Pájaros de la noche en San Francisco
Conocí a Paola Bilte en la escuela secundaria de La Chispa , a comienzos de 2013. Fui a esa hermosa localidad por actividades de Proyecto Sagitario, tres charlas y sendas observaciones solares; Paola estaba dando clases, me atendió correcta e hizo silencio, me dejó hacer lo mío. Me acuerdo que me costó al principio, no conseguía entusiasmarlos con palabras solas. Luego arrancamos mejor. Fuimos afuera a observar el sol y nos pusimos a medir el tiempo con una piedrita y la colaboración inestimable de una pared que allí juntaba años. Es notable cómo, algo que sucede a cada instante -la rotación terrestre-, sorprenda a todos por igual.
Paola es profesora de matemáticas, física y
cosmografía; además de su rol docente tradicional dicta cursos a profesores de
la provincia. Santa fe intenta desarrollarse con inteligencia y pluralidad.
Al respecto de los cambios políticos, recuerdo una
discusión que tuve con mi padre, allá por el 2007. Todos los políticos son iguales, me decía. A lo que yo, Papá, no; no todos. Binner será distinto,
Binner es honesto, inteligente, capaz; Binner no permitirá que se repita lo que conocimos.
Mi padre meneaba su cabeza y guardaba silencio.
Mi padre meneaba su cabeza y guardaba silencio.
Hoy puedo decir lo siguiente: Binner demostró su entereza y capacidad, al igual que Bonfatti, intachables ambos. La base de buenas gestiones se sustenta en los logros colectivos de todos los demás, los que peleamos por una administración mejor de los recursos; en especial, por el trabajo y la dedicación de profesionales como Paola.
Paola es educada hasta decir basta -no puedo conseguir
que me tutee- y cada actividad que organizó me sorprendió de la mejor manera.
Solo le preocupa que el alumno aprenda y disfrute el momento educativo para
provecho de su futuro. Organizó la actividad de la pasada semana en Venado
Tuerto, a la cual deben de haber asistido unas 80 personas como mínimo. Eso es
ser responsable y eficiente. Si la provincia invierte un peso para una charla o
una observación, ella lo multiplica por cuatro o diez. En cada conversación, no
hemos hablado de otra cosa que de cómo llegar a los demás, cómo enseñar
astronomía, como fijar en los participantes los conceptos y entusiasmos por la
ciencia.
Ayer estuve en otra actividad por ella solicitada y organizada: una charla general y dos observaciones en la localidad de San
Francisco.
San Francisco es un pueblo de la pampa sur santafecina.
Para llegar a sus calles transitamos cuatro leguas de tierra en un remís. A los
costados del camino pude ver la pobreza de los campos ricos. Tremendas
extensiones de tierra explotada solo por una o dos personas. Estevez Boero me
dijo una vez: el centro de Santa fe es
rico porque sus campos están divididos en pequeñas explotaciones agrícolas; el
sur está sembrado de pueblos pobres porque sus explotaciones son muy extensas,
muy poca gente lo tiene todo. Tal vez no hayan sido estas sus palabras, es el contenido que recuerdo. Él era muy educado. Estevez, el mejor socialista que haya conocido, no vio las resultas
del Menemismo y la destrucción sistemática de la economía y del sentir y pensar
de la sociedad argentina. La acumulación de la tierra se multiplicó y los
índices de distribución empeoraron, lo cual favoreció la desaparición de muchos
poblados y el crecimiento de las villas en las grandes ciudades.
Lo bueno de la muerte es que a veces te ahorra
tremendos malos tragos.
Pájaros junto a San Francisco
Pájaros junto a San Francisco
Llegué al colegio a las 18,30 y trabajamos sin
interrupción hasta las 22. En ese lapso, alumnos y vecinos asistieron a la
charla y las observaciones. Comenzamos con el sol, mediante el telescopio
Coronado solarmax. Helios mostró manchas oscuras y sus antítesis claras,
brillantes, naranjas; había decenas de prominencias y al menos tres o cuatro
filamentos y rasgos tales que casi no hubo quien no exclamara alborozado. La
verdad, observar por la óptica de nuestro Tuboro (telescopio solar) es uno de
los mayores lujos que puedas darte en la vida, excepción hecha de la salud, el
amor y la amistad, claro está. Tengo al menos tres amigos que poseen telescopio
solar: Leonardo Julio, Laurent Ferrero y Andrés Candal. Ellos saben lo que
digo. Llevo tan solo cuatro años observando el cielo. Nunca olvidaré la Sculptor , la Nebulosa de Orión, el
Cúmulo Alhajero; el Tucán, el Alfiletero, la DY crucis; la Hinds star, la doble colorida de Canis, el brillo
de Sirio; la vista diaria y cambiante, siempre apasionada, de la fotosfera
solar.
La fotosfera solar… A todos les
digo, si hay una película que casi logra transmitir lo que se siente al
observar el sol, esa es Shunshine (Alerta solar) del timador Dany Boile. ¡Qué
filme, amigas, amigos! Para
entusiasmar les hago síntesis: Un grupo de hombres y
mujeres va camino al Sol. Este se está apagando; ellos acuden a encenderle. En
el viaje las cosas se complican. La aventura es un homenaje a libros como la Odisea y El Corazón de las
Tinieblas (Homéridas- filme: 2001
A Space Odissey; Conrad- filme: Apocalipsis Now). Si no
la vieron, véanla; vean cómo subyuga el Sol, como su brillo es canto de sirena,
como su implacable presencia, aliena.
Los chicos de primaria de San Francisco observaron el Sol y quedaron turulecos, ya no se fueron más, allí estaban a cada paso que daba, los tenía que esquivar, los chocaba, los pisaba, me tropezaba con las sillas que arrimaban a los teles, ávidos de cielo. Las chicas y chicos de la secundaria estuvieron muy bien. Muy atentos, participaron todos en la charla, arriesgaron las respuestas que siempre exijo sólo a los que no saben las respuestas. Ya saben los que me leen lo que creo, se aprende al formularse preguntas, nunca al hallar las respuestas. Las respuestas son como un molde donde la mente cae, se estanca, muy cómodo a veces, ese molde, demasiado para mi gusto. Las preguntas, en cambio, son puertas que nos sacan afuera, lejos del ámbito tranquilo, a estirar las piernas, si me permite mi filósofo preferido.
Uno plantea un tema, cualquiera, da lo mismo, podemos hablar de soles o planetas, de gravedad o luz, de volcanes o atmósferas, de velocidades o temperaturas, cualquier cosa; se hace una pregunta, por ejemplo: ¿el frío y el calor, son naturalezas opuestas? Y los chicos deben pensar, deben inventar una respuesta. A mi juicio, en la invención, producto de una deducción mínima, radica la mayor expresión de la inteligencia. De hecho, los grandes, los que allá arriba están solos, los Einstein, los Piazzola, los Maradona, han sido hombres que no estudiaron formalmente. Ellos se hicieron lo que fueron en base a conocimientos previos, sí, pero no orgánicos, no del andamiaje de una escuela de pensamiento. ¿Puedes tu creer que un Maradona podría surgir de una escuelita de fútbol, uno de esas campos de concentración, alambrados, con fosas, donde dañan a los niños a los 15 años, o a los 20, como han dañado a Messi, quien ya no puede jugar 10 partidos sin una intervención? Maradona salió de un potrero y sólo de allí pudo haber salido. Maradona inventó su juego, su saber, sus respuestas ante una vida miserable y mágica por igual. Piazzola estudió por su cuenta, claro, y Einstein, quien tuvo que pedir ayuda a amigos matemáticos y geómetras para poder poner en símbolos aquello que vio por sí mismo dentro de su mente incomparable.
El frío y el calor, por supuesto, no son opuestos y explicamos el por qué con pelotas de voley
-A los estudiantes de la carrera de ATDL: ¿cómo se explica el frío y el calor con pelotas de voley? ¿Cómo se explica el cero absoluto? ¿Y la temperatura máxima que pueda alcanzar una materia cualesquiera?
Creo que los chicos se motivaron con ese tipo de respuestas inventadas de la nada, de hecho, mientras algunos remoloneaban aún con sus charlas virtuales, el resto participó de la actividad a pleno.
El espectro electromagnético lo explicamos con un piano, los campos magnéticos con campos magnéticos (¡¿?!) y la distancia a las estrellas con proporciones numéricas y superficies terrestres a partir de un grano de arena.
Moni me esperaba con un vermouth. Los Vermut tienen una historia en nuestras vidas de pareja. Mi padre tomaba puntual su vermut: una medida de Fernet, un chorro de soda, el resto de Cinzano hasta que la espuma tocara el borde del vaso; el papá de Mimoni tomaba puntual su vermut, solo que algo distinto: una medida de Fernet, dos de Cinzano, soda hasta que la espuma tocara el borde del baso. Ambos bebedores nos faltan hoy pero nos dejaron su cariño y su legado, las manías que amaremos por siempre y su rico vermú. ¡Salud!
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