En Venado Tuerto tuve una de las actividades más fructíferas de mi vida como aficionado a la astronomía.
Gracias a dos Gracielas (toda la suerte del mundo para la primera de ellas, que pasa días de angustia, ojalá su cuerpo y su alma sean fuertes ahora como nunca; la segunda hizo lo suyo sin duda: organizó el evento para 3 colegios, no dejó nada al azar, su mano fue precisa e invaluable, gracias), gracias a ambas, decía, charlamos con alumnos de dos colegios sobre el Sol, su aspecto, su naturaleza; los razonamientos que nos han permitido saberlo; los relojes de sol, la gravedad, los antiguos astrónomos, las grandes doctoras en astronomía Argentinas... y luego observamos el astro por medio de tres telescopios provistos con los filtros acordes: dos Baader y un Ha. Esto de 10 a 12 horas.
Por la tarde, a las 1430 horas, compartimos con un segundo año, una actividad sobre geometría y astronomía, en especial triángulos, su esencia y magia intrínseca (trigonometría, bah).
Así Medimos la distancia a los cielos, contamos historias de zigurats, hablamos de escritores amantes de compadritos, leímos un cuento, inventamos otros.
Hint, Borges, Eratóstenes, Aristarco, Pitágoras... no dejamos a ninguno afuera. Por supuesto, repetimos las observaciones solares.
Pero a las 1830 horas nos encontramos con varios cursos del profesorado. Charlamos sobre la docencia y de la astronomía como recurso disparador y guía en el aula. Hicimos incapié en el señor Galileo y su revolucionario hacer, sobre las esferas y las estrellas mediceas, sobre coordenadas, cardinales, meridianos, sistemas solares, y varios temas más, que a la hora de hablar no hay corte. Cerramos esta actividad con una observación sobre Júpiter, Crux, Omega centauri, Sirio, Rigel kent, etc. etc.
Espectacular la jornada
ResponderEliminarQué bueno pa!
ResponderEliminarGracias por comentar... bien. jajaja. La pasé de rey. Gracias.
ResponderEliminar