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lunes, 13 de abril de 2015

Guía de Observación Astronómica

Guía de Observación Astronómica 1
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Guía de Observación Astronómica
Búsqueda de objetos de espacio profundo

La observación astronómica es uno de los mayores lujos que podemos darnos en vida, es un modo de participar de la creación, o, mejor, del cosmos. Cosmos es eso que muchos creímos ajeno, lejano; sin embargo, somos parte de él. Carl Sagan, dijo: "Somos el medio para que el cosmos se conozca a sí mismo."

Observar el cielo causa placer estético e intelectual; causa vértigo, a veces y nos plantea interrogantes asombrosos. Particularmente, lo único que me ha estremecido más que la observación del cielo fue el llanto de un niño, la oscura mirada de una mujer… y nada más.

Podemos disfrutar del cielo estrellado por medio de la vista -a ojo desnudo, decimos; por medio de binoculares; por medio de telescopios. Aquí no se agota su registro, hoy la ciencia observa el cosmos en regiones del espectro electromagnético tales como el infrarrojo, el radio, el ultra violeta, y otras, pero estas tecnologías no son populares. El espectro electromagnético (eem) es un rango de frecuencias con el que mensuramos la energía radiada. Los soles radian energía en todo el espectro, es decir, en una gran cantidad de frecuencias distintas –lo que equivale a decir que radian una gran variedad y cantidad de energía- de las cuales una muy pequeña región es captada por el ojo humano. A esta región le llamamos luz visible.

Un gran número de objetos son perceptibles a ojo desnudo en diversas épocas del año*. Durante el otoño austral –en las primeras horas de la noche- son posibles a ojo desnudo la Nebulosa de Orión (M42); el asterismo Las Tres Marías (Alnitak, Alnilam, Mintaka); el cúmulo de Cáncer (M44); la Hoz de Leo; la nube negra el Saco de Carbón, en Crux; la brillante nebulosa o región de Eta Carina, en Quilla; por citar unos pocos.

Familiarizarse con las estrellas notorias es un deber para el observador astronómico. Estas delinean las constelaciones y en base a cada sol importante podremos movernos por el cielo en busca de los objetos menos brillantes.

Por supuesto, para admirar matices de objetos de espacio profundo visibles a ojo desnudo se necesita cierta experiencia. Omega centauro es un cúmulo globular, pálido en zonas sin contaminación. Apreciarlo sin equipos requiere saber su naturaleza ya que brilla cual una estrella y de allí su nombre**.

Veamos cómo acertar sobre algunos objetos ocultos, asequibles a telescopios de aficionado y binoculares, presentes durante las noches de otoño e invierno australes.

Si observamos el cielo con binoculares, el método de búsqueda a aplicar será el mismo que si utilizamos un telescopio de montura altacimutal.

Altacimutal es un sistema de coordenadas que toma por plano fundamental el horizonte del observador. Sobre este círculo imaginario se subtiende un arco, en grados, que nace en el polo sur geográfico y avanza hacia el oeste –en el hemisferio sur: Cardinal sur: 0° acimut (az); cardinal Oeste: 90° acimut (az); cardinal norte: 180° de acimut (az); etc. La coordenada complemento es la altura (h), la cual se mide en grados de 0 a 90, desde el horizonte al cenit. El cenit es el punto más alto sobre el observador. Así, un astro que alce 30° sobre el horizonte del cardinal Este, por ejemplo, tendrá por coordenadas altacimutales: 270° az, 30° h. Por supuesto, este sistema de coordenadas cambia sus valores a cada instante, pues la Tierra está en permanente movimiento.

Saco de carbón, Crux.
El Saco de Carbón es una nube de polvo espeso, oscuro y frío, que oculta el intenso brillo de estrellas sitas dentro y detrás de él. El saco es visible entre las estrellas alfa α y beta β crucis como una mancha negra en lo alto. Es notorio a ojo desnudo. Con binoculares o telescopio de hasta 11 centímetros (4”), a muy bajos aumentos, es interesante recorrer y comparar por contraste con zonas pobladas de la Galaxia.

La luz puede ser absorbida, reflejada o emitida por nebulosas de gas sitas sobre los brazos de la Vía Láctea. De su densidad depende que las estrellas que la habitan se hagan ver o no. Sabemos de esas estrellas invisibles, ocultas por el polvo, gracias a las observaciones en las regiones del infrarrojo del eem. Las ondas infrarrojas tienen una muy baja frecuencia, son muy largas, pueden evadir las moléculas de polvo cósmico sin ser reflejadas o absorbidas por sus átomos constituyentes. Por el contrario, los colores visibles son reflejados hacia dentro, así como la neblina en la ruta devuelve las luces blancas de un auto hacia el conductor.

            La estrella α crucis, Acrux, es una doble de relativa facilidad. Y la estrella azul Becrux, β crucis o Mimosa es ya un espectáculo. Muy cerca aloja una estrella evolucionada, una Roja llamada Lágrima de Sangre. Su nombre difícil es DY crucis. También se la conoce como Rubí crucis. Es una estrella cuyo su núcleo crea átomos de carbono, los cuales van a engrosar su atmósfera; esta brilla a muy baja temperatura dado que el conjunto se ha dilatado hasta dimensiones increíbles: la expansión ha permitido el enfriamiento de su fotosfera. Las estrellas de carbón son las estrellas más rojas del cielo. Sobre esta bella gema hay notas imperdibles como la de Guillermo Abramson.
         
   Pocos grados separan a Becrux de uno de los objetos más hermosos del cielo. Hablo de El Alhajero, o el Joyero. Los catálogos lo suman como NGC4755. Es un cúmulo estelar abierto y simula un cono de helado. Pueden distinguirse diversos colores en sus estrellas y de allí que se le comparara con esa antigua forma de la riqueza, el atesoro de joyas. Hoy el esnobismo -es decir: la estupidez- permite ahorros en sosos billetes verdes.
           


NGC4755 es una de las vistas más imponentes y enigmáticas, uno queda bobo mirando y mirando sus luces, sus colores, sus locos diagramas posibles.

El Alhajero es imperdible a partir de un refractor de 80mm, nítido en un 114, sublime en un 200. Posee también una roja, linda, la cual seguramente le es ajena, sita para la vista a millones de kilómetros por delante o por detrás del cúmulo en sí. Estas perspectivas cósmicas son muy comunes, uno ve una cosa y lo que ocurre en realidad es otra.


En la imagen de arriba, tomada del programa Stellarium, puede verse a Becrux y al cúmulo NGC4755 también llamado Kappa crucis. Dista el uno del otro unos 65 minutos, es decir, poco más de un grado de arco. Saber medir estas distancias en un mapa es fácil, transportar esa medida angular a lo que uno verá dentro del ocular es apenas más difícil. Veamos cómo se hace:

Cálculo del campo real (Cr) observado mediante telescopio.
Los telescopios tienen una focal (f) determinada por el fabricante de la óptica primaria; esta, en conjunción con el ocular, nos dará los aumentos logrados (x).

X = f telescopio/ f ocular.
Ejemplo: telescopio de f 900mm y ocular de 20mm, X = 900mm/20mm= 45x
(Se lee: 45 aumentos)
Por otra parte, los oculares aclaran cuál es su campo de visión aparente; por ejemplo, un plossl tiene un campo aparente de 50°.

Si observas el Alhajero con un telescopio newtoniano de 900mm de focal con un plossl de 20mm, el campo real observado será:

Campo real = Campo aparente/ x

Campo real = 50°/ 45x
Campo real = 1.1°

Como indica este cálculo, Kappa crucis puede ser entrevisto con un ocular de 20mm y un teles de 900mm. Si observas Mimosa en el ángulo debido, en un rincón del ocular estará la estrella azul, en el límite contrario encontrarás estrellas del cúmulo NGC4755.


Continua.

Notas:
*Recordemos que el cielo nocturno varía casi un grado por día. La traslación ocurre en 365 días, de modo que el ciclo o círculo del cielo -el año- de 360° se cumple en 365 días; es decir 360° / 365 ds = 0.98°/ds.

**En el año 1603 Johan Bayer publicó su Uranometría, allí nombró las estrellas -según su magnitud- con letras griegas. Hoy existen otros catálogos y nomenclaturas, por ejemplo el de Flamsteed, catálogo publicado sin su consentimiento en 1712, este numera estrellas según su ascensión recta (AR) y genitivo de constelación; ejemplo: 61 cygni.

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