Bernardo Monteagudo recibe a Proyecto Sagitario

Escuela Bernardo Monteagudo, 
plan de difusión Proyecto Sagitario,
juntos en Chábas.

La escuela Bernardo Monteagudo (algunos se empeñan en escribir y decir "de" Monteagudo; estos no han leído nada acerca del patriota: 
Bernardo Monteagudo, abogado, periodista, funcionario, amante fogoso, secretario de San Martín y de Bolivar, hijo de un cura español y de una mujer de ascendencia africana, pieza meridiana en la lucha contra el maturrango y su expulsión definitiva de las américas, asesinado en forma vil por mercenarios peruanos, tildado de asesino por muchos historiadores, dueño de una honestidad impoluta, escribió y puso en vigencia un edicto mediante el cual se prohibía en américa el uso del "de", propio de la canalla terrateniente. 
Ocurre que la escuela argentina aún no blanquea las cosas, aún tenemos escuelas con los apellidos Rivadavia -entregador de la patria-, Roca -genocida-, y muchos otros impresentables y este triste "de", impuesto como burla a quién nada nunca tuvo. 

Es fama que la única propiedad de Bernardo Monteagudo fueron unos arcones repletos de libros, en los cuatro o cinco idiomas que solía leer de corrido: inglés, francés, latín y portugués. 

Monteagudo fue además, como Poe, un eximio descifrador de códigos, algoritmos secretos mediante los cuales se comunicaban -y se comunican- órdenes secretas entre los ejércitos. En fin, hasta dónde leí -unas cuatro versiones de su vida-, fue hombre de una lucidez sin par). 

Decía arriba que, este colegio, Bernardo Monteagudo, fue elegido por mi hija Natalia, a los cinco años de su edad, como el sitio donde se formaría. Por supuesto, no iba a ser yo quien le impusiera una institución. 

Cuando ella cumplió los cinco la llevé escuela por escuela para que decidiera dónde quería formarse; después de ver la oferta chabasense, eligió este colegio; entonces, le pregunté:
 ¿por qué, hija, elegiste este colegio? 
ella dijo, 
Por los árboles, papá, es el único colegio que tiene muchos árboles...

Hoy tuve la suerte de asistir al mismo, 25 años después de aquella acertada elección, a dictar una charla taller sobre las atmósferas de los astros, en esppecial  sobre la atmósfera que compartimos, la del planeta Tierra.

 Mostrar las condiciones de nuestra atmósfera es muy sencillo, sobre todo su peso y la presión que ejerce a nivel del suelo.

El por qué un planeta posee litosfera, hidrosfera y atmósfera -y en ese orden- es también un juego de niños.

Como el movimiento se demuestra andando... y como no solo en los planetas hay atmósferas, y como a nuestra atmósfera ya la teníamos re junada, nos fuimos afuera a ver la atmósfera solar o estelar, para hablar con propiedad.

En fin, los que me conocen ya lo saben: mi vida es perfecta, soy feliz, soy astrónomo, padre y abuelo. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?