para niños y jóvenes en la Casa del Senado de cañada de Gómez, departamento Iriondo de la Provincia de Santa fe.

Gran cantidad de niñas y niños asistieron a la cita, nos conocimos un poco y fijamos los pasos que vamos a dar en el futuro, seis encuentros, para el desarrollo del programa sugerido.



Quiso la nochecita ser amable con todos y todas y sobre las 20 horas despejó la Luna, de modo que muy pronto armamos un telescopio y le metimos ojo a rabiar.



La charla previa fue y vino a dos aguas: las mías, mi intensión de transmitir algunos temas base; y las de elllos y ellas que, ante la emoción de estar en el taller, no dejaron nunca de preguntar, aportar y contestar a cada uno de los temas planteados.



Hicimos uno de los famosos experimentos mentales que tanto agradaban a Einstein (perdonen el atrevimiento) y mencionamos unos diez temas más, totalmente aleatorios, lo que presupune unos talleres futuros realmente cargados de saberes.



La próxima cita será el martes que viene y trabajaremos divididos en dos turnos, con criterio de la edad, para hacer más justas las cosas. ¡Hasta entonces!



martes, 17 de septiembre de 2024

Astronomía en la Escuela

 


Una charla taller para docentes y estudiantes de cualquier área. Se expondrá una mirada sobre la didáctica de las ciencias apoyada en ejemplos relacionados con la astronomía.

Mitos, leyendas, historia de los avances logrados por la humanidad para comprender y explicar los fenómenos celestes.

Construcción de relojes de sol y del reloj de estrellas. Juego del calendángulo.

No te lo pierdas.

Link para inscripciones:

https://forms.gle/36ZZ9uypDZB6aPK86

Los soles de Christophersen miran el Sol

 Los soles de Christophersen miran el sol

Ayer tuve la suerte de estar presente en Christophersen, hermoso pueblo del sur santafecino, sito sobre la querida ruta 14 (mi Bigand comparte esa vía).



Christophersen quiso llamarse Carmen -me contó mi madre, la Kiki, que buceó en gugle cuando le conté a dónde iba a trabajar- pero ya había en ese entonces dos localidades así llamadas y la buena esposa del terrateniente fundador debió ceder tal honor. Con todo, es hoy un pueblo tranquilo cuyos alumnos y alumnas destacan en su aplicación y trato. Ayer dije a miMoni: "La Sarmiento de Chritophersen es una escuela dónde mandar los hijos, aunque uno tuviera que viajar: con jornada extendida, sus alumnos son curiososy amables y el trato general es de respeto absoluto" (ayer vi cómo una docente le hablaba a un niño y la forma y las palabras que usó me hicieron sentir agradecimiento y orgullo hacia esta clase de docente, que prioriza el respeto y el cuidado ante el momento de guiar a un niñe).



Ya tuve tiempo atrás la suerte de conocer este gente amable y apasionada, fue una tardecita que trocó en noche de fogón, hamburguesas y estrellas. Ayer trabajamos juntos con el Sol y sus sombras.



Mi intervención consistió en mostrar el astro de tres modos : por proyección (uno de los más seguros y por tanto el más recomendable para les docentes); mediante telescopio tradicional con filtro de luz blanca (un método ágil, donde la imágen del sol es plena y se ven muy bien las manchas solares e incluso las regiones activas, pero que hay que cuidar sumamente, pues los filtros Baader son muy delicados); mediante telescopio dedicado con filtro de luz hidrógeno (un método seguro y apasionante, pueden verse filamentos y regiones activas con nitidez, pero es un equipo extremadamente caro, sobre todo con este gobierdo cruel).



Todos los chicos (de 4to a 7mo) pudieron ver nuestra estrella madre, sus manchas proyectadas sobre cartulina, o en la fantasía eterna de sus retinas a través de los filtros. Todos y todas hablamos sobre las implicancias de tales vistas: la causa de que las manchas se manifiesten, su ordenamiento geométrico, su movimiento propio y en grupo. No faltó en este momento una genia que me preguntara: "¿Sabe usted cuál es la velocidad propia de las manchas?" No la sé, sé sólo la velocidad propia del grupo de manchas producto de la rotación diferencial del sol, de modo que termino esta nota y me pongo  a estudiar con más detalle el tema. Gracias por la pregunta. Gracias por tanta perspicacia.



Con los más grandes vimos relojes de sol y la posición real de la Tierra en el espacio, para terminar con esa mítica del globo de biblioteca, a través de la cual todo el mundo cree que el norte está arriba. Cuando hube concluido la demostración (si demostración puede ser ver dos sombras paralelas) hice la advertencia de costumbre: Saben ahora cuál es la posición real de la Tierra en el espacio, en el futuro, nunca discutan sobre esto... el mundo seguirá creyendo tonterías. Mal que nos pesa, si no fuera así no estaríamos cómo estamos.



Almorzamos todos y todas juntes un plato exquisito, con muchísima carne y de postre yogur con cereal. Y después de la bacanal, charla con los más quiquitos: de 1ro a 3er grado. Traté de mostrar el cielo y las constelaciones, pero tuve que rendirme a las preguntas de todes, pues qué puede importarles una constelación si lo que quieren saber es: ¿Qué pasaría si la Tierra chocara con el Sol? ¿Qué pasaría si explotara un agujero negro? ¿Qué pasaría si un meteorito chocara a la Tierra? ¿Qué son las lluvias de estrellas? Y mil cosas importantes y fabulosas para saber como estas.



Una de las prácticas derivó en dibujar lo observado y los telescopios. He aquí los trabajos:













Ojalá pronto pueda volver a esos lares. Christophersen es un lugar para amar en el mundo, sin duda. Sus calles amplias, pulcras, sus cuadras poco pobladas, sus terrenos libres, sus árboles y sus sombras amables, de verdad me cautivan sitios como este.


Imágenes como esta hablan claro al oído: ¡Broder, qué viejo estás! Los años no te pierden pisada, apurate a llevar tus soles a más lugares, que pronto el sol te llevará a vos.







Gracias Karina por confiar en mí; gracias chicas por el mate cocido, los bizcochos y el almuerz;, gracias a todos y todas por recibirme y apoyarme con su cariño e interés.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Conjunción de marte y Júpiter, visible en las primeras mañanas de Agosto

 Conjunción planetaria entre Marte y Júpiter visible durante estas mañanas de Agosto


Apenas antes que el sol haga brillar demasiado nuestra atmósfera, puede verse durante estas mañanas un hermoso espectáculo celeste: la conjunción de los planetas Marte y Júpiter. 


El contraste entre ambos astros es notorio y agrada sumamente a los ojos: Marte, rojo, intenso, debajo de su primo (por el color, lo digo) Aldebaram, la estrella ojo del Toro, resalta a la vista de los madrugadores contra el blanco furioso de un Júpiter siempre colérico. 



Con el paso de unos pocos días, podrá verse a Marte rebasar a Júpiter en su camino, dejarlo atrás, y seguir hacía un nuevo año... marciano.


Los astros del sistema solar se mueven en el espacio siempre tironeados por lo que llamamos gravedad del Sol. Esta, se debilita en función del cuadrado de la distancia que separa a un cuerpo de otro. De modo que, al estar Júpiter a poco menos de cuatro veces de la distancia al Sol que Marte, se mueve mucho más despacio.


El evento es hermoso por sí mismo y creo que justifica un madrugón para aquellos y aquellas que no lo hagan normalmente. Los alumnos que asistan al turno mañana serán beneficiados porque ya están despiertos a estas horas. Nomás abrigarse y a mirar al noreste, a unos tres palmos de altura. Me lo van a agradecer.



domingo, 28 de julio de 2024

Cuando al placer le llaman Orgullo

 


Medalla Orgullo de Iriondo

El viernes 26 de julio, a casi dos meses de acceder a mi jubilación como docente formal de ajedrez en las escuelas públicas santafecinas, tuve la dicha de encontrarme con amigos y amigas, compañeras, ex alumnas y familiares, para recibir de manos del senador del departamento Iriondo, Hugo Rasetto, la medalla Orgullo de Iriondo.



El senador explicó, luego de un pantagruélico agasajo, que la medalla significa un reconocimiento al esfuerzo por mi parte en la difusión de las ciencias, y por sembrar en los y las alumnas la vocación por el conocimiento, la curiosidad, el entusiasmo hacia los saberes en general.



Hace una vida que trabajo como docente. Comencé en Chabás, a los 19 años, como docente de taller en una escuela técnica. Luego como tallerista de ajedrez. Una de mis primeras clases la dicté en una plaza, debajo de un árbol frondoso pues hacía calor. Uno de mis primeros alumnos fue luego presidente Comunal de Chabás y es una persona excelente, un ejemplo para el pueblo. Luego, un loco día, me llamaron desde Santa fe, desde el Ministerio de Educación, y me ofrecieron entrar a la escuela Bernardo de Monteagudo de Chabás como docente de ajedrez. Desde entonces he dictado clases  formales de dicha materia en seis escuelas: Carlos Casado, Bernardo Houssay, ambas de Casilda; Provincia de Chaco de Pérez, Almafuerte de Carcarañá y Sarmiento de Cañada de Gómez.



Además de las clases formales he dictado talleres de ajedrez en decenas de ciudades y pueblos, he organizado no sé cuántos torneos de ajedrez para clubes, escuelas y ministerios, he viajado con mis alumnos y alumnas a los Juegos Evita (acaso la mayor expresión de igualdad, contensión e interés por las infancias jamás pensada y ejecutada en Argentina). He escrito cuentos, notas, clases, he grabado reconstrucciones de nuestras batallas por la independencia vinculando el ajedrez y varios padres me pararon luego por las calles, para contarme cómo sus hijes les atosigaron con anécdotas sobre San Martín, Cabral y no sé cuántos más...


Pero el ajedrez no es mi única pasión. Mi padre me ensenó a querer el cielo. O tal vez no, pero sí me mostró cuánto él queria los cielos. Y eso es lo que todos necesitamos. No que nos enseñen a querer algo; sino que nos enseñen con pasión cuantó los demás amamos algo.

Mi padre era autodidacta. Leía diccionarios para entretenerse. Sabía las etimologías de cada una de las palabras. Nunca dijo: la grasa del asado. Decía: la aponeurosis.
Un día convenció a un secretario comunal para que comprara un fabuloso telescopio. Un reflector de 150 morlacos de apertura. 
Con ese telescopio fue feliz y cada tanto iba a un campo: mostraba los astros a los vecinos de Bigand.
Años después, una mañana soleada, hermosa afuera pero oscura en el ámbito en que mi viejo se moría, pude contarle que abriríamos enn su pueblo un Taller Comunal de Astronomía con su Nombre: Juan Carlos Galarza (gracias, David martino, por haberlo hecho posible). 



Hace 15 años perdí al hombre que me incentivó a leer, a saber, a curiosear adentro de esas máquinas del tiempo y de la dicha que son los libros. Mi viejo tenía solo tres libros de astronomía: uno muy antiguo, de mi abuelo Gumersindo; otro muy nuevo, entonces, casi inútil; uno fabuloso, de tapas rojas. Este último, escrito por Cecilia Payne Gaposchkin, antes de saber que estaba enfermo pero acaso previendo el futuro (o creándolo), me regaló en mano una noche. Papá me lo dió y dijo: Tenelo vos, le darás mejor destino que yo.


Permítanme ahora decir que también soy maestro de astronomía. Nunca cursé una facultad, es sabido. Leí y leo todo lo que puedo para tratar de transmitir las ideas tan hermosas que nos llevaron a andar las sabanas, a pintar las cuevas con calendarios plasmados en toros, a elevar piedras para anunciar los días iguales y los días quietos, a soñar con fuerzas (que no existen) y caer en pozos (que parece que sí existen), a inventar un estallido y a surfear las ondas del tiempo. Todo eso leí y leo aún para luego ir con cuentos a las escuelas y las plazas, a los clubes y a las cabecitas de esos pobres alumnos que no pocas veces pasaron de un peón a un átomo, de una casilla a una simetría espacial, de un rey a un reloj de sol, de un caballo a un orbital, de una goma que cae a un astronauta que anda por es espacio...



Con los telescopios al hombro viví de todo, bueno y malo, muy bueno y excelente. Conocí gentes, gané amigos y amigas. Perdí a Aldo. Gané a Ulises y a Ignacio. Miré los cielos de seis provincias: enseñé en las radas del mar junto a un Pillo; en los palmares junto a un guardabosques; en los salares junto a una maestra que viajó hasta allí a dedo, entusiasmada por una charla que brindé en su escuela, 36 horas antes, 3000 metros más abajo, 70 km más lejos. Enseñé estrellas en las sierras de colores junto a docentes que viven en pueblos a los que solo se accede caminando sobre las piedras de un río. Miré los cielos en los desiertos junto a un escritor entrañable y un matero de observar a ojo desnudo; en los pueblos bañados por el glifosato, que suma almas a sus cielos; en las cárceles para menores, que restan almas de sus cielos. 
Compartí ciencias sobre el hormigón de los patios de una escuela que memora al Flaco, invitado por el gran Armando, donde sus alumnes me atendieron y escucharon como si fuera yo el más importante hombre del mundo, como si llevara mi palabra la salvación o el descanso a esa pobreza que hoy más que nunca se ensaña con ellos, y tan solo eran dibujos del sol, cálidas manchas de tiza amarilla sobre el gris del suelo, distancias que solo son comparables a lo lejos que la sociedad ha llevado su posibilidad de vivir dignamente...


Conocí a Hugo Rasetto por intermedio de Bruno Rosas. Bruno pensó en mí cuando Hugo le pidió hacer algo que interesara a muchos, que sirviera para la cultura. 
Bruno me conocía gracias a Garello, un aficionado al cielo como yo. 
Garello, hace 14 años, me llamó una tarde, me djo: Miré, tengo una hija, es docente, da clases en una escuela con un alumnado que no cuenta con todas a su favor, ¿no iría usted a darles una charla de astronomía?
Jaja, al bosque fue por leña, el hombre.
 Allá nos fuimos, con Mimoni y Quéchatitache, la famosa chata que me llevó por el mundo en su tiempo. 
Llegamos a la escuela, dimos la charla, todos contentos, ya fue narrado. 
Antes de partir, Garello me dijo: ¿Cuanto le debo, Sergio? No, Broder, no money. Le dije. Dijo nuestro amigo: ¡Guats, al menos ¡cobre la nafta! Venga, dije, y nos dimos las manos y no nos vimos más. 
Años pasaron. Hasta que Bruno fue preguntado y recordó aquella lejana mañana en la que su padre lo llevo a conocer el hielo. No, no, perdón. Así comienza Cien Años de Soledad, la novela del Gabo. Tanto he leído que se me confunden las realidades con las fabulades... 
Bruno recordó mi nombre y me presentó a Hugo Rasetto, el senador de Iriondo, que buscaba una actividad culltural que interesara a los vecinos y vecinas de iriondo.
Conocer a Hugo, contar con su apoyo y su confianza, amplió mis cielos de un modo exponencial. Me faltan pueblos y ciudades para completar iriondo, pero este año seguro habré estado bajo todas sus estrellas, bajo todos sus soles.


Con Hugo hicimos Tu Cielo, una experiencia notable, basta que gugleen tu cielo/sergio galarza, o tu cielo/sagitarioblues.
Después hicimos más: escuelas, hogares, escuelas especiales, campamentos. Ahora mismo tenemos planes. pero el muy pícaro me sorprendió de veras ¡con su medalla!
Gracias Hugo y gracias todos y todas. Gracias Bruno, gracias cumpas de la Sarmiento, gracias chicas por haber venido a saludar. Gracias Sabri, Moni, Marta y todos y todas por estar. Gracias Carlitos por tus hermosas palabras. Gracias, vida, por dejar que mi pasión sea mi orgullo.