Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

domingo, 30 de junio de 2013

Sol 29 de junio, cumple de mi viejo.


Sol, toma única con Coronado solarmax de 40mm a f20 con Canon T2i a 100 iso. Editado con PSC2

Compañera Luna

“Grandes son las cosas que en este breve tratado propongo a la contemplación de los estudiosos de la naturaleza. Grandes, digo, sea por la excelencia de la materia misma, sea por su inaudita novedad, sea, en fin, por el instrumento en virtud del cual esas cosas se han desvelado a nuestros sentidos.” ¹
Antes de la difusión de Astronomicus nuncios, el escrito de Galilei, luego publicado como Sidereus nuncius, la naturaleza lunar se enseñaba como perfecta, libre de arbitrios, sustancia incorruptible afín a tan altas entidades que participaban de dios y su potestades. Es curioso comprender cómo, qué intrincadas razones, argüía el docto para justificar colores y brillos tan diversos y notables -un niño los podía y puede constatar a simple vista- y enseñar sin embargo que su naturaleza -la de la Luna- era incorruptible.
Ay, cuántas veces lo observado no concuerda con lo previsto por nuestra voluntad, guiada por la ciencia o la fe, y, sin embargo, cómo confiamos en estas y no en aquellas vistas díscolas. Galileo, en el año 1609, confió en sus ojos y negó los libros, el viejo Aristóteles. Aris Tottle², como le dijera Poe, uno de los mayores pensadores del cielo, mofándose.

La Luna es el astro más amable del cielo, luego del Sol, claro, hacedor de vida, puesto que ningún sistema es autónomo.
En nuestro marco de dependencias, Luna garantiza estabilidad al eje terrestre con la consecuente meseta en climas; su existencia -Luna condensa a partir de polvo y escombros, residuos de un impacto colosal que refundió un planeta de las dimensiones de Marte con la masa que formaba la pretérita casa-, sorpresivo regalo del cielo que incrementó nuestro núcleo, le dio mayor densidad al sumarle metales a los ya existentes, hecho que, y derivado de su dinámica, permite el activo campo magnético terrestre; campo que, como sabemos, protege la atmósfera, nuestro hábitat, de las periódicas rabietas solares.
Debemos a este affaire cataclísmico tantos tópicos planetarios que imagino tarea de dioses el prever dónde una civilización tecnológica podría aturdirse allí afuera, cada una de ellas, fruto de causalidades como las que nos mantienen aquí.
Tantas variables, una miríada dominó, fichas enfiladas, encadenadas en su caída, nos trajeron aquí. Aún no determinadas todas, incógnitas muchas, salvo la brillante o esquiva, siempre hermosa, compañera Luna.

“Bellísima cosa es, y sobremanera agradable a la vista, poder contemplar el cuerpo lunar…”¹
A simple vista el satélite muestra contrastes, zonas oscuras y luminosas (anfractuosidades). Estos contrastes varían conforme avanza o decrece el área iluminada. Hemos dado en llamar fases a esta variedad. Galileo sabía que las fases eran un juego de perspectivas, dependen del ángulo en que vemos el astro desde Tierra. Luna –como todos los cuerpos opacos del sistema solar- recibe luz en el semi volumen que mira al Sol. La fase surge entonces como el gajo o trazo de suelo que refleja luz hacia mis ojos (la capacidad de reflejar luz de las superficies celestes es el albedo; el albedo mide lo reflexivo de una superficie. El albedo lunar equivale al del carbón. Imagine usted la cantidad de luz que ha de recibir la Luna como para aparecer tan brillante, sin embargo).

Si Luna se encuentra detrás de la Tierra, opuesta al sol, veré su fase llena.
Si Luna está parada en ángulo recto a la recta imaginaria Tierra-Sol, veré un cuarto (ora creciente, ora menguante).
Si Luna se halla en conjunción al Sol me será invisible o, mejor, estaré mirando su cara no iluminada (novilunio, luna nueva).

“La superficie de la Luna… no es de hecho lisa, uniforme y de esfericidad exactísima… sino que, por el contrario, es desigual, escabrosa y llena de cavidades y prominencias…”¹
Por ser los detalles de superficie mejor visibles cuando el Sol le ilumina al sesgo o de refilón, la fase más rendidora para el observador es la de cuarto creciente. El creciente se produce en la serie de Luna nueva a llena y por tanto es visible en las primeras horas de la velada. El cuarto menguante es asimismo apasionante y rico de ver, pero no somos el florentino, apasionado y tan curioso, artífice de su artilugio (perdón Aldo y tantos otros, hablo de mí), no nos animamos en vela hasta la madrugada para captar cada fase tardía.
¿No? Les invito a levantarnos temprano una mañana cada mes del año, atentos a la lunación será poco el sacrificio y al cabo habremos observado cada una de esas caras con nuestros propios ojos.

“Excrecencias luminosas…”¹
La observación en las fases creciente o menguante permite estimar aquellas alturas y cavidades, las pequeñas diferencias en el terreno son perceptibles por la sombra o reflejo que proyectan.
La observación de la fase llena es incómoda sin filtro lunar, a raíz de la magnitud que presenta, la cantidad de luz reflejada, si bien cada uno de nosotros ha disfrutado con ese círculo a 20x.

Veinte aumentos los provee cualquier telescopio con calidad óptica suficiente como para disfrutar de la Luna. Un refractor Galileo de 70mm de boca y 400mm de distancia focal es perfecto para estas vistas y su costo no es privativo. Si no tienes telescopio esta opción es perfecta, siempre que tengas en cuenta que su montura de poco sirve. Si te compras el 70/400 añade un trípode de fotógrafo al estipendio, o no tienes nada. Compra unos binoculares, antes, te darán mayor provecho (lo digo de balde, todos quieren tener su  teles y son contados con el dedo los que siguen el consejo). Los binoculares proveen de 7 a 12 aumentos sin ser caros e incómodos de usar y de todos me quedo con los 7x50, de cualquier marca, casi.

“La parte más luminosa de ella (la luna) representa más bien la parte sólida, mientras que la más oscura sería el agua… nunca he dudado de que, en el globo terrestre visto desde lejos… la superficie de la Tierra se ofrece a la vista más luminosa y la líquida más oscura.”¹
Notable constatar los pensamientos de Galilei. Como Da Vinci, quien imaginó su Florencia vista a vuelo de un pájaro, Galileo pensó a la Tierra vista desde el espacio, bien que ese interplanetario no era entonces lo que hoy, pues Galileo lo imaginó ocupado por una atmósfera que rarificaba gradual pero no absoluta, hasta llegar a espesar en otros astros. En los primeros escritos, asumía una atmósfera para la Luna, la cual impediría, por su brillo y sustancia, percibir los detalles de montes y valles en el perímetro, al cual veía regular y perfecto. El concepto de mar se afianzó en el vocablo María pero pronto fue desechado en el sentido. Los mares son los valles y cráteres inundados de lava ahora seca y oscura. Es este material basáltico que fluyó a superficie en etapas tempranas, durante períodos de actividad interna y luego en el llamado bombardeo tardío. Las zonas brillantes sí, son los continentes. Su superficie está formada por polvo y roca llamado regolito. Estas zonas altas son llamadas terrae.

 Continúa.

¹Galileo Galilei, Astronomicus nuncius.
²Tottle: vacilación, gateo.


sábado, 29 de junio de 2013

¡Felicitaciones! Colegio Antonio Berni.

El pasado año visité con los telescopios este hermosísimo colegio sito en Funes, Santa fe. Me sentí impresionado y agradecido, pues que lleve el nombre de Berni, quién fue uno de los mayores artistas sociales del mundo. Antonio creó al inmortal Juanito Laguna, entre otras personas maravillosas, que Proyecto sagitario estuviera con esos alumnos y alumnas fue un privilegio para mí. felicitaciones por el nuevo avance.

Noticia del Portal de educación del Gobiernos de Santa fe.
http://www.santafe.gov.ar/index.php/educacion/guia/noticias_educ?nodo=158432&pics=0

Educación inauguró un nuevo sistema digital de aula móvil, en la escuela N° 1388 “Antonio Berni”, de Funes (departamento Rosario), que implica una inversión de 100.000 pesos.

El acto se realizó en la sede del establecimiento, y fue encabezado por la ministra de Educación, Claudia Balagué, la vicepresidente de la Fundación del Nuevo Banco de Santa Fe, Adriana Freijo de Buil y la directora de la escuela, María Cecilia Lenci.

En el acto, la Ministra de Educación agradeció las acciones que viene desarrollando la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe para fortalecer la educación: “Nosotros tenemos una alianza estratégica con la Fundación en materia educativa que nos ha permitido incorporar al sistema educativo provincial 29 aulas digitales móviles y otras 23 fijas y que en este año nos facilitará incorporar otras diez en distintas instituciones educativas de la provincia”.

En referencia a la importancia pedagógica del equipamiento entregado, Balagué manifestó: “Este es un ítem más de lo que llamamos calidad educativa, que incluye necesariamente la alfabetización digital. Esta es una estrategia para apropiarnos de todo ese conocimiento y de toda es información que está dando vueltas el mundo y, a través de ello, podemos construir nuestra propia interpretación y nuestro propio conocimiento para reflexionar con los alumnos”.

Por su parte, la directora de la escuela 1388, María Cecilia Lenci, precisó: “Es muy valioso el impulso a la cultura de la información que nos permite usar, hacer, evaluar, crear y transmitir información, entendiendo que las oportunidades de acceso a nuevas tecnologías es un hecho que profundiza la vida democrática en tanto que garantiza la igualdad en los usuarios y acorta la brecha digital”.

A su termino, la vicepresidenta de la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe, Adriana Freijo de Buil, remarcó la importancia de la gestión que permitió la instalación de esta nueva aula digital indicando que “en la Fundación estamos convencidos de que la única manera de pensar en un futuro como sociedad es hacerlo a través de la cultura y la educación”.

En la oportunidad, las autoridades dejaron habilitado el sistema digital de aula móvil, compuesto de una notebook para el docente y 15 netbooks para los alumnos, un carro móvil con cargadores para los equipos; proyector multimedia, router inalámbrico y una pizarra electrónica.

La nueva instalación informática demandó un inversión de $ 100.000 y forma parte de un plan que, desde su inicio en 2008, lleva habilitadas 52 aulas digitales: 23 fijas y 29 móviles.

Estos dispositivos digitales permiten que las clases sean más atractivas, tanto para los docentes como para los alumnos, porque ofrecen interactividad con sitios webs, videos, audio, aplicaciones multimediales, aumentando la participación, interrelación y discusión de los recursos educativos.

Desde la cartera educativa, está prevista la capacitación del cuerpo docente en el uso de esta tecnología, de modo de garantizar el acceso y una mejor apropiación de los recursos por parte de los alumnos.

Esta iniciativa se enmarca en el "Programa de Alfabetización Digital 2013 Aulas Móviles", que llevan adelante el Ministerio de Educación y la Fundación del Nuevo Banco de Santa Fe, y tiene como objetivo principal integrar las nuevas tecnologías de la información en un proyecto pedagógico e institucional que contribuya al mejoramiento de la calidad de la educación.

http://www.santafe.gov.ar/index.php/educacion/guia/noticias_educ?nodo=158432&pics=0

jueves, 27 de junio de 2013

Taller de Ciencias inaugura en Bigand

Inaugura, hoy:
Taller de Ciencias Bigand,
de 
Proyecto Sagitario 
Taller de Astronomía Juan C. Galarza,
Comuna de Bigand.

El hombre y la mujer desarrollaron un modo de comprender y modificar la naturaleza para satisfacer sus necesidades. 
A este método lo llamamos Ciencia.


La ciencia es una herramienta, un lenguaje, un modo de interpretar y narrar el mundo.


La ciencia, como se ve en estas portadas, es algo divertido, apasionante, novedoso, infinito.


Vení a jugar y aprender ciencia, de seguro te servirá en el futuro.
Aprenderás a fabricar nubes, a pesar la atmósfera, a medir el tiempo, a fabricar motores, a medir la Luna en plena noche, a apretar un tornillo, clavar un clavo y cortar un cable.


Taller de ciencias de Bigand, en busca del pequeño Einstein y la pequeña Curie que duerme en cada niño y adolescente.

miércoles, 26 de junio de 2013

Soles del Migue

Soles del Migue
De paso por las tierras del Migue, durante el fin de semana largo, le tiré unas tomas a Febo con la Canon sobre el espejo de Tuboro, el Coronado solarmax de 40mm a f20.

Son todas tomas únicas a 100 iso editadas con PS CS2.



Las prominencias que arriba dan en filamento se veían espectaculares en visual, aquí apenas se sugieren con el doble contraste de sol y espacio, es decir, en absorción y emisión respectivos. Las manchas las apreciamos mejor sin el filtro ha, pero la granulación y los detalles brillantes se aprecian con él.
Pensar en el tamaño de esos accidentes y verificar el eterno cambio de los mismos es algo que apasiona y deleita al curioso de toda laya. Cuando viajamos a San Rafael, tierra del Migue y el Rodo, tratamos de llevar siempre a Tuboro -el Coronado- ya que Liz, la bella compañera de nuestro amigo, es una enamorada de su astro, además. Da gusto ver cómo pasa minutos enteros con sus ojos sobre el HD de 60º y 18mm de focal, que en el f10 del Solarmax nos arroja unos 22x.
El sol entra en lo que los teóricos llaman su último año de máximo solar, así que, dios mediante, le echaremos ojo tupido.
La noche de superluna se presentó nubladón y, como había prometido unas vistas a mis sobrinos María José y Matías, solo le dimos en visual, no obtuve la foto. Luna se mostraba esbelta y blanca como nunca; su ubicación sobre su órbita la situaba a escasos  357.000 kilómetros de casa, sobre el perigeo, una distancia que hoy cubre cualquier auto mediano sin reventar sus caballos, contra los 406.700 kilómetros en los que suele hallarse durante el apogeo, es decir, el punto más lejano a la Tierra. 
El hecho de que Luna muestre esa disparidad en su tamaño aparente o angular alertó a los sabios de antaño sobre la oblicuidad de su trayecto, sin embargo, sabido es lo que tardamos en aceptar dicha geometría para las órbitas sidéreas. Pensar en lo que atrasó la ciencia europea da grima, los indios obtuvieron respuestas correctas mil años antes que nuestro querido y simpático Johannes Kepler y su pobre madre bruja.


Cuando uno ingresa a la astronomía sueña con disponer de grandes equipos. Tuve la suerte hace unos años de conocer al mítico Roger Elena, mi socio (nuestra sociedad es perfecta y se basa en lo siguiente: él vende telescopios; yo los compro),


así las cosas, en cuatro años he observado por excelentes ópticas y,  como acá pueden ver, de viaje a Mendoza me llevé al lindo Galileo 70/400. Por supuesto, lo usé sobre un buen trípode ya que ninguna marca en Argentina parece dispuesta a proveer del equipo justo para observar sin más -mas allá de los Maksutov (Sky Watcher, por ejemplo, provee unos oculares que mama mía, es decir, regulares, pero en una focal 15 pasan desapercibidos; Galileo, por su parte, solo provee un equipo decente: este, el pequeño Dolar marcado, pues si bien no es gran cosa "al menos te salva". Por cierto, vi "El dolar marcado" hace 40 años, fue excepcional, gracias al cielo hoy existe Django, de Tarantino, quien rinde homenaje al cine Spaghetti. En dicho filme, el personaje salva su vida gracias a un dolar, el único que posee: los malos le disparan pero la bala se incrusta en la moneda que lleva en el bolsillo de la camisa. Genial).


La observación con el Galileo 70400, volviendo a lo nuestro -aunque a mí me gusta el cine tanto como la astronomía- es razonable, siempre que le sustituyas pié y oculares y buscador y espejo y le quites el diafragma; en suma, siempre que solo te fijes en el costo y en lo transportable del mismo.

Creo que el análisis de un equipo astronómico es infinito. Acabo de mencionar un hecho infranqueable: el costo de nuestros equipos. No hace una semana me llama uno de mis informantes destacados, suena mi celu y la consabida voz, desesperada, dice: Sergio, estoy parado frente a una vidriera en pleno centro, un Galileo está a 600 morlacos¡¡¡¡ 
El hombre de la calle no sé cómo reaccionará, pero uno de los nuestros quiere morir ipso facto al dar con tales numerillos. Seiscientos mangos por un Galileo es una locura, lo mires como lo mires. No entiendo qué espera nuestro empresariado para lanzar la fabricación y venta de equipos astronómicos. Nunca haremos algo inferior a un Galileo. 
Aún así, es un equipo que suelo recomendar cuando un papá me consulta sobre un equipo para su hijo pequeño. El 70 400 es ideal porque es barato comparado con los equipos medianos y siempre le servirá al obsequiado como tubo guía si acaso se prende y continúa este hermoso camino.


La Luna hizo su aparición por entre unas nubes densas como el alma del malbec que había despachado en el almuerzo. Su esfuerzo lumínico vence la condensación atmosférica y, para beneplácito de Hombres Lobos y afectos a la astronomía como lo es cada niño de este hermoso país. De hecho, estábamos en la vereda, e invitamos a observar a vecinos y paseantes desprevenidos.


Mi obstinación por el que las personas disfruten del cielo me lleva a improvisar pizarrones en cada vereda de tierra o portland. Aquí, con dos piedritas, mostraba el por qué del efecto mal llamado superluna, es decir, lo elipsoidal de su órbita.



María José es hija de Darío, el flaco canoso de la foto anterior que no soy yo. María José es abanderada en su colegio y tal honor le permite elegir el colegio secundario para continuar su formación. Tal política social, la creía superada: los alumnos deben optar por colegios según su desempeño en la primaria, algo incómodo para mi modo de ver pues supone condiciones y prerogativas. 
Esta niña mira la Luna y se apasiona por el cielo, hace años que la veo picada con nuestra ciencia o pasión. Charlando ha dicho que desea ser abogada. Ojalá en próximas visitas pueda modificar su vocación, es harto inteligente y sería una científica de valor.


lunes, 10 de junio de 2013

Escuela Itatí de Corrientes

Escuela Itatí de Corrientes
Hace un año conocí a Jorge Ambroggio. Siempre que puede organiza actividades de valor y participación en los barrios y colegios que conoce, los cuales son muchos. Desde esa tarde en que nos conocimos observando el sol frente al río Paraná participamos en la jornada de Parque sur –con más de cien observadores- y en la actividad de Parque Italia –con chicos del barrio- que reportara la creación de un taller permanente de Física y Astronomía. Pocas veces había rendido tanto una actividad de observación y recreo astronómico. Allí fuimos pagados en extremo.
La última actividad organizada por él fue una charla sobre la aplicación de la astronomía en el aula. Asistieron algo más de veinte docentes, observamos Luna y luego charlamos una hora larga sobre las estrategias y herramientas de esta área infinita y bella que seduce hasta al más pintado alumno punk. 
Esto fue hace un mes, en el colegio donde él trabajara toda su vida: Héroes de Malvinas, de Villa Gobernador Gálvez.
Conocí entonces a varias colegas y dos de ellas gestionaron tres actividades para sus colegios respectivos. Andrea me invitó a su escuela y pronto haremos una observación en el campo -un Campamento para Lunáticos- con un cuarto año secundario. Con Ángela organizamos charlas y la construcción de relojes solares para alumnos de 5º a 7º grado del colegio Iratí de Corrientes, barrio Cerámica de Rosario, Santa fe.

Iba a esa escuela a enseñar cómo los antiguos se orientaron por medio del sol, de la observación llana de las sombras que por él proyecta cualquier objeto. Iba a mostrar el oriente, los demás cardinales y el modo inequívoco de caminar al norte. Iba en mi excelente Scenic verde… y me perdí. Más de media hora giré y giré por las calles hasta que al fin di con la hermosa escuela. Arriba, el sol brillaba jubiloso, sin embargo. Digamos que, tanto mirarlo, me cegué.
Para ser sincero y disculpar la torpeza, el astro no estaba muy alto, entramos en junio y aquí es invierno; el polo sur del planeta tiende hacia fuera, hacia el infinito, los rayos de luz y calor nos pegan sesgado en estas latitudes. En el norte ingresan al verano. En su danza, la Tierra inclina su jofaina boreal hacia la estrella, ergo, esta le radia de lleno y allá es estío. Esto, la inclinación del eje de giro terrestre, es lo que los libros y los eruditos llaman la oblicuidad de la eclíptica, y tu te las arreglas Dios sabe como para entenderla, que me ha pasado, vamos.
Al respecto, hay dónde aún dicen que el verano y el invierno se suceden porque la órbita terrestre es una elipse… y, por tanto, ora tocamos el perihelio, ora el afelio, dando lugar a las estaciones.

Como estoy en el tema arranco por atrás y cuento cómo fue la charla con los 6º y 7º grados, pues allí pregunté de una, después de mostrar con el Stellarium los muchos puntos en el horizonte por el que sale el sol durante doce meses consecutivos:
¿Qué cosa ocurre en el universo para que -en invierno- el sol aparezca tan tarde y tan al norte, y quede luego tan bajo aún a mediodía, con las sombras largas, mientras que en el verano el astro amanece tan pronto, tan al sur, que tan alto trepe y las sombras cortas? ¿Qué cosa curiosa y física, que no mágica, propicia que tal desquicio ocurra?
Creo que todos aceptaron la explicación que ofrecí con el globo tuneado y la luz del proyector.
Si escribí aceptaron es porque sé que no todos entendieron. Hablar de la ubicación misma de la tierra en el cielo es un pequeño problema, no solo con los niños. A más de un adulto le he pedido una prueba de que la Tierra gira en torno al Sol con sentido este-oeste y aún espero su respuesta.

La clase con los grandes me había sido anunciada con cierto reparo; tal vez los docentes -por experiencia anterior- pensaron que podría haber distracciones. Pero la astronomía es el bálsamo de la educación. No hay joven o niño que no se apasione con sus preguntas y cuestiones. El cielo es… creo que intimo en la sangre todos sabemos de dónde venimos. Entonces, cuando pensamos en esa fuente, en ese lejano origen, sonreímos y le aceptamos pues nuestros átomos vibran con melancolía por aquella región madre, sita a eones y eones de casa. A veces miro las estrellas y quedo suspenso… ¿Cuál la hermana, cuál la amiga que dejamos hace cinco mil millones de años para llegar dónde hoy giramos?
Pensar que hace ese tiempo aún era átomos o mero plasma, y que en una escala similar volveré a serlo, es algo maravilloso, apenas creíble.
Anoche mismo, una mamá que perdió a su niñito me dijo: Guardo el poema que me diste con la imagen de la Luna pegado a una foto de mi Pablito, Es tan lindo ese poema, Seres Luminosos, polvo en el cielo… Después de la emoción, le dije: Esa Luna es el Sol, es gris porque tomé la foto sin color, pero es el Sol, Son soles los que nos han creado y los que volverán a unirnos dentro de esos tantos años.
En definitiva, la clase con los grandes duró una hora sin que ningún alumno interrumpiera o se mostrara aburrido.

El colegio Itatí de Corrientes está enclavado en el barrio cerámica, dije. Es un barrio hermoso, transitado, ubicado en el noroeste de la ciudad que me parió. Por supuesto, no es barrio rico, sin embargo. Casas económicas se alternan aquí y allá. De hecho, Ángela trabajó con Pocho Lepratti, el inmortal, el Ángel de la bicicleta, compañero de los pobres y los dejados de Dios y la Iglesia, trabajador de la educación en los noventa, fusilado por un agente del orden establecido.




Cuando llegué a la escuela, después de vagar perdido, las maestras me esperaban en la vereda, me indicaron dónde guardar el auto, me convidaron café y hubo facturas que decliné.
La escuela es bella. Solo de fuera se ve cerrado y eso impacta. Tiene rejillas en las ventanas pero eso sucede aquí en Casilda y en cualquier lado, si hasta las mansiones de los ricos las construyen como si a alguno le interesara la baratija que dentro quizá atesoran. Ese colegio atesora niños que están formándose, qué diablos.

Dejé el auto en la galería del colegio y vi el gimnasio alto lleno de niños, las galerías, el mástil en medio del patio, el jolgorio de un recreo. Vino a saludarme una maestra y la directora y ya nos fuimos al salón donde aguardaban los de 5º. Dos cursos juntamos allí y cada niña niño se mostró educado y curioso como pocos que haya viso antes.
Para desquitarme, pronto empecé con la cháchara, sin imágenes ni teles, tan solo el famoso inverso globo terráqueo -el globo tuneado-, una linterna y la panza. Expliqué cómo parece que el sol pasa por nuestro cielo y por qué estas noches casi no vemos a las Tres Marías, estrellas que casi todos parecen conocer.
Las profes sacaron fotos que aún no me enviaron todas –las espero- y la charla trocó en franco barullo cuando llegó la hora de poner manos a la obra. Cada alumno marcó su cartulina, la dobló, la escribió y llevó así a su casa un bonito reloj de sol que no atrasa ni adelanta, más que cuando -ahora sí- vamos hacia al afelio o el perihelio, ya que nuestra velocidad de viaje varía, conforme nuestra órbita se cierra o abre, tal cómo un patinador que gira sobre sí se acelera al juntar sus brazos sobre el cuerpo, o se frena al alejarlos; pero de esto nada dije aunque es tema apasionante.




Tocado el recreo nos fuimos a la sala de maestros, donde me zampé un feca negro como mi Lumbre pura, un Hokenn de glass alemán más luminoso que… no, mi nieto es mucho, mucho más luminoso. Con mi nieto, Wien jamás hubiera deducido su ley, ya que ese niño irradia en función de quién le observa, y en esto sigo a Heinsemberg, al decir que la medición modifica el hecho.
En la sala de maestros me dijo Ángela, 
Esta es una escuela de paso. A veces los maestros esperan un ofrecimiento más conveniente y se van. Somos pocas las que nos quedamos. Y no sabés cómo estos niños necesitan afecto constante, de docentes conocidos y queridos.
Una de las maestras que se quedan estaba sentada a mi derecha, la aburrí con una sugerencia de cómo experimentar con la eclíptica en su clase de gimnasia. Fue lo suficiente amable como para sonreír siempre y aún mostrarse interesada. Soy un plomo.
Ángela, pasé una buena tarde, allí, en tu linda escuela, ojalá haya dejado algo por allí.

La astronomía es un viaje maravilloso, sin duda, cualquiera sea el vértice del cual la mires.

sábado, 8 de junio de 2013

Mundos lejanos de la mano de artistas

Wordls Away
dirigida por Adamson
Cirque du Soleil
Tuve oportunidad de ver Worlds Away.
Cirque du Soleil es un canto al arte, he visto muchas de sus puestas televisivas. Sus artistas niegan la ley que orquesta el universo a escala de estrellas y asombra el color y el desarrollo general. Desde hace tiempo sus espectáculos contienen un hilo conductor, un guión, un tema específico que el director desenvuelve acto tras acto, destello a destello, acorde a acorde.
Worlds Away (Mundos Lejanos) tiene como eje narrativo a las constelaciones del cielo.


He leído algunas críticas de esos señores que nada saben de cine: los críticos. 
Créeme, Yerran en su decir. No pierdan tiempo en leerles y acompañen a los héroes en esta aventura por el cielo visible desde la Tierra. Una tras otra las puestas escénicas se basan en nuestras constelaciones, con parte de sus significados y leyendas.


Soy amante del cine, soy amante del cielo, soy amante de la belleza. Este filme me ha deleitado en muchos de sus pasajes y por eso lo recomiendo. De hecho, las ganadoras de Oscar son las que siempre me han parecido repetidas, baratas. 
No hay en Worlds Away más que una o dos puestas que aludan al mercado. 
El resto... es arte, es color, es belleza, es armonía, es nuestro cielo.


Espero que la veas, alquilala o comprala (voy a comprarla, de hecho), es un espectáculo de artistas y bien vale pagar por ello. 


Worlds Away, el cielo a los saltos.