La paralaje
Un niño que
corre.
El jueves asistí a dos escuelas muy queridas: Octavia
Ricardone de Bigand y Manuel Estrada del pueblo homónimo. En esa primaria fue
maestra mi abuela, María Eugenia, mientras que en la secundaria enseñó su esposo Alfredo.
Cualquier persona merece una novela, creo. En especial las aventuras que vivió el abuelo. Por suerte las escribió en cuentos y relatos, y de ellos guardo copias. Cualquier día de estos se los muestro.
Al respecto de sus años de maestra, solía contar la abuela que en los recreos veía a un niño muy inquieto correr de aquí para allá sobre el patio de tierra, bajo los incipientes plátanos. Ese niño, quince años después, sería mi padre. Ignoro si ya le gustaban las estrellas, sé que por su legado cada tanto caigo a esta escuela con el bagaje de mitos, elipses y tímidas luces que llamamos Astronomía.
Cualquier persona merece una novela, creo. En especial las aventuras que vivió el abuelo. Por suerte las escribió en cuentos y relatos, y de ellos guardo copias. Cualquier día de estos se los muestro.
Al respecto de sus años de maestra, solía contar la abuela que en los recreos veía a un niño muy inquieto correr de aquí para allá sobre el patio de tierra, bajo los incipientes plátanos. Ese niño, quince años después, sería mi padre. Ignoro si ya le gustaban las estrellas, sé que por su legado cada tanto caigo a esta escuela con el bagaje de mitos, elipses y tímidas luces que llamamos Astronomía.
Misión
imposible.
La actividad de la mañana consistió en dos charlas con
los alumnos/as del grado sexto. Antes de entrar al ruedo las docentes me
advirtieron ¿Cuánto durará la tarea? Mirá que estos
chicos…
No sabían ellas qué tanto seduce el cosmos: casi no
hay niño o adulto que no caiga rendido ante la simple membranza de un sol, una
estrella fugaz, un planeta anillado o las paradojas posibles entre lo que se ve
y lo que en verdad existe.
Los alumnos se divirtieron fuera de tema dos segundos
con cuarenta décimas y luego ya estaban hundidos en las imágenes e imaginaciones
propuestas. Aprendieron a criptar mensajes, por ejemplo, maniobra
distractiva ante un recreo próximo, y a partir de haber nombrado letras griegas
junto a las estrellas cima de cada constelación.
Después del receso, mediante ejemplos sobre cohetes y
sondas enviadas al Sol, discutimos gravedad, órbitas, temperaturas, estados de
la materia, atmósferas planetarias y estelares. Fíjense que los niños pidieron
repetir la jornada para abordar otros temas y cerrar con el complemento
observacional mediante los equipos del Taller de Astronomía Juan C Galarza, dependiente de la
Secretaría de Cultura y Educación de la Comuna de Bigand.
Paguer
fugitivo
Por la tarde debía exponer en el colegio
secundario. Me tocaba ahora hablar sobre ondas ante unos 50 chicos y chicas de 15 y 16
años.
Llegué bien temprano, con un supuesto paguer sobre ondas en general y espectro electro-magnético (eem) en particular, que por ahí debiera de ser mi fuerte. Llevaba además al hombro el proyector, la pc, los cables. Preparé todo en la sala de actos, inmensa, blanca, de piso embaldosado.
Llegué bien temprano, con un supuesto paguer sobre ondas en general y espectro electro-magnético (eem) en particular, que por ahí debiera de ser mi fuerte. Llevaba además al hombro el proyector, la pc, los cables. Preparé todo en la sala de actos, inmensa, blanca, de piso embaldosado.
Llegaron al fin ambos grupos de jóvenes, cada quien
portando su silla y fueron a dar con ellas al último rincón de la
estancia. Creo que mediaba entre sus ojos y la pantalla una buena Unidad
Astronómica (UA= Distancia promedio Tierra-Sol = 150 x 106 km ). Les pedí
que se acercaran, que si tan lejos se quedaban iba a tener que desgañitar mi
voz, así que en un santiamén estaban todos en abanico a solo dos o tres metros (entiendo
que si estás sobre los quince y te cae un tipo de afuera, que no habla tu
idioma ni viste tu ropa ni comparte tus expectativas, la cosa no es simple).
TyCs
Todo fue de maravillas porque si bien el maldito
paguer había desaparecido de la memoria de mi pc, al menos el proyector tampoco
tomaba info del equipo. Así, me fue imposible proyectar algo. Ni una miserable
imagen de una vaga e improbable onda electromagnética corriendo autoinducida,
que tan lindas quedan en esas animaciones digitales. Nada. Nada de tecnología
en esa tarde preciosa.
Pedí rápida ayuda a los mismos chicos y dos muy
solícitos se abocaron a las teclas y los códices de esa ciencia indescifrable sito allende un Enter o un F3 (justo hoy que
había enseñado a cifrar). Justamente, FN + F3 no funcionaba y por ello la
pantalla no era proyectada. Ya saben los
amigos y amigas que me leen que mi pc viene pidiendo pista, la pantalla se
difumina sin el “adminículo rojo” y ahora decía out la tecla Fn.
No seré
millonario pero…
Perdidos minutos valiosos dejé a los
muchachos en su salsa cibernética y pedí un pizarrón tradicional para trabajar
de buena vez sobre las ondas prometidas.
Si tuviera que quedarme un día sin tema por no tener a
mi lado una pc o un proyector o un cielo estrellado, entonces me dedicaría a crear
una fundación, a hacerme millonario o a colocar alarmas, cosas que
puede cualquiera.
Vamos, que no hace falta saber nada del otro mundo para alcanzar tan simples objetivos: cuántas y cuáles personas adular, cuántos y cuáles timos cometer, cuántos y cuáles cables conectar. Y listo. Fundación, Millonario o Instalador. Lo mismo da.
Vamos, que no hace falta saber nada del otro mundo para alcanzar tan simples objetivos: cuántas y cuáles personas adular, cuántos y cuáles timos cometer, cuántos y cuáles cables conectar. Y listo. Fundación, Millonario o Instalador. Lo mismo da.
Para hablar del cielo, en cambio, para hablar de la evolución cósmica o del Eón hadeíco, así como para fabular sobre la aparición de la vida, conocer los porqués de un sol gordo y rojo en el horizonte o explicar por qué un átomo de hidrógeno emite u absorbe así y asá; para todo esto, digo, solo hay tres caminos: ser estudiado, ser leído, ser un ATDL. Toda vez que hayas adoptado uno de estos senderos tendrás al menos una certeza más que las que tuvo Sócrates: 1º: jamás serás millonario. 2º: siempre podrás dar la charla que quieras dar.
Desde el
jardín
Moni es mi confidente. A ella le cuento sueños y
planes. Ella me reprende y jala la cincha cuando deliro demasiado. Por ejemplo:
no quiere hacerme la capa negra con estrellas de brillitos que le pido hace
años. Es que si algo me seduce es la escena.
Pero no se confundan, no es que sueñe con un tablado para mí; es que amo el cine, la puesta en escena de las artes de Lumiere. De hecho, hace tiempo sostengo que una persona podría aprender todo de la vida con un cinematógrafo. Claro, ya lo postuló Kosinsky en su maravillosa nouvellle. Pero esa obra de arte era una fábula. Yo lo digo de verdad. Un ejemplo: participé de la feria de ciencias 2013; en un recreo, la directora de un colegio verdadero, -como dijeran sus alumnos, inquiridos ante un edificio público, marcando el error atroz en que había caído, pues ellos asistían a Un Colegio Privado- quedó prendada, decía, la dire, de una idea sobre cómo enseñar eclíptica, declinación solar y analema en base a la película Náufrago. Así, sostengo que cualquier tema puede ser ejemplificado desde el cine, con la ventaja de que, al dar la clase, se matiza con fragmentos de filmes notables –bueno, no he descubierto nada, ya José Pablo Feinmann me ha hablado una ponchada de años de filosofía a través de sus directores preferidos, Woody Allen y Stanley Kubric, mal que le pese a cierto buen amigo de EP.
Pero no se confundan, no es que sueñe con un tablado para mí; es que amo el cine, la puesta en escena de las artes de Lumiere. De hecho, hace tiempo sostengo que una persona podría aprender todo de la vida con un cinematógrafo. Claro, ya lo postuló Kosinsky en su maravillosa nouvellle. Pero esa obra de arte era una fábula. Yo lo digo de verdad. Un ejemplo: participé de la feria de ciencias 2013; en un recreo, la directora de un colegio verdadero, -como dijeran sus alumnos, inquiridos ante un edificio público, marcando el error atroz en que había caído, pues ellos asistían a Un Colegio Privado- quedó prendada, decía, la dire, de una idea sobre cómo enseñar eclíptica, declinación solar y analema en base a la película Náufrago. Así, sostengo que cualquier tema puede ser ejemplificado desde el cine, con la ventaja de que, al dar la clase, se matiza con fragmentos de filmes notables –bueno, no he descubierto nada, ya José Pablo Feinmann me ha hablado una ponchada de años de filosofía a través de sus directores preferidos, Woody Allen y Stanley Kubric, mal que le pese a cierto buen amigo de EP.
TyCs vs.
¡Pum!
En definitiva, para arrancar la charla sin otra
herramienta que el mundo, y para hacerlo de un modo que atrajera la atención de
los 50 pibes, alcé y solté el pizarrón contra las baldosas del piso. Previo al
exabrupto, todos habían puesto sus palmas sobre las baldosas, de resultas qué,
aquello que origina las ondas y el modo y el sentido en que disipan o
transportan ellas la energía, a nadie se le escapó.
Las ondas son el medio por el cual el universo
transmite eventos energéticos. Mediante las Ondas se manifiesta y hace presente
el Universo allí donde no Es como
materia tradicional. El Universo es un pleno, un continuo. Muestra lagunas o
alternancias de su ser solo el en modo
en que lo percibimos: materia o energía*.
*Sabido es
que para la física cuántica la materia también es una onda.
La paralaje.
Una hora después sonó el timbre del recreo, nos
tomaríamos unos cafés y me podría ir a tirar un rato -ya que a las 19 tenía que
dictar otro curso, el semanal de los jueves. Pero, ay de mí y ay de ellos, los
chicos y chicas quisieron más y las docentes estuvieron de acuerdo. Pensé que ellos
trataban de salvar una prueba o algo así, más no. Me preguntó uno, antes de
irse al recreo:
¿Cómo se mide la distancia a las estrellas?
Andá, que a la vuelta lo vemos entre todos, le dije (tan
solo el modo de la paralaje).
Así que me tomé nomás un mate y charlé con la directora
y con la mamá de un alumno de 1º grado del taller semanal, y pude quizá concertar
alguna que otra actividad futura, y en eso estaba cuando cayeron los pibes de
nuevo, vueltos del recreo a por sus mensuras estelares.
Como eran las 4 de la tarde más que una estrella no
había, y medio oculta, de modo que tomamos por tales a cuatro lindas sillas de
sendos chicos que fueron a dar sus asentaderas sobre los otros compañeros y
compañeras. Tres sillas coloqué detrás, en lo más lejano de la sala y una sola
dejé delante, claro. Luego, invité al alumno curioso y le hice ver el modo en
qué, si se desplazaba paralelo a las tres sillas lejanas, la delantera parecía
mudar su sitio hacia atrás, aunque muy quietecita estaba. Tal como el sol hace
cada bendita mañana en que vemos su flema soplar por el horizonte, los divinos
dedos de Diana, para los griegos.
Toda vez que el grupo aceptó esta obviedad, ante cada
movimiento o paso dado, vimos que los desplazamientos cambiaban la perspectiva
visual, de modo que se generaban diversos triángulos en el cielo. Triángulos
que, por comparación o función lisa y llana podían derivar una bonita e
inesperada cifra (acaso no cabal, pero sí veraz): la distancia a la que se
hallaba la cuarta silla, la sola, la que dejamos situada cerca en proyección de
las tres restantes.
277 millones
de kilómetros de trigonometría.
Participaron muchos con preguntas, respuestas y
razonamientos varios, muy ricos siempre. Hasta el consabido: “Las
estrellas caen sobre la Tierra ”
fue dicho, aporte adulto, para que tomen ustedes nota del grado de
conocimiento general sobre nuestro querido cielo. Entre toda esa participación,
sin embargo, siempre destaca uno. Gianfranco Testoni puso en palabras lo que
muchos pensarían: No entiendo, dijo y le agradecí.
No entiendo. Esa y no otra es la llave del
conocimiento. Si cada niño o joven lo dijera cada vez que le sucediera que una
explicación no llega a él tal vez los docentes seríamos más valorados, más
útiles para ellos.
Gianfranco no entendía porque no habían visto aún las
razones trigonométricas. Razones que aprendí casi a la fuerza en mi escuela
secundaria, aunque tuve una buena docente. Ocurre que la escuela tradicional
casi nunca vincula un concepto con un hecho real. Nos enseñan el uno o el punto
y no nos dicen que tales conceptos no existen en la realidad. Son como el
Monstruo de la noche, o el espectro mismo. Solo abstracciones inventadas hace
tanto que apenas si lo recuerdo. El escritor de ficciones Cantor y el
matemático Borges jugaron con esos temas de un modo prodigioso. Contar, decir
uno, es relacionar, crear una función. Solo eso. ¿Cómo van a entender los
alumnos la trigonometría? Pá pior, hasta nombre difícil tiene: trigonometría:
tri-gono-metría : la medida de tres ángulos.
Borré el pizarrón y, tan claro como el señor Paenza
explica, dibujé un esquema para efectuar una medida. Veamos, pueden hacerlo
todos ahora (dice siempre él) me divertí con esto.
Dibujé primero unas cuantas estrellas fijas
contra el lado izquierdo de la pizarra;
Dibujé en el medio una estrella sola que llamaremos Próxima.
Dibujé por último –y hacia la derecha- al Sol y a la Tierra sobre
su órbita de 6 meses; es decir, tracé una semicircunferencia.
Mostré luego cómo la visual humana combinada al
movimiento de traslación genera una recta T1
que parte del telescopio usado, corre a tocar Próxima P y por detrás muestra a la estrellita lejana A1. Es decir, cuando Tierra está en T1, la
recta pasa por P y toca A1. Luego, cuando tres meses después hemos
avanzado sobre la órbita o semicircunferencia hasta T2 la recta
visual que parte de nuestro telescopio será: T2, P, A2.
Es decir, desde T2, P parece haberse movido desde la estrella A1
a la estrella vecina A2.
Hay que hacer un alto ante los alumnos y destacar que
esta visual genera un ángulo con respecto a la anterior, un ángulo que puede
ser medido en base a lo que se desplazó el astro P sobre el fondo de estrellas fijas. En el ejemplo gráfico,
dicho ángulo fue exagerado hasta los 35º. Hay que mencionar también el hecho de
que los lados de los triángulos, que de pronto quedaron trazados sobre la
pizarra, en ningún momento fueron predeterminados, el dibujo se hizo
así nomás, son distancias cualesquiera.
Ahora, hay que dejar en claro que los dos triángulos dibujados
en el pizarrón están formados por la visual desde T1 a A1,
la visual desde T2 a A2 y las distancias recorridas por T
y por A, respectivamente*.
*el cateto DT,
desde T1 hasta T2 (esta no es una recta pero puede
tomarse como tal, dada la desproporción existente entre el radio de la órbita
terrestre y la distancia a las estrellas) y el cateto DA, desde A1
hasta A2.
Solo faltaba –y lo hicimos juntos- realizar los
cálculos ejemplo de las funciones trigonométricas a ambos lados del vértice común: dividir entre sí esos lados y comprobar que ¡magia en la pizarra! ambos
resultados es el mismo.
Para un triángulo rectángulo, La longitud
de los lados (catetos e hipotenusa) es
función de sus mismos ángulos internos. Con
lo cual, si se dispone de dos valores cualesquiera de un triángulo dado, puede
averiguarse siempre el dato restante.
En el ejemplo dado de las estrellas los datos
asequibles son: el ángulo ά de la
paralaje A1 A2 (logrado a partir del telescopio inclinado
con que se observa la estrella P) y la medida del radio de la órbita terrestre
(logrado en el 300 AC
por Aristarco de Samos –y corregido luego).
Con estos valores hicimos la cuenta con ayuda de los
celulares de los chicos. Incluimos el ángulo de 35º (real, del dibujo) y los
150.000.000 de kilómetros que separan a la tierra del sol y vimos con estupor
que el astro P del ejemplo, si es que en efecto era una estrella, estaba parado
a solo ¡277.000.000 de kilómetros de nosotros!
En fin, esto no fue todo amigos, pero ya estarán
hartos de este escrito.
Cierro con la noticia de que estos alumnos también
pidieron un bis, de modo que en quince días tal vez vuelva para hablar del tio
Planck o algo por el estilo.
A las 20hs asistieron al
taller de astronomía cinco alumnos y alumnas nuevas; niñas y niños que,
motivados por la charla de la mañana, pidieron incorporarse a nuestros sueños y
divagues más locos. Solo me faltó la capa de estrellas.
Salvo que esa capa ya la tenga, sea la que nos cubre a
todos cada noche.
Sergio
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