Curso de Astronomía, Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos.

El Sol también brilló en el curso de Astronomía
organizado por Julio Baliño, 
Parque Nacional El Palmar
Junto a Diego Hernández y Sergio Galarza
Gracias a las -y los- participantes llegados desde diversas  ciudades argentinas.

Asistí por 3º vez al Parque nacional El Palmar, Entre Ríos, esta vez para dictar un curso de astronomía. Me tocó tallar al sol, enhorabuena, amo la astronomía diurna casi tanto como a mis soles noctálopes. 

La noche fue territorio de un grande, Diego Hernández, él se encargó de guiar a las gentes hacia los sueños que pueblan la bóveda, él mostró las constelaciones, las nubes, los astros... a mí me tocó EL astro, el Sol.

Llegué a El Palmar  la hora de las ánimas, a las 12 clavadas, después de 400 km a 90 km/h en la Scenic, con el Timbero y Tuboro encima, con los Larguiruchos, también, por desgracia sin Mimoni, quién asimismo tenía curso, pero el sábado, en Rosario.

Para los que me leen por 1º vez, Tuboro es el telescopio de oro el increíble Solarmax de 40mm de cacerola (qfp); Timbero es el telescopio apocromático, un Meade ED6000 de 80mm de boca y 480mm de distancia focal, un fierro como pocos, un tubo como para surcar el maldito cielo en una sola noche, como Silver Surfer, solo que no arriba sino detrás de él. 
Los Larguiruchos son los binoculares 9 x 63mm. Un par de mini teles unidos por un flexible... En verdad, allí donde vaya solo llevo lo mejor que tengo, para que lo aprovechen todos. A ser así me enseñó la pobreza. Los pobres siempre lo dan todo, como dice León. 

Este es el astro del que hablé, el tipo del cielo por el cual me llamaron, por eso me levanté tempranito, el sábado, para darle la bienvenida, para invitarlo a mi escuela, sita allí donde piso. El muy pituco se miró en el espejo del río un buen rato, dejándome ver dos caras de sí, la una erguida, la otra inversa, bellas las dos, en la bruma.

 Mi curso debía comenzar a las 10 horas, pero... soy un ATDL o al menos eso reza en la página y creo que así firmo también mis meils. Un ATDL no sabe de horarios, un ATDL asalta a todos con su cháchara de luces y sombras, con sus cuentos del cielo, así que apenas ví unas chicas desprevenidas, les caí con el teles, ¡a mirar el sol!

Pero el deber siempre es más fuerte, a las 10 comenzamos la charla. Je, je. Habrán pensado, una charlita...

La charla sobre relojes de sol puede durar media hora, o una hora, depende de la gente, de su interés y atención. La charla sobre el sol de El Palmar duró tres horas y media sin que casi nadie se aburra.

 Hablamos sobre las horas, su creación, su razón, las estaciones, la eclíptica, los relojes de sol, la energía nuclear, las manchas solares, el periodo de rotación solar, los observadores pretéritos, las prominencias, las fáculas, las ondas electromagnéticas, la dispersión interestelar, las tres dimensiones, la lingüística de Seassure y sobre dos millones de cosas más...

Ah, ¡y de Santo Tomás de Aquino! Uff...

 Diego Hernández, a su cargo tuvo la actividad nocturna, estrellas, planetas, constelaciones, el cielo a simple vista, observación mediante binoculares y telescopios.

 Estos cuatro jóvenes vinieron desde La Plata y Mar del Plata. Fueron muy cálidos conmigo, gracias¡¡¡¡

 Estos instrumentos en realidad sobran para explicar la astronomía. Nuestra ciencia se basta con un palito y un poco de arena, a lo sumo unas piedritas.
Si un docente no puede hacer ciencia con ellas, pues, ¡que participe de nuestro curso Meridiana! 

 Julio, de pantalón verde y remera azul, con gafas. Gracias por confiar en mí. Tu curso fue un éxito absoluto, lo palpé en las palabras afectuosas y admirativas de los participantes, todos satisfechos. ¡Te felicito!

Santi, siempre amable e inteligente, siempre alegre y participativo.