Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

miércoles, 29 de abril de 2015

Cuento con la Ciencia - Programa de divulgación de las ciencias de Proyecto Sagitario

Proyecto Sagitario presenta: 
Cuento con la Ciencia

Cuento con la Ciencia es el Nuevo programa de Proyecto Sagitario para difundir ciencia, de modo amable, alegre, distinto y por sobre todo divertido. 
Un cuento, un autor, un tema cercano -o lejano- como escusa para hablar de ciencia.

Solicitá Cuento con la Ciencia, vamos  tu comuna o ciudad o escuela. Nadie nunca más se quedará aburrido, olvidado, sin saber sobre el tema, porque... nadie goza más que cuando le cuentan un cuento.

Primera entrega:

Los Volcanes, 
por Pablo Bernasconi

Es sabido que nuestro planeta, en comparación con otros hermanos del sistema solar, es muy joven. En edad humana representaría un chico de unos trece años.

A la Tierra le dan mucha vergüenza sus numerosos volcanes, que entran en erupción sin avisarle y en los peores momentos, como cuando compite con Marte a ver quién da la vuelta más rápido al sol, o cuando la Luna se acerca en clave de amor. Justo en esos momentos, ¡pum!, se le ocurre a un volcán insolente entrar en erupción y revienta todo, y enchastra de lava y magma la superficie inmaculada de una linda playa o de un bosque verdísimo.

Claro, comparada con otros planetas, la Tierra se ve espléndida, es un copo de nieve en medio del pantano. Fíjense, si no, en lo que pasa a Urano, con una piel sembrada de volcanes enojados: ya ni los cometas el pasan cerca por miedo a que los salpique.

Pero nuestra Tierra es coqueta y gira continuamente sobre sí misma buscándose imperfecciones. Lo peor que puede hacer, y lo hace, es intentar tapar un volcán cuando ya entró en erupción. En poco tiempo surge otro y otro y, cuando quiere acordarse, toda una región se llena de volcanes en plena actividad.

Podemos todavía encontrar muchos de los lugares donde antes hubo volcanes por la cicatriz que han dejado sobre la corteza, una marca de vergüenza que la Tierra insiste en maquillar con grandes extensiones de pastos o nieve o inmensos océanos. Pero es un planeta muy joven, inmaduro. No entiende aún que, por más que reniegue y refunfuñe, sus volcanes son el reflejo de un momento inevitable en su cotísima vida, que la preparan para, algún día de estos, convertirse en un señor planeta.

Sobre el autor:

Pablo nació en Buenos Aires en 1973. Artista del dibujo y la oración, ha publicado en muchos idiomas, es muy inteligente, y muy amable, su prosa remeda de muy lejos Las Ciudades Invisibles, del inmortal Calvino. Te recomiendo que corras a comprar todo lo que Pablo edite porque es un genio.
Chau.


Taller de Astrometría y Fotometría - Carlos Colazo

Taller de Astrometría y Fotometría
Dictado por Carlos Colazo
En Bigand


Los días Viernes 29 y sábado 30 de mayo, en Bigand, Santa fe, Carlos Colazo y Raúl Meliá, coordinarán un Taller sobre Astrometría y Fotometría para aficionados a la astronomía. 

El Taller de Astronomía Comunal  Juan C Galarza, de Bigand, dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación, junto a Proyecto Sagitario, invitan a participar de esta actividad estupenda, donde los aficionados podremos perfeccionarnos en las técnicas astronómicas mencionadas, guiados por el querido Carlos Colazo, reconocido colaborador del OAC, parte descubridor de los anillos del asteroide Chariklo

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2999-2014-04-05.html

Carlos Colazo distingue entre pares por su afabilidad y solidez conceptual. Estudia nuestro cielo desde hace años y hoy colabora en Bosque Alegre en la medición y detección de cuerpos menores del sistema solar.

http://oac.unc.edu.ar/2015/04/22/la-ultima-publicacion-de-nature-ya-esta-en-la-biblioteca-del-oac/

Cómo llegar a Bigand desde Rosario o Pergamino:

https://www.google.com.ar/maps/@-33.1651165,-60.98047,10z




La Comuna de Bigand y el Talller de astronomía Juan C Galarza te invitan a participar de este interesante curso.

Tendrás a tu disposición dos notebook + cámara CCD y 3 telescopios ecuatoriales: un LX90 de 8"; un LX200 de 12"; un Newton de 8". Puedes traer tu propio teles y tu cámara CCD.

http://www.meade.com/product_pages/imagers/dsi_2/dsi_2.php

http://www.meade.com/products/telescopes/lx200/lx200-acf-12-f-10-with-giant-field-tripod.html


El curso es gratuito para los participantes, solo se abonará la comida y el alojamiento en caso de necesitarlo.

Es imprescindible anotarse para prever detalles en la organización.

Cronograma:

Jueves 28, diversos horarios: Charlas introductorias a la astrometría y fotometría en diversas escuelas locales.

Viernes 29, 20,00 hs: Charla de Carlos Colazo, Detección de los Anillos de Chariklo. Todo público.

Sábado 30:
8,30 hs: Inicio del Taller de Astrometría y Fotometría, Bigand , 2015.
12,30hs: Almuerzo.
14,30hs: Taller, continúa.
20,00hs: Práctica mediante telescopio y cámara CCD.
22,00hs: Cena.
23,00hs: Prácticas y observaciones.

Domingo 31: Desayuno, charla y conclusiones.

Para los que quieran ir leyendo algo, les dejo la introducción que existe en el sitio GAF Grupo de Astrometría y Astrofotografía:
https://www.gafoac.com/sites/default/files/cursos/Taller%20de%20Fotometria%20diferencial%20Unidad%201%2020150325.pdf

A los participantes de diversas localidades alejadas de nuestro pueblo se aconseja reservar alojamiento en Hotel o solicitar condiciones de alojamiento gratuito.

Anotados:

Henry Hipo
Estudiante de astronomía. La Plata.

Jorge Gayol
Profe.
Capital Federal, Buenos Aires.

César Fornari, 
Observatorio Galileo Galilei. 
Oro Verde, Entre Ríos.

Brenda Serena Trucco
Aficionada.
Taller de Astronomía JCGalarza
Bigand

Sergio Galarza
Aficionado
Taller de Astronomía Bigand

Adrián Arqueola
Observatorio Funes.
http://observatoriodefunes.blogspot.com.ar/

Aldo Mottino
Observatorio Astrofotográfico
Rosario

Alejandro Olas
https://www.facebook.com/ObservatorioWillkawara?fref=ts
Cursa ATDL, Tucumán.


Lorena Rubén y Taller Alfa Centauro
Sunchales, Santa fe.

Fernando Foguel
Observatorio Rosario y Observatorio Capilla del Monte.

Contactos:
Sergio Galarza: 03464 15449820
sergiogalarza62@gmail.com
Comuna de Bigand

Nuevo Siglo Hotel – Ruta Nac.178 y Pcial.14 – Te. 03464-461546/15688906

martes, 28 de abril de 2015

Usted es sabido… Parte 3

Usted es sabido…

II Congreso Educación y Astronomía, Chivilcoy, 2015.

3° Parte: Ustéd es sabido…

El sábado 24 fue el día de cierre del II Congreso en Educación y Astronomía, Chivilcoy 2015. Charlas y talleres se repitieron en sitios extremos de la ciudad. Rafael Girola con sus compañeros y amiga de EnDiAs, los compañeros de La Plata, las chicas de Choiols y la gente del OAC trabajaron en el Centro Universitario Chivilcoy; Gemini estuvo representado por Viviana Bianchi y otros grupos aún sumaron a la propuesta, tantos que no llegué a saber los nombres; muchos acudimos al conocido Parque Cielos del Sur, único en el país donde cada juego es un aprendizaje sobre la geometría del cielo, la forma de sus astros, la sucesión de sus caras y el capricho de muchas leyes.

Luís Trumpler deleitó con su iglú, Pablo González con su Cohetería, Armando con la explicación práctica del uso de los juegos (calesitas, rayuelas, caminatas, toboganes, trepadores), y el telescopio Solarmax, el mítico Tuboro que ha recorrido ya unos cuántos kilómetros, de Rada Tilly a Purmamarca, de Olavarría a San Rafael.

La mañana tocó espléndida; el sol mostró su cara manchada, en tres grupos; sus rulos de plasma, sus fáculas luminosas. Muchos vecinos volvieron a darse cita para disfrutar de esas luces tan lindas. Entre tantos, una señorita que, casi sin pesar, fue a sentarse cerca, cruzadas las piernas, a cebarse unos mates. Mientras varias mamás y sus cachorros miraban las prominencias, esta mujer dejaba que el sol le bañara, silenciosa y notoria.

Hola, le dije, ¿Sos docente?
No, dijo.
¿Sos alumna?
No, repitió.
¿Sos curiosa? Concluí.
Sonrió y dijo, Sí.
Te felicito entonces, y… ¿Querés mirar el sol?
Bueno, dijo y se levantó y la mañana fue más luminosa.

Charlamos bastante sobre el lindo astro y sus aspectos, convidó sus mates, corrió a ver la puesta de Trumpler y, como se van las flores con el invierno, partió.

En medio de la puesta, sucedió algo que me pinta bien tonto. Estaba contando, no sé si sobre la temperatura de radiación de la corona o sobre los campos magnéticos solares y su intuición mediante los arcos filamentosos que dibuja el plasma para dar forma a las prominencias, en esto estaba cuando se acercó un señor con su hijo. El hombre era alto y amplio, con barba candado; me recordó a esos señores que, en ciertos programas de cable rompen autos para fabricar una casa rodante, o casas rodantes para fabricar autos; por alguna razón me figuró uno de esos actores que usan cinta scotch por hectómetros, o alambre y soldadura; no sé cómo se llaman tales engendros televisivos, hace catorce años que no tengo el gusto de ver tv. Les hice lugar a ambos, padre y niño junto al teles, y continué con la cháchara.

¿Está el Tano? Preguntó el niño recién llegado (Tomás).
Lo miré, sorprendido, le dije
¿Qué Tano?
El Tano, me dijo y esperó a que le conteste moviendo un poco la cabeza.
No sé quién es el Tano, mentí y él,
Zandanel.
No, le dije, no sé dónde está Zandanel.
Retomé mi discurso, que el plasma esto y los arcos lo otro, que si un imán y unas limaduras…
¿Adentro está el Planetario? preguntó entonces el padre del niño con voz mucho más estentórea.
Me callé, giré un poco porque ambos habían quedado detrás y dije,
Sí, está, es un espectáculo magnífico, no pueden perderse esa puesta, vayan, por favor.

El hombre me miró, no dijo nada, al rato fue a ver el planetario. Terminé la explicación.
Sin duda, una grosería de mi parte, imperdonable.


Otra joven andaba por allí, usaba lentes de marco amplio, pelo corto y mirada despierta. Nos pusimos a charlar sobre el Sol.

¿Me permiten la digresión? Si alguno de los que me lee es joven y es soltero y no está enamorado y quiere tener oportunidad de enamorarse y dejar de ser soltero y muy felizmente dejar de ser joven, que se compre uno de estos teles, que se plante en una plaza y que muestre el astro a los paseantes. Sin duda encontrará a su media naranja bajo el sol.

Vuelvo al relato. Charlamos con la joven despierta sobre lo que el ocular mostraba, cada detalle me gusta ejemplificar y la chica parecía querer saberlo todo, o acaso es ella muy educada y no quiso interrumpir mi aburrido cuento. La cosa es que pareció entender muy fácil esa zoncera que allá ocurre con los ejemplos y metáforas, cálculos sobre su auto y diez o doce cuentas muy cortitas. Antes de irse me dijo,

Cómo explica usted.
Sí, admití, es una suerte que tengo, las personas me entienden.

Le conté que estaba acostumbrado a este trabajo de feriante, a hablar aquí y allá, ante este y el otro, eruditos, indigentes, ancianos, niños de dos años como mi nieto, quien conoce no menos de cinco estrellas (por cierto, hoy me describió con exactitud varias galaxias de su libro de astronomía).

Antes de despedirme de la muchacha ofrecí asistir a charlas futuras, con amigos o conocidos, la próxima vez que viaje a su ciudad. Y entonces, oh mundo estrecho, pequeño y amable mundo, me dijo,

Sí, voy a hablar con mi superiora, Ella es la secretaria de turismo municipal, por allí podemos hacer algo en conjunto.
Mirá vos, le dije, He ido al Palmar, por ejemplo, a charlar con turistas, a mostrar los cielos.
Buenísimo me dijo, Mi superiora estaba por acá…
Aja ¿Cuál era?
Una chica que tomaba mates, estaba allá, dijo y señaló el sitio donde estuviera sentada la levedad.

Como todo lo que comienza termina, la función de planetario acabó y la gente, como Gepeto y Pinocho, fue devuelta al mundo. El niño que buscaba a el Tano estaba otra vez a mi lado. Vino, vió, se rindió, diría, si me permiten el plagio. Extasiado miró Tomás y esto solo por la mañana. Por la tarde volvió con un amigo, un tío, otro colega y su padre. Todos observaron a destajo. Trajeron mates ellos de modo que fue una tarde provechosa. Con estos adultos medimos el mundo. Siempre que voy a demostrar algo suelo hacer una pavada, una cosa cómica o inesperada como para atraer la atención. En este caso, saqué una tiza del bolsillo y -el piso como pizarra- calculamos la velocidad a la cual gira el entero mundo que pisamos. Luego, para dar certezas de cómo fue medida su anchura, jugamos con unas sombras que dos farolas cedieron con gentileza, como no enterándose del asunto. En eso, el amigo del padre de Tomás, dijo,

Claro, ¡trigonometría! Resultó ser que los adultos eran egresados de escuela técnica, título que ostento.

Poco antes de que Pablo González diera inicio a su excelente taller sobre cohetería, algo me preguntó el niño, Tomás. Le contesté sonriendo, no recuerdo ahora qué, y me dijo,

Qué vivo, usted porque es sabido…

Gracias, Tomás, gracias Chivilcoy por tan lindos días pasados bajo el cielo.

Una vez dije, Sólo dejare de mirarle cuando cierre mis ojos. Ojalá cumpla.

domingo, 26 de abril de 2015

Usté es sabido. Parte 2


Usté es sabido…

II Congreso Educación y Astronomía, Chivilcoy, 2015.
2° Parte: ¿Qué? ¡El dueño me dio permiso!

                La actividad con que comencé la mañana en el Congreso de Educación y Astronomía fue Así funciona el Sol. Que me disculpe por ello un astrónomo muy famoso que tradujo varios capítulos del libro de Cecilia Payne-Gaposhkin al castellano. El título de mi actividad se parece al de un libro suyo sobre el tema, solo que él utilizó el imperfecto (vaya uno a saber por qué, el astro, al menos hasta hace 8 minutos, aún brillaba*). Tal vez no debiera yo sentir reparos, ya que él a sus traducciones sí le cambió por entero el título.

Así funciona el sol -el taller- consistió en tratar de explicar la esencia de esa estrella, los procesos físicos que generan su pasmosa irradiación. Y traté de hacerlo de modo tal que luego pudiera ese concepto aplicarse en colegios primarios y secundarios. Tarea un tanto curiosa ya que cualquier alumno está en condiciones de reproducir muchos ejemplos sobre esos procesos físicos, recordándolos entonces para siempre y comprender: por qué Venus se ve azul; por qué Betelgeuse, roja; por qué dicen que el sol es amarillo, siendo blanco a los ojos; y muchas cosas más. 
Para amenizar la charla y tanto pensamiento, acaso inútil, observamos su superficie mediante uno de los telescopios más hermosos y ricos que un hombre pueda tener: 
Coronado Solarmax con filtro ha. 


La Radiación Ha
Ha (hache alfa) es un símbolo que se utiliza para definir una cantidad de energía emitida por átomos de hidrógeno, los cuales sufren cierto cambio en su estado. El estado de un átomo es un índice o cantidad (llamada nivel) de la energía que puede absorber o emitir. El estado de los átomos se comporta como una cuenta de cajero de banco: usted puede depositar o retirar cantidades siempre enteras, definidas por el tipo de moneda en curso, impresa como billete. En argentina, por ejemplo, solo puedo depositar o retirar cantidades que varíen entre sí en 10 pesos o más. Esta es la esencia de la ciencia nacida con el Siglo del Viento, llamada mecánica cuántica, si me permiten: la imposibilidad de los cajeros de contar moneditas de un centavo…

Ha es entonces una cantidad de energía determinada, con la que un átomo interactúa (la emite o absorbe) con el medio circundante. Como lo que define esa interacción puede ser la presión, temperatura, densidad a las cuales está sometido dicho elemento, cuando recibimos radiación Ha podemos deducir las condiciones reinantes sobre o dentro del objeto observado.

En el caso del telescopio solar, emiten en Ha las prominencias y filamentos, sitos en regiones de la atmósfera solar, sobre fotosfera. La temperatura reinante supera los 8.000° kelvin. La superficie del disco solar, llamada limbo, puede ser observada en radiación visible mediante el uso de filtros ya que su temperatura es algo menor, unos 6.000° K. 


Los grados Kelvin (K) definen la escala de temperatura que utiliza la física; homenajean a un tal Kelvin, claro, quién indagó sobre termodinámica, es decir, sobre el movimiento de un nivel estructural de la materia -las moléculas- en función de su temperatura. El buen señor dedujo, no sin sorpresa, que existiría una temperatura bajo la cual la materia (las moléculas vibrando) se detendría. Esta temperatura de stop motion se define como 0° Kelvin y equivaldría a -273° Celsius o centígrados**.

Realmente, mis escritos son ilegibles. Me pongo a contar qué diantres hice en la lejana Chivilcoy y caigo en zonceras sobre los átomos que forman las prominencias solares que observamos a destajo durante dos días completitos junto a docentes, vecinos, alumnos y expositores de medio país.


Qué alegría cuando toda esta gente le mete ojo al teles y puede deleitarse con el espectáculo. 
Mirar el sol se parece mucho a observar el cielo nocturno. Causa asombro, admiración, beneplácito indescriptible. Cuando uno observa esas maravillas, puestas allí por el injusto dios o por las indiferentes leyes de la física -tanto da, ambas versiones nos dejan inermes ante el destino- uno siente un cosquilleo, una sensación de plenitud y de potencia contenida -de lejana potencia contenida- que en algo memora lo que sentí frente al mar, y cuando a él entré: esa potencia incesante, rítmica, que bombea como un corazón inmenso, ubicuo, inmortal, tum, tum, tum. 
No tendría objeción en tildar al Océano como a un dios. Mucho menos en deificar al mismo Sol. El Sol es nuestro Dios. Él todo lo pudo con nosotros. Estamos aquí por él. Dejaremos de estar por él. Es como un padre austero con él cual no hemos podido hablar: nos trajo al mundo sin preguntar, nos llevará del mismo modo.


Los y las docentes se tragaron dos buenas horas de charla, bajo un cielo impregnado de ceniza. Luego se despidieron con afecto, con mucho cariño, lo cual me dejó muy contento. Muchas chicas volvieron en el turno de la tarde, a observar la luna y otras luces. Pero entre mientras me zampé hacia un colegio secundario. 

La Radiación K

Cuando puse el primer pié dentro del hall del hotel Falcone, Armando Zandanel charlaba por celular. Me vio y dijo: Acá está, acaba de llegar. Alan estaba al otro lado de las ondas (antes se decía de la línea). Alan es profe de química y de biología, me invitaba a trabajar con sus alumnos en un colegio secundario. Nos encontramos el viernes a eso de las 14,30 y nos mandamos para su cole. Me contó que el edificio era nuevo, destinado a jóvenes de ambos sexos, con terminalidad en arte y algo más que no retuve.

El edificio es soberbio, tiene altos árboles al frente y se nota que ha sido construido por un estado que piensa en los que necesitan algún apoyo, ya que las clases dominantes siempre generan desigualdad. Estupor me causa que ciertos grupos estudiados no reconozcan esta realidad: donde hay un pudiente, hay mil necesitados, porque el pudiente se ha apoderado por fuerza de eso que el necesitado hubiera podido tener. Cuando los pudientes avanzan, decimos que es el mercado, o la libre empresa, o las leyes de la sociedad; cuando los necesitados avanzan, las clases medias dicen que es populismo, que son revoluciones marxistas, que es la canalla la que va a por todo. Esta dicotomía entre la verdad y la estupidez me causaría risa si no fuera que es trágica. Porque por este error de análisis es que año a año muere gente, mueren niños. Fíjense, en CABA gobierna el macrismo, y es el único distrito de Argentina en el cual ha aumentado la mortalidad infantil. El macrismo desfinancia hospitales y faltan insumos, faltan políticas de prevención y asistencia, y la gente muere más. Es así, es la verdad. No me vengan los lectores con que mezclo las cosas, con que hablo de política en lugar de astronomía: 
Todo astrónomo es político
El solo hecho de que haya podido recibirse implica que ha nacido en una determinada franja de la sociedad, una franja privilegiada ya que, si acaso no ha tenido solvencia económica, al menos sí ha tenido estímulos hacia el estudio, hacia la superación personal. Esto solo ya es un lujo. Lo reconozcan o no. Son pudientes. Los astrónomos recibidos o aficionados somos pudientes, somos dominantes, tenemos aquello que a otro le falta. Y por eso tenemos el deber, la obligación de devolverlo con presencias como esta.


El colegio nuevo, el edificio impoluto y cómodo, se llama Néstor Carlos Kirchner. 
Es para mí un orgullo haber trabajado en ese lugar, con esos alumnos. Chicas y chicos de 2°, 4° y 5° año analizaron el sol, pensaron en su naturaleza, en su luz, en la distancia y tamaño, en la relación entre esos valores y los valores de nuestra Tierra.
Gracias Alan por haberme invitado. Como te dije, volveré a tu ciudad tantas veces como me invites.

Luna y alumnos; empanadas y vino

Por la noche armamos los teles en el Parque Cielos del Sur y nos pusimos a mirar estrellas, Júpiter, cúmulos y nebulosas. cerramos con Saturno y el cúmulo La Tabla. Hubo alumnos de la tarde e hijos de muchas maestras de la mañana. 
Lumbre pura es un newtoniano de 200mm de cacerola,  con perdón de la palabra, imagínense: aunque el Parque está sin cielos, tremenda boca traga luz de miles de años luz en derredor y la compone luego en el ocular para deleite de los chicos. 
Santino es hijo de Lorena, profe presente el curso; Bautista es un compañero. Aprendieron de todo, creo; en especial cómo se calcula los aumentos de un teles y cuál es la temperatura del núcleo solar. Otro petizo por ahí tuvo que esperar un montón para darse el gusto y ver a Júpiter. Por último miramos M42 y Omega centauri.

Una sorpresa nos esperaba, de repente ardió un fuego, asaban chorizos. Ninguna radiación me estimula más, créanme.


A poco de ver el caótico salto de las chispas, miro una mesa servida con empanadas y… dios... vino. Y qué vinos escanciaban. Armando iba de acá allá como Ganímedes. Me serví una copa y luego otra y al fin una más. Era un vino negro como la noche que siempre deseamos encima, era aromático y sabroso, era rubí como la DY crucis que a los presentes mostré una hora antes de este lujo, comer calentito junto a amigas y amigos que tal vez me duren toda la vida.




Ahíto estaba cuando alguien me llama, me alerta sobre el teles. Voy y, oh dios, ¡qué ven mis ojos dilatados! Una niña con las manos sobre Lumbre, lo llevaba con rigor de aquí allá y mandoneaba incluso a otros chicos y chicas que allí había: miren esto, miren lo otro, decía. Me acerqué casi tranquilo y le dije: 

        Eh, eh, eh, ¿qué pasa acá?

La niña me miró sin soltar el telescopio, y me espetó: 
¡Qué, el dueño me dejó!

Le dije, 
Niña, el dueño soy yo. 
Me dijo, Mentira, el Tano es el dueño… (Tano le dicen a Armando Zndanel).

Le dije, Niña, luz de mis ojos, el dueño soy yo y no el Tano, por favor, créeme.

Y ella, 
No, el dueño es el Tano y él me dio permiso.

Desconcertado, me volví hacia las mesas y grité con todas mis fuerzas: 
Taaanooo, Taaaanoooooooo, Taaaaaaaaaaanoooooooooo.

Así llamé hasta que una sombra casi tan adobada por dentro como la mía se inclinó en su silla hasta mostrar la cara, y decir,               ¿Qué?

¿Quién es el dueño de este telescopio? Le pregunté, otra vez a viva voz.

Y él: tuyo.

Me volví hacia la niña y dije, 
¿De quién es el teles…?

Suyo, me dijo.

Entonces me acerqué y le dije, 
Oye niña, ¿qué es lo que quieres?

Quiero mirar la luna, me dijo.

Bueno, muy bien, puedes usar el telescopio, le dije, pero, por favor… ¡Suéltale los frenos de una vez!


Cuando niño, en 4° grado me tocó hacer de San Martín. Mi madre me vistió bonito, me puso unas botas de cuero, me hizo un traje militar y me ayudó a que aprendiera el guión de un cierto parlamento. Hice dos entradas para representar diversas etapas en la vida del Libertador. Una de las escenas era la conocida anécdota narrada por Merceditas: la del prócer y sus medallas. Reza así:

San Martín era ya un anciano en Boulogne-sur-Mer; una tarde, su nieta le pide una vistosa medalla para jugar. 
Esa medalla la tenía el general Indio por haber liberado América del maturrango, del español opresor. 
Escucha ese pedido Merceditas -madre de la niña- y amonesta a la nieta, la cual rompe en llanto desconsolado.
San Martín, dice: Hija mía, dásela; si no sirve una medalla para acallar el llanto de una niña ¿para qué pueda servir?



¿Continuará?


*8 minutos demora la luz del sol en llegar a la tierra. Sin embargo, si el astro se apagase ahora, bien podría seguir brillando un millón de años, pues esto es lo que demora la radiación, generada en su núcleo, en alcanzar la fotosfera, tan arduo es su viaje. En cualquier caso, Tiganelli no podía saber -al escribir su libro- que el sol se hubiera apagado para decir funcionaba.


**Bajo diversas temperaturas la materia modifica su estado; conocemos por el cole los estados Sólido, Líquido y Gaseoso, que se manifiestan acorde a la escala Celsius: 0°; 100° a nivel del mar. Tal vez conozcas también el estado llamado Plasma, el 4° estado, que en apariencia predomina sobre los tres nombrados porque forma las nebulosas y los soles; es decir, la estructura visible de las galaxias. Pero, como dije, a muy bajas temperaturas existe un 5° estado, llamado Condensado de Bose Einstein. Por el contrario, a altas presiones también existen otros estados. La astrofísica describe a las estrellas de Neutrones como esferas formadas por un Estado Degenerado de la materia, donde los átomos pierden por completo la estructura que usual describimos. Los Agujeros Negros serían estrellas donde la materia ya No posee ecuación de estado.




















Usté es sabido…

II Congreso Educación y Astronomía, Chivilcoy, 2015.

1° parte: Un Camello, un León, un Niño


Realicé un segundo viaje a Chivilcoy, invitado por Armando Zandanel y su grupo de colaboradores en la divulgación de las ciencias para participar del Congreso mencionado, junto a una buena recua de astrónomos, doctores y habladores de variada cepa.

Amigos y amigas de Chaco, Gran Buenos Aires, Malargüe, Córdoba Capital, Caba, La Plata, Santa fe, Entre Ríos y otras localidades de la provincia, todos detrás de un concepto, cómo transmitir nuestra ciencia, cómo invitar o entusiasmar a docentes y alumnos a echar mano a tan antiguo recurso: la astronomía.


El congreso fue el viernes 24 y sábado 25 de abril pero arribamos muchos el jueves, con júpiter a media asta. Para llegar desde Casilda a tan hermosa localidad, atravesé con las últimas luces la temida ruta 51, desde Rojas a Chacabuco. Madre de Dios, eso es una aventura en sí misma. Uno recuerda el periodo del bombardeo tardío, no hay casi una cuadra de asfalto sin su impacto, profundo, oscuro, traicionero si vas a más de cincuenta.


Pero como nadie muere en las vísperas, llegamos: el Scenic borra vino, Lumbre pura, Tuboro y yo. Lumbre pura es un magnífico reflector de 200mm f5, Tuboro es un telescopio Coronado Solarmax de 40mm f10. Su corazoncito de ethalon te muestra siluetas del astro lindas y brillantes como la moneda homónima peruana, solo que la experiencia de poseer las vistas es más valiosa; ver las prominencias, los filamentos, las manchas y las fáculas, siempre emociona. Pero no nos adelantemos.


Llegamos muchos antes de las 21 del jueves y nos fuimos derecho hacia lo que en realidad vale en la vida: la cena. Despachamos unas riquísimas patas de ave en un restó frente a la plaza principal y, hablando de todo un poco, conociéndonos los nuevos, volvimos caminando al hotel. Chivilcoy es tan linda que en pleno centro a la Cruz le ves cinco estrellas. De modo qué, mirando pa´rriba, fue que Rafael Girola dijo: podríamos irnos a las afueras, a observar un poco, no sea que la ceniza del volcán mañana nos enjugue la noche.

Media hora después, dos autos salían hacia el oeste, por una avenida muy amplia y casi infinita, surcada por lomas de burro. Adelante iba Daniel, Marcelo y otros amigos sabedores del lugar; atrás íbamos nosotros en el Borra vino, siguiéndoles con la vista.


Hermanos, hay gente que no maneja, vuela. En dos cuadras vimos con espanto cómo el gigio azul del chaqueño se empequeñecía tan veloz como empequeñece un cohete Titán, lanzado hacia la misma luna. En el primer semáforo estábamos solos, sobre la avenida sin fin, toda perspectiva y luces, con la única esperanza de que, en algún lugar, allá adelante, nos esperaran los correcaminos.

Pero cuando al fin dimos con la pampa, la ciudad atrás, amplia y naranja, nadie nos esperaba. Si los que leen me conocen saben de mi genio. Pensé: 

Recórcholis… ¿qué hicieron, dónde fueron, no vieron que no estábamos atrás, por qué no nos esperaron? 

Les buscamos durante unos buenos 15 minutos, de aquí para allá, por todos los caminuchos oscuros de la zona. Nada, la noche se los había tragado. Entonces nos dijimos, no pueden ser tan sonsos de haberse ido sin esperarnos, debe de haber ocurrido algo más factible… ¡Una abducción! Eso es, nuestros amigos habían sido capturados a través del espacio tiempo por una estirpe superior y quién sabe sobre qué mesa de disección en Andrómeda -o acaso en Sculptor- estuvieran ahora luchando por sus vidas, pidiendo al buen dios que los devolviera sanos y salvos, o al menos salvos, a la querida ruta, para observar desde la lejanía la casa de sus captores y no seguir viviendo esa soledad, allá en la nada.


Cuando dimos por cierta esta última posibilidad, que explicaba perfectamente que se hubieran ido así, tan rápido, tan lejos, sin esperarnos, nos dimos por solos bajo la noche y buscamos nuestra auto abducción: un camino oscuro, firme y ancho por el cual nos fuimos hasta que unas pocas luces quedaron visibles atrás. Allí nos detuvimos y armamos a Lumbre pura, a la sombra de unos ladridos de jauría.

Apeados junto al telescopio pudimos disfrutar de la Vía Láctea, la cual brillaba bastante limpia sobre los 40° del horizonte. No ofrecía mucho contraste, pero eran visibles a simple vista algunos recovecos de polvo. Observamos Júpiter, Carina, la Perla, M8, M6, g scorpii y su cumulo cercano, NGC6441; observamos también y a modo de desafío, las galaxias M104 y M83. La 83 mucho más débil, claro, porque es más grande*, pero pudimos advertir su barra central del modo que siempre me critica Mimoni: imaginándola.


Volvimos pasadas las 2 en busca de un descanso, la jornada había sido larga y mañana había que trabajar. Al llegar frente al hotel, sorprendidos, aliviados, vimos estacionado el Peugeot de Marcelo. Luego, no habían sido secuestrados por seres extragalácticos… o por alguna extraña razón los habían devuelto… o luego de robarlos también ellos los habían perdido por los senderos de la noche. Como sea, en cinco minutos estábamos todos dormidos soñando con nuestras quimeras.

El viernes comencé mi trabajo con un grupo de treinta y pico de docentes. Debía hablarles del Sol, explicar qué tópicos de este compañero podríamos trasladar al aula y mediante qué trucos intentar hacer la vida del educando algo más amplia, si es que la astronomía sirve para eso. Asimismo, habiendo armado a Tuboro, el telescopio solar munido de filtro ha, nos pusimos a observar, a medida que charlábamos.

La mañana estaba cerrada, con un cielo sucio de ceniza, el sol apenas mostraba su círculo bajo ese manto de tristeza. El volcán del lado chileno había lanzado su residuo a los altos cielos y el viento, por supuesto, traía todo ese dióxido de carbono sobre el ancho suelo argentino. Ya a través del satélite habíamos previsto tal ventura, de modo que la apechugamos y acometimos los presentes, chicas y chicos, la difícil empresa de adivinar, mediante esas vistas pobres, los muchos visajes que la pálida carita del sol nos lanzaba desde sus 150 millones de kilómetros y sus 8 minutos de tiempo.
Los volcanes y los terremotos causan estragos, y los creemos crueles cuando nos afectan, pero sin estos fenómenos los hombres no estaríamos acá. No me voy a explayar, pero el vulcanismo es una de las consecuencias y medio de la deriva continental. Ellos permiten el ciclo del carbono y -aunque no lo tengamos muy en claro- la vida es subsidiaria de ese amplio decurso geológico (de 200 millones de años).


Seis años hace que divulgo astronomía. Por capricho o convicción lo hago ante un niño, un adulto, un alumno, o un docente. Me entusiasma charlar sobre ciencia, sobre historia de las ciencias, sobre su filosofía, sobre sus méritos y fracasos. Y narrar cómo es que la astronomía pudo ser la primera manifestación del intelecto aplicado a la transformación o conocimiento del medio. Me resulta fundamental que el mayor número de gentes le conozca, le desee y al fin le ame.

Para amar hay que desear. Para desear hay que conocer. Conocer es interpretar. Interpretar es poder poner en palabras o en dibujos aquello que se indaga.

El dibujo es una palabra que se dice con la mano y que se escucha con los ojos.

No en vano las primeras culturas utilizaron ideogramas y jeroglifos (jero - hieros= sagrado; glifo- glifein= escritura).

La astronomía suele ser mirada desde afuera por la gente y esto es un error que fomentan los mismos actores de esta ciencia.

Déjenme que explique lo que creo:

Hace 35 años leí Uno y el Universo, un buen libro de un escritor mediocre, una persona malísima: Ernesto Sábato, quién lloró de alegría el día en que la armada y la iglesia argentina bombardearon Plaza de Mayo, asesinando a más de 200 personas que allí caminaban o iban en bus. Dijo don Ernesto entonces: “lloré de emoción, ví a mi patria liberada…”**. En aquél libelo, el doctor Sábato –físico**- dice algo como:

Todos hablan de política y de fútbol pero si alguien formula un problema matemático todos callan con respeto, cuando en realidad debiera ser al revés: muy pocos debieran de hablar de fútbol y de política porque para hacerlo hay que estudiar; más, de matemáticas puede hablar cualquiera, ya que dos más dos siempre será cuatro.


La idea es potente: siempre podemos hablar de ciencia, porque la ciencia no admite charlatanes (como yo) ni mentirosos (como yo). La ciencia, por su propia esencia, por su propio método se protege del avieso, del timador, del tránsfuga.

Los que no han aprendido a hacerlo, sin embargo, son las personas.

Muchos expositores hablan de física o ciencia a los legos y estos no comprenden lo que aquél les dice y entonces piensan: Guaauuuu, qué difícil es eso, qué inteligente será este expositor, porque no le entiendo ni pio lo que dice…


Y así la física o la ciencia queda detrás de un cristal, detrás de un cerco, dentro del absurdo y falaz círculo de los iniciados.

Los iniciados… un día debiera escribir sobre ellos… aunque ya lo hizo Nietzsche, y mucho mejor que nadie (ver Sobre los doctos, en Así hablaba Zaratustra).

La astronomía, amigos, amigas, fue la primera de las ciencias; luego, es la más sencilla de todas las ciencias. No íbamos a empezar por lo más difícil, eso es seguro.

Todos podemos saber astronomía, la astronomía nos hizo hombres de sociedad, no le demos la espalda, no le transformemos en charlas de iniciados, en atractivos de feria, en tonterías cultas del tipo Big-Bang Teoría, esa serie donde los que saben son freaks. Me revienta este tipo de visiones sobre los científicos promovida por los estados dominantes. Es como con sus salvadores: los Avengers, o sus superhéroes. Solo los elegidos, solo los súper poderosos pueden salvar al mundo. Pamplinas. Estupidez colectiva. Los dominantes transmiten estas ideas para que la gente común no se anime a salvar el mundo, como Lennon pedía: no soy el único… Como hizo Sandino, un campesino iletrado que liberó Nicaragua a partir de una ayuda que le brindó un grupo de mujeres pobres que se acostaron con yanquis a cambio de 19 fusiles; o Castro, un barbudo que liberó Cuba; o Ho Chi Min, un hombre común que liberó VietNam. La ciencia está plagada de tipos que le hacen avanzar sin ser tontos como Russell Crowe en Una Mente Brillante, o como sucede en ficción en la nueva peli sobre Allan Turing, ese genio asesinado por la Gran Bretaña.

La ciencia es nuestra; somos hombres, hacemos ciencia; los niños hacen ciencia cada maldito divino día… al menos hasta que ingresan al cole.

Los divulgadores de la ciencia deben abandonar un poco su saber. Vuelvo a Nietzsche. Recuerden su parábola del Camello, el León y el Niño: el hombre debe transformarse en camello, cargar sobre sí todo el conocimiento posible y marchar al desierto; allí sucederá la segunda transformación, el hombre se revelará contra todo lo que sabe y para hacerlo es que troca en León. Una vez libre sucederá la tercera transformación: el hombre debe ser un niño que juega y que al jugar crea sus juegos, crea sus leyes nuevas, su saber nuevo, libre, lúdico. Por eso juego siempre que divulgo. No recuerdo haber aprendido algo aburrido, jamás… o sí, por haberme aburrido como un queso recuerdo a quienes no debo escuchar.

La divulgación de la astronomía debe ser y muchas veces es divertida. Si ven las fotos de este tipo de actividades, hay gente riendo, hay gente que comprende y que al hacerlo le brilla la mirada, sonríe, agradece, gente que se siente satisfecha en su esencia más pura: conocer, comprender, desear comprender y satisfacer ese deseo, al fin, comenzar a amar a esta ciencia que nos encanta.

Continúa.

*Los objetos astronómicos son visibles gracias a su brillo aparente, el cual se define como Magnitud. Las galaxias son objetos en extremo tenues, lejanísimos. Su magnitud se define por el brillo total de su silueta. Luego, siendo dos objetos de una misma magnitud visual, el más amplio será por fuerza más débil en brillo, ya que una misma magnitud o brillo está distribuída sobre un área mayor.


**El doctor Sábato es admirado por las clases medias, en especial radicales antiguos. Lo es en parte porque fue erigido por el sistema -y por su natural histrionismo, era un trágico- como un estandarte de la libertad. Fíjense que el gobierno de Alfonsín le dio el honor de presidir la CoNaDeP. Una vergüenza.